Las cifras del odio en España

, | 22 marzo, 2016

Interior registra un 3,3% más de delitos en 2015

Hinchas holandeses del PSV Eindhoven humillaron a seis mendigas rumanas a plena luz del día y ante los ojos de decenas de turistas en la Plaza Mayor de Madrid, el martes 15 de marzo. España se indignó. Televisiones y periódicos como bez.es pusieron el foco sobre una tipología de delitos que se cometen en la oscuridad y se soportan en silencio. Víctimas y victimarios eran extranjeros, pero el desmán tenía lugar puertas adentro. Otra vez, uno más.

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Informe sobre delitos relacionados con delitos de odio (Ministerio del Interior, 2015).

MARTA MOLINA. BEZ.- Europa vive una avalancha de movimientos extremistas y partidos que hacen propaganda racista, antisemita e islamófoba a costa de los refugiados y del terrorismo yihadista para incitar la xenofobia. En España y aunque no existe una formación política que proyecte el racismo, hay más de 10.000 extremistas y neonazis, insertados en las gradas ultras de los campos de fútbol -su vivero de reclutamiento, según las fuerzas de seguridad- , que cometen delitos de odio en todas y cada una de sus comunidades autónomas.

Movimiento contra la Intolerancia contabilizó más de 4.000 incidentes racistas, xenófobos y de odio en 2015, cerca de 1.000 sites (webs, blogs, canales, foros, redes… ) y multitud de conciertos de música neonazi alimentan el desprecio hacia el otro.  Pero la cifra se queda corta porque si, como dice la Agencia Europea de Derechos Fundamentales, solo el 20% de las víctimas denuncia, el total de crímenes en España superaría los 6.500, según los datos recogidos por la ONG en elInforme Raxen 2015, presentado ayer en Madrid con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial.

“La xenofobia y el rechazo a los refugiados e inmigrantes avanza en Europa y lo hace de la mano de la intolerancia al islam y a los musulmanes, de la islamofobia, toda una muestra de realidad que se ha mostrado con fuerza durante esta crisis pese a las muestras de solidaridad y, más aún, tras los atentados de Charlie Hebdo, Dinamarca, París…”, escribe Esteban Ibarra en el editorial de la edición 2015. “Es un binomio diabólico terrorismo-islamofobia que es necesario romper”, sacude. Bulos contra los refugiados, pintadas y pancartas contra su acogida… Manifestaciones de rechazo en todos los ámbitos de la sociedad, también el universitario. A finales de 2015, varios grupos neonazis tomaron los pasillos y la azotea de la facultad de Odontología de la Complutense hasta en tres ocasiones contra los refugiados sirios, a los que incluso acusaron del aumento de tasas en la Universidad.

La organización que preside desde su nacimiento Esteban Ibarra es pionera en la monitorización de delitos de odio en España, en lo que lleva dos décadas. Desde hace tres años, se le ha sumado el Ministerio del Interior con el Informe sobre incidentes relacionados con los delitos de odio en España. En su edición 2015 recoge 1.328 incidentes, un 3,3% más -también más- que en 2014, racistas y xenófobos (38%), por motivos de ideología (23,2%), discapacidad (17%), orientación o identidad sexual (12,7%), religión (5,3%), sexo o género (1,8%), agresiones a mendigos (1,3%) y conductas antisemitas (0,7%), registrados por las fuerzas y cuerpos de seguridad. Por comunidades autónomas: Cataluña, País Vasco, Madrid y Andalucía son aquellas donde más delitos se cometieron el año pasado; Cantabria, Asturias, Extremadura y Baleares, aquellas donde menos.

Conciencia para denunciar

El Informe Raxen se sirve de la información publicada en medios de comunicación, de la proporcionada por los 239 casos asistidos por la Oficina de Solidaridad con las Víctimas, un 25% más que en 2014, y de otros registros como la Red Cívica contra el Antisemitismo y la Plataforma contra la Islamofobia, que recoge una muestra de 452 incidentes y delitos de odio, “que solo representan el 11,3% de los estimados desde Movimiento contra la Intolerancia”, subraya con insistencia Esteban Ibarra quien, sin embargo, reconoce una mayor conciencia para denunciar.

Tres décadas han transcurrido desde la muerte de Lucrecia, el asesinato xenófobo que estremeció a España en 1992. “Se veía venir”, recuerda Esteban Ibarra. La tensión interétnica se incubó meses. Sobre las 21 horas del 13 de noviembre, cuatro enmascarados vestidos de negro entraron en la discoteca Four Roses en el madrileño distrito de Aravaca y dispararon indiscriminadamente contra los dominicanos que cenaban una sopa a la luz de las velas. Lucrecia Pérez Matos murió con una bala atravesada en el corazón. La joven de 33 años, que había llegado un mes y tres días antes a España, fue el primer cadáver encofrado por xenofobia en España. Movimiento contra la Intolerancia contabiliza desde entonces más de 90 víctimas mortales por delitos de odio. La última, Lyssa, una transexual brasileña de 41 años asesinada en noviembre pasado en Alicante.

Principalmente, racistas

Lyssa fue una de las 169 víctimas atacadas por su orientación o identidad sexual en 2015, de acuerdo a los registros de las fuerzas armadas. Esta es la cuarta tipología de odio por número de agresiones en España, según Interior, que contabilizó 505 delitos de racismo y xenofobia, 308 motivados por ideología, 226 relacionados con la discapacidad de la víctima, 70 por creencias o prácticas religiosas, 24 por razón de género, 17 hacia sintecho y nueve antisemitas.

Mor, un vendedor ambulante senegalés que llevaba 15 años en España, se precipitó desde el balcón de su casa en Salou cuando la policía entró a registrarla, en agosto pasado. En diciembre, Amisau Méndez, un guineano de 41 años, fue apuñalado en Roquetas de Mar por desconocidos. El asesinato degeneró en una espiral de violencia que recordó a otros tiempos, a los de los linchamientos racistas en El Ejido, en 2000.

El racismo se extiende cual mancha de aceite en Europa, alarma Movimiento contra la Intolerancia, y, aunque en España «vivimos un periodo no abrupto» a juicio de Esteban Ibarra, todavía se producen agresiones y hechos violentos contra inmigrantes, sus bienes y centros religiosos. La concejala del distrito madrileño de Arganzuela de Ahora Madrid Rommy Arce ha estado recibiendo insultos xenófobos a través de su cuenta de Twitter por parte del grupo neonazi Arganzuela Socialpatriota, el mismo que grabó con una navaja el número 88 (que significa Heil Hitler) en el brazo de un joven latinoamericano.

Organizaciones de activistas y solidaridad, como Movimiento contra la Intolerancia y SOS Racismo entre otras, reclaman desde hace años una ley de protección integral contra los delitos de odio que prevenga estas agresiones tanto en la calle como en Internet. “Tendría que ser una ley distinta a una necesaria ley de igualdad de trato y no discriminación, que nunca se aprobó”, apura Esteban Ibarra, asimismo secretario del Consejo de Víctimas de Delitos de Odio.

Antisemitismo e islamofobia

El Observatorio del Antisemitismo en España registró 30 actos antisemitas, entre los que incluye los tuits del concejal madrileño Guillermo Zapata. En su informe anual, la Plataforma ciudadana contra la islamofobia contabilizó 282 hechos de odio. Los argumentos de la intolerancia se extienden. “Es por culpa del islam”, se dice. “Es porque son moros”, se aduce. “Es porque sus familias les han educado para que odien el país en que viven”, se justifica. “La extrema y ultraderecha se consolidan en Europa”, enfoca otra vez más Esteban Ibarra. “Hay que tomar como una vergüenza la presencia de partidos neonazis en Europa como el griego Amanecer Dorado, el húngaro Jobbik y el NPD”, impera.

La islamofobia se convirtió en el principal delito de odio en España en 2015, hasta el 40% del total, según la policía. “Islam es paz para tu puta madre”, rezaba la pintada que apareció la fachada de la mezquita Ismael en Burgos el 8 de enero del año pasado. «El mayor aliado de todos los grupos islamófobos del mundo y el que más daño ha hecho al islam ha sido sin ninguna duda el Dáesh», puntualiza Esteban Ibarra.

De los campos de fútbol a Internet

Internet es una pista rápida para la multiplicación del discurso del odio (hate speech), que sin embargo no ha abandonado los campos de fútbol, uno de sus viveros, en opinión de Esteban Ibarra. “Usan el hambre y los alimentos para excluir a inmigrantes, hacen propaganda contra los extranjeros, musulmanes, judíos y homosexuales, agitan y convocan manifestaciones”, denuncia. “El populismo xenófobo y las organizaciones neofascistas europeas buscan a la ultraderecha española”, advierte engomado en gravedad el presidente de Movimiento contra la Intolerancia. “Mensajes y discursos miméticos, campañas, reuniones y manifestaciones, enlaces en Internet y redes, compromisos públicos de apoyo financiero, actividades de organizaciones clandestinas”, enumera.

Lesiones, amenazas, injurias, actos racistas, xenófobos e intolerantes, incidentes motivados por razón de género y la ideología. Odio, en definitiva. Tolerancia cero, en respuesta.

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