Una pareja gay denuncia una «agresión homófoba» en un bar de Belicena

, | 4 noviembre, 2019

Un vecino se abalanzó presuntamente sobre uno de ellos causándole heridas en la cabeza, los brazos y las piernas

JAVIER MORALES. IDEAL.- Jesús P. T. pide la bebida en la terraza de un bar de Belicena:«Pero no me traigas tapa, tengo el cuerpo que no puedo ni comer», le dice al camarero. Ha logrado dormir a base de pastillas y tiembla cuando cuenta que, a apenas cien metros, el pasado sábado sufrió una agresión que considera «homófoba» mientras tomaba algo junto a su novio en una cafetería. Recuerda que estaba fumando un cigarro y segundos después se vio en el suelo con un golpe en la cabeza.

El presunto ataque ocurrió a las ocho de la tarde del sábado, como detalla en la denuncia que un día después presentó ante la Policía Nacional. Jesús y su novio, Ricardo, estaban en la terraza del local. Allí había dos parejas, a las que conocían –siempre según su relato– por haber coincidido alguna vez en el establecimiento. Jesús entabló conversación con las mujeres, mientras Ricardo hablaba con los hombres. Y el primero, reconoce, hizo «un gesto» con una de ellas que los hombres pudieron «interpretar» mal. «Ellos se pusieron celosos», resume.

Uno de los hombres, cuenta Jesús, recriminó a Ricardo que el «maricón» estaba hablando con su mujer. De buenas a primeras, mientras fumaba un cigarro a la terraza, recibió un golpe y cayó al suelo. Luego cogió el móvil con la pantalla destrozada por la caída y dijo que iba a llamar a la Guardia Civil. Y entonces llegó un segundo empujón. El camarero y un vecino le ayudaron a entrar en el bar, donde se refugió del supuesto agresor.

Hubo segundo acto. Mientras Jesús y Ricardo recuperaban el aliento, el marido de la segunda mujer entró en el local para pagar al cuenta y amenazó: «Si íbamos a la Guardia Civil nos quemaban la vivienda y los coches e iban a por nosotros a muerte». Incluso vigilaron, asegura, sus movimientos tras salir del bar, para averiguar si se dirigían al cuartel de la Benemérita.

Pero tomaron otro camino. Jesús P. T. se fue al centro de salud de Armilla, donde le cosieron la ceja con un par de puntos que se curará día tras día hasta dentro de una semana. Atiende a IDEAL, a mediodía de este lunes, en una terraza. Los vecinos se interesan por el esparadrapo que cubre la ‘costura’. Una mujer le pregunta: «¿Qué te ha pasado en la cabeza?» Y Jesús responde: «¿No escuchaste anoche una moto en nuestra calle?» La vecina asiente y añade: «Claro que sí, hasta me despertó». Es la tercera parte de la historia. En la madrugada del lunes, un individuo en moto les increpó presuntamente «a las tres de la mañana, no sabemos si era un agresor o mandaron a otros para decirnos ‘hijos de puta’».

Como consta en la denuncia, había una cámara de seguridad en el bar en el que se produjo el presunto ataque que, tal y como subrayan en la denuncia, piensan que tuvo carácter homófobo. La pareja ha pedido que guarde las imágenes, pero teme que el dueño del establecimiento las elimine para evitar entrar en problemas con los agresores. Cuando la denuncia que Jesús interpuso ante la Policía Nacional llegue a la Guardia Civil, los agentes requerirán la grabación. El Ayuntamiento de Vegas del Genil ha activado un protocolo que contempla ayuda psicológica y jurídica, como explicó ayer el alcalde de Vegas, Leandro Martín. Jesús y su móvil no dejan de temblar. El teléfono, ante las llamadas de medios de comunicación y conocidos que se interesan por lo ocurrido;él, por el miedo a que las amenazas lleguen a cumplirse.

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