Los autores de la canción ‘Córdoba es la Mezquita’ lamentan los ataques recibidos

| 7 julio, 2015

Se preguntan qué pasaría si le quisieran cambiar el nombre a la Alhambra de Granada

Córdobaesla mezquitaEUROPA PRESS.- Los autores y compositores, artistas, músicos y técnicos que han participado en la composición y grabación de la canción ‘Córdoba es la Mezquita’ han lamentado este martes los ataques que han recibido por ello, de forma general y especialmente en las redes sociales, y por eso han querido aclarar cuál es «la verdadera y única intención por la que ha sido compuesta y grabada» la canción, «a la vista de la polémica suscitada por una mala interpretación de la letra de misma».

Así, en una rueda de prensa ante la Puerta del Perdón de la Mezquita-Catedral de Córdoba, el vocalista de Medina Azahara, Manuel Martínez, o el músico y productor Manuel Ruiz ‘Queco’, junto a otros artistas, que han hecho una nueva versión del ya mítico tema de rock andaluz de los 80 del pasado siglo, ‘Paseando por la Mezquita’ (original de Medina Azahara), han querido dejar claro que «la única intención de la canción es la de reivindicar el nombre y la historia de la Mezquita, como signo de identidad de Córdoba».

Así se afirma en un manifiesto conjunto, que respaldan quienes han dado vida a ‘Córdoba es la Mezquita’, músicos tan conocidos como David de María o Lin Cortés, a quienes acompañan Ana Vera, Mikel de la Riva, Mart (Estirpe), Bueno Rodríguez (Los Aslándticos), Alba Carmona, Lya, Felipe Conde o Jorge Pineda, además de Manuel Martínez y de Queco, quienes entienden, según recoge su manifiesto, que «no se puede consentir que el término ‘Mezquita’ se elimine en todo el material publicitario y promocional, como así lo demuestra el hecho de que no aparece en todo el material promocional editado por los gestores del conjunto monumental Patrimonio de la Humanidad».

Por el contrario, estos artistas consideran que «el conjunto ‘Mezquita-Catedral’ debe ser un símbolo mundial de la tolerancia religiosa y cultural, y más aun en estos tristes momentos en los que el fanatismo religioso nos levanta cada mañana con historias de terror y destrucción».

De hecho, los músicos que han creado la nueva canción no opinan sobre «el estatus jurídico» o la «fórmula de gestión» del monumento, por parte de la Iglesia Católica, porque ese «es un tema que no nos compete. Nosotros solo somos artistas y la Mezquita es nuestro máximo icono cultural», razón por la que «la canción es una acción cultural y artística», de modo que «todo lo que sea buscar un trasfondo político es un intento baldío de utilizar la canción como elemento de debate».

Que ello se intente les parece «muy lamentable» y tomarán «buena nota» de que se haya pretendido «utilizar parte de la letra» de la canción «como un todo, bajo titulares tendenciosos cuyo único fin es el de crear una agria y estéril polémica. El fin no justifica los medios y para vender periódicos no es necesario hacer un daño gratuito», según concluye el manifiesto.

LA ALHAMBRA

En relación con ello, el vocalista de Medina Azahara, Manuel Martínez, ha llegado a señalar que «a la Alhambra de Granada se le quitase el nombre de Alhambra» es algo que, «por supuesto, los granadinos no iban a aguantar» y, por el mismo motivo, según ha subrayado, «los cordobeses tampoco tenemos que aguantar que esto sea solo la Catedral, cuando es un icono de esta ciudad que se llama Mezquita».

En cuanto a las plataformas que les atacan por la canción en las redes sociales, Manuel Martínez considera que «son plataformas que, de alguna manera, van en contra de la cultura y seguramente creen que la cultura les va a hacer daño».

Por su parte, Queco se ha referido al hecho de que los turistas internacionales que pretenden viajar a Córdoba para ver la Mezquita se vean confundidos por algunas promociones que ocultan ese nombre y «no ven Mezquita por ningún lado, ven solo Catedral», lo cual a los responsables de la canción les «duele», como «cordobeses» que son, y así lo han «expresado», como saben hacerlo, en este caso con música, sin que haya «nada más» detrás, porque «no hay trasfondo político, ni trasfondo religioso».

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