Tres años de cárcel para un abuelo que denigró a su nieta de 20 años por su orientación sexual.

, , | 26 septiembre, 2022

ABC.- Junto con la madre de la víctima, también condenada, urdió un plan para que la joven dejara de salir con otra chica. La víctima cambió de sexo pese al acoso de sus familiares.

La Audiencia de Palma ha condenado a dos años de cárcel a una madre que acosó a su hija por mantener una relación sentimental con otra chica. La sentencia considera que la mujer es culpable de un delito de trato denigrante contra la joven, que huyó de su casa ante las vejaciones a las que estaba sometida. También condena al abuelo a tres años de prisión por un delito de trato denigrante y otro de lesiones. El hombre tendrá que ingresar en la cárcel.

La víctima tenía 20 años cuando empezó a sufrir acoso por parte de sus dos familiares en Mallorca. Los problemas empezaron cuando se fue a estudiar una carrera universitaria en Madrid y conoció a una chica, con la que comenzó una relación amorosa. Al acabar el curso, volvió a la Isla y su madre, que se enteró de que la chica tenía una pareja homosexual, intentó forzarla para cambiar su orientación sexual. Como castigo, le quitó el teléfono móvil, el dinero y su documentación, excepto el permiso de conducir, tratando de evitar que tuviera contacto con su novia, según recoge el ‘Diario de Mallorca’.

La joven pidió ayuda a la familia de su pareja, que le compró un billete de avión, y huyó de la Isla. Se estableció en Madrid junto a su padre, pero la madre y el abuelo no aceptaron la decisión de la chica y urdieron un plan para perjudicarla. Le mandaron correos electrónicos pidiéndole que volviera a casa en los que la insultaban y vejaban aludiendo a su condición sexual. El abuelo, además, la amenazó asegurándole que le haría daño personal, social y profesional.

El acoso fue a más. Los condenados viajaron a Madrid para hablar personalmente con un responsable de la universidad donde estudiaba la víctima y le pidieron que la expulsara, alegando que era alcohólica y drogadicta. La joven tuvo que someterse a un test de detección de drogas para demostrar que sus familiares mentían.

Más tarde, los acusados volvieron al centro de estudios y se colaron en un aula donde la chica estaba haciendo un examen, aunque no llegaron a verla porque ella se escondió rápidamente. La víctima, además, se dio cuenta de que estaba siendo vigilada por un detective privado.

A raíz de todo el acoso sufrido por parte de sus familiares, la víctima sufre un grave desasosiego en su vida y también arrastra un trastorno de adaptación, que le ocasiona episodios de ansiedad, tensión y preocupación, señala la sentencia. La joven tiene problemas para dormir y tuvo que someterse a un largo tratamiento psiquiátrico. Pese a todos los intentos para cambiar la orientación sexual de la joven, la víctima decidió cambiar de sexo.

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