La ultraderecha gana la primera vuelta de las presidenciales en Austria

, , | 24 abril, 2016

El aspirante ‘verde’ será el segundo candidato al cargo. Los partidos del Gobierno quedan fuera de la carrera

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El candidato de la ultraderecha austriaca, Norbert Hofer, vota este domingo en Pinkafeld. DIETER NAGL AFP

SARA VELERT. EL PAÍS.- La ultraderecha austriaca dio este domingo la sorpresa al ganar con claridad la primera vuelta de las elecciones a la presidencia del país. El aspirante del FPÖ, Norbert Hofer, logró un inesperado 35,3% de los votos y se situó en cabeza para disputar la ronda decisiva del próximo 22 de mayo al exportavoz de Los Verdes, Alexander Van der Bellen, quien pasó de favorito a segundo candidato con un 21,3%, por delante de la independiente y expresidenta del Tribunal Supremo Irmgard Griss (19%).

Las urnas confirmaron los peores temores de los partidos mayoritarios, socialdemócratas (SPÖ) y conservadores (ÖVP), que sufrieron una cruda derrota y solo reunieron un 22% de votos entre ambos. Por primera vez desde el final de la Segunda Guerra Mundial, la presidencia no la decidirán las formaciones de la coalición de Gobierno.

Su declive viene de lejos y ha estado acompañado del crecimiento constante del ultraderechista FPÖ. “Los grandes partidos no han sido capaces de modernizarse en las últimas décadas y de atraer a nuevos votantes”, afirma el analista político Peter Hayek, quien preveía poco antes de las elecciones que el fracaso de los candidatos oficialistas supondrá “una última señal de alarma” de la necesidad de cambio en el SPÖ y ÖVP. Así lo admitió indirectamente este domingo el canciller austriaco, el socialdemócrata Werner Faymann, al asegurar que el resultado «es un claro aviso al Gobierno» de coalición para que «trabajar conjuntamente con más fuerza». Sin embargo, frente a posibles movimientos internos tras la debacle electoral, Faymann enfrió las expectativas de cambios, informó France Presse.

Los ultranacionalistas liderados por Heinz-Christian Strache ya superan al SPÖ y ÖVP en intención de voto de cara a las generales de 2018 y el año pasado lograron fuertes avances en tres regiones. “Este es el comienzo de una nueva era política”, pronosticó ayer Strache, que envió a la arena electoral a un parlamentario que ha vendido una versión amable de la línea dura del partido contra la inmigración y la Unión Europea.

En una lista inusualmente larga de seis aspirantes a la presidencia, las encuestas situaban hasta este domingo en el primer puesto, con un 25% de apoyo, a Alexander Van der Bellen, portavoz de Los Verdes entre 1997 y 2008 y antiguo catedrático de economía. Le seguía de cerca el ultraderechista y vicepresidente tercero del Parlamento Norbert Hofer, que se movía en torno al 24% pero cuya ventaja se ha disparado finalmente hasta el 35,3%.

La independiente y expresidenta del Tribunal Supremo Irmgard Griss se quedó por poco a las puertas de la segunda vuelta. Aunque ningún candidato alcanzaba en los sondeos previos una mayoría absoluta para resolver la elección en la primera vuelta, pronto quedaron descolgados el hasta hace unos meses ministro socialista de Asuntos Sociales Rudolf Hundstorfer y el veterano político democristiano Andreas Khol, que este domingo no han pasado de 10,9% y 11,1% de los votos, respectivamente. Sin ninguna posibilidad desde el principio de la campaña ha cerrado la lista de candidatos Richard Lugner, un excéntrico constructor vienés que ha cosechado un magro 2,3%.

Hofer, de 45 años, ha sacado provecho del malestar de muchos austriacos con la marcha del Gobierno de Werner Faymann y sus medidas antes la crisis de los refugiados, que considera un parche ante la alternativa de cerrar las fronteras. «Necesitamos controlar nuestras fronteras. Austria no es la seguridad social de medio planeta», aseguró en su último mitin, según Efe.

Su contrincante en la segunda vuelta, Alexander Van der Bellen, de 72, se convertirá ahora en la esperanza de los que no quieren ver por primera vez a un miembro del FPÖ en la presidencia que, si bien es principalmente protocolaria, encabeza el Ejército, tiene la potestad de encargar la formación de Gobierno y disolver el Parlamento a petición del Ejecutivo.

Van der Bellen, que se presenta como independiente, pero con el respaldo de Los Verdes, ha cosechado votos más allá de las filas ecologistas con posiciones claras al oponerse, por ejemplo, al tope en el número de peticiones de asilo que Austria quiere aplicar este año, y al asegurar que como presidente haría lo posible por no tomar juramento a un canciller del FPÖ, a cuyo candidato se enfrentará el 22 de mayo.

Si en el pasado el foco se ha situado sobre el perfil personal de los candidatos y su capacidad para representar al país y ejercer de autoridad moral, en esta campaña ha destacado el debate en torno a la crisis de los refugiados y a los drásticos límites al asilo que pretende imponer el Gobierno. Los candidatos de los partidos gobernantes, que han dado un giro acelerado hacia posiciones más duras en los últimos, “no sacan provecho de esta polémica”, mientras que la ultraderecha se ha visto confirmada en su discurso antiinmigración, apuntaba antes de las elecciones el politólogo de la Universidad de Viena Laurenz Ennser-Jedenastik. “El debate de los refugiados es dominante y los votantes buscan posturas claras de los aspirantes. Y las encuentran sobre todo en Van der Bellen o en Hofer”, añadía Hayek.

La insatisfacción con la marcha del Gobierno por el creciente paro y la falta de reformas ha supuesto un lastre para Hundstorfer y Khol, que a tenor de los sondeos resultaban “poco atractivos más allá de las bases de sus partidos”, dice Ennser-Jedenastik.

El actual presidente, el socialdemócrata Heinz Fischer, abandona el cargo a comienzos de julio, después de agotar el máximo legal de dos mandatos de seis años. Unos 6,4 millones de ciudadanos con derecho a voto estaban llamados a las urnas este domingo. La participación se situó en torno al 70%.

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