Los dos polícias, asistidos por el abogado José Ramón Orta, consideran que les ha puesto a los pies de los caballos. Alegan que, aunque su compañera nunca ha dado sus nombres ni iniciales, el simple hecho de dar ciertos datos -como el rango- y circunstancias -eran compañeros hombres de unidad- ha facilitado la identificación de ambos en el seno del cuartel de Sant Ferran.
Sonia V.R. denuncia que entre 2007 y 2009, sus compañeros de unidad -todos hombres-, la incomodaban constantemente con palabras como «bollera» o «tortillera». En una ocasión, asegura, se encontró su herramienta de trabajo cubierta de huevos y los agentes le preguntaron si le había gustado la tortilla. Además, le habrían espetado: «Dónde te has dejado el calcetín», tocándose sus genitales.
«Miente al decir que su condición sexual se convierte en el objeto de vejaciones, insultos y burlas de manera habitual por parte de sus compañeros», afirman ante el juzgado. Reconocen divergencias con la conciliada, «pero nunca obedecieron a su orientación sexual sino a razones estrictamente profesionales».
Por todo ello, solicitan un acto de conciliación en el que Sonia V.R. reconozca lo que ellos consideran falsedades y lo haga público en los medios de comunicación.