«La nueva normalidad son alborotos»: el independentismo calienta la desescalada

, | 21 mayo, 2020

Varios grupos instan a desobedecer el confinamiento y a tomar las calles de Cataluña. El último en hacerlo ha sido la organización Endavant, que agrupa al núcleo duro de la CUP

ANTONIO FERNÁNDEZ. EL CONFIDENCIAL.- «La nueva normalidad serán alborotos». El sector más duro del independentismo ha anunciado su vuelta a las calles —con vandalismo incluido— para mantener vivo el conflicto catalán. Hace una semana, seis cajeros automáticos fueron rociados con pintura o sufrieron desperfectos por líquidos corrosivos en Barcelona.

Hace dos semanas, un grupo radical reivindicó la quema de contenedores a lo largo y ancho de toda Cataluña, aunque en realidad en la ciudad de Barcelona hubo fuego en un par de ellos, “lo que entra dentro de los parámetros normales”, según fuentes municipales.

Varios grupos llaman a desobedecer el confinamiento y a tomar las calles de Cataluña. El último en hacerlo ha sido la organización Endavant, que agrupa al núcleo duro de la CUP. Esta organización ha sido contundente en un duro comunicado a su militancia este lunes. “Llamamos a recuperar las calles, a plantear desde ahora la respuesta al capitalismo. Llamamos a generar movilizaciones en nuestros barrios, ciudades y pueblos. Llamamos a responder a los abusos de los gobiernos, a las ocupaciones policiales y militares de nuestras calles”.

Era toda una declaración de intenciones. En el texto, los ‘duros’ de la CUP se quejan de que se ha hecho trabajar sin equipos de protección a los empleados públicos. “Hemos padecido las consecuencias de privatizaciones y recortes en sanidad de las últimas décadas. Hemos padecido la situación de extrema precariedad de las residencias. Hemos padecido la incapacidad de producir equipos de protección mientras las empresas de sanidad privada presentaban ERTE y especulaban con las pruebas de detección del covid-19”, dice el comunicado.

Acusa luego al Gobierno de Pedro Sánchez de «convertir la excepcionalidad en una oportunidad para reforzar la centralización y la militarización de las instituciones, del discurso y de las calles, intentando crear un contexto belicista y exaltando el nacionalismo españolista para dificultar la crítica y silenciar la disidencia». También subraya que las ruedas de prensa diarias con representantes policiales y militares «y la ocupación física de nuestras calles por parte de militares y cuerpos policiales crean una auténtica imagen de control social de la sociedad con un fuerte carácter autoritario». Ante ello, reclama que “la canalización de la rabia, el descontento y las movilizaciones hacia posiciones rupturistas, y la articulación de un bloque de unidad popular, han de ser la prioridad los próximos meses” para el independentismo. Y termina subrayando, en un mensaje nada disimulado, que desde “Endavant hacemos un llamamiento a recuperar las calles y reavivar la brasa de la lucha”.

No es la única organización que quiere calentar el ambiente. La organización Arran, la rama juvenil de la CUP, también hacía los pasados días una llamada similar: “Preparémonos para volver a hacer nuestras las calles y pasar a la ofensiva, porque nos va la vida. O ellos o nosotros. O el capital o la vida”, clamaba a principios de mes.

Otros grupos radicales no les van a la zaga a estas dos organizaciones y se arrogan la creación de ‘comandos’ independentistas para practicar la desobediencia civil y el vandalismo por las noches. Se jactan de haber quemado decenas de contenedores y de haber destrozado un centenar de cajeros automáticos de entidades bancarias, subiendo vídeos a las redes de estos hechos.

Los panfletos editados son muy gráficos. Uno de ellos, por ejemplo, hace referencia a la afectación a los símbolos españoles. Detalla que el material a utilizar es espray, globos de agua con pintura o pegatinas. Los efectos son para “reducir la representación española en Cataluña”. Los objetivos prioritarios son carreteras y edificios: “En señales de tráfico donde aparezca el escudo español o se haga referencia al Estado, hacer que no se pueda ver”, dice el panfleto. El último consejo establece: “Escoge el lugar de actuación y actúa, marca un plano, horarios, necesidades y hazlo”.

Los objetivos concretos

Al margen del esquema repartido, en el dosier realizado al efecto de esta acción se señala que “para reducir la visibilidad del Estado español en Cataluña, más allá de si tenemos o no un estado catalán, resultará necesario ver dónde está representado y dónde se puede ver el escudo, bandera u otras representaciones visuales de poder. Es, pues, importante tomar conciencia de cuáles son estos símbolos y qué parte puede hacerse menos visible para los catalanes”.

Así, llama a tachar las señales de circulación de las autovías, “que son de titularidad española”. En este caso, proponen “tapar con pintura el escudo o todo lo que haga referencia al Estado español de las señales”. También adjuntan una fotografía del edificio de la Aduana en Barcelona y llaman a “llenarla de color amarillo”, ya que es un inmueble de titularidad estatal. Asimismo, reclaman acciones en el Aeropuerto de Barcelona, “que está en manos de Aena” y “es una muestra más de la falta de competencias en una autonomía de cartón”.

El objetivo aquí es retirar la bandera española y sustituirla por una estelada. Son ejemplos, pero los organizadores piden más ideas. Otro capítulo enseña a retirar banderas españolas en comandos de cuatro personas “a altas horas de la noche”.

Llama a tachar las señales de circulación de las autovías, «que son de titularidad española», y «tapar con pintura el escudo del Estado español»

Con motivo del 1 de mayo, este grupo editó un capítulo de guerrilla urbana. “Tácticas en grupo: mejora de barricadas de ciudad y pueblo en Cataluña. Estableciendo un objetivo táctico por parte del equipo técnico e introduciendo elementos de refuerzo de los mismos nos ayudará a mantener mejor la posición y sorprender al oponente”.

Uno de los capítulos más completos y espectaculares, no obstante, es el que enseña a alternar vestimenta en acciones callejeras para despistar a las fuerzas policiales. En él, se detallan las prendas que se han de llevar, cómo se ha de hacer y las tácticas más rápidas y efectivas para pasar desapercibidos.

Este martes, la CUP había previsto seis protestas en la calle bajo el lema ‘Recuperemos las calles’, como consecuencia de las cuales fue detenida una joven en el barcelonés barrio de Gràcia (también se convocaron en Raval, Nou Barris, Sants, Horta y Sant Andreu). Según la formación anticapitalista, las protestas, que se diseminaron por varios barrios de Barcelona, “se llevaron a cabo respetando todas las medidas sanitarias desde el inicio hasta la llegada de la Brigada Móvil [antidisturbios]”. Y Endavant, el núcleo duro de la CUP, lanza un reto: “No nos amedrentáis. Defenderemos nuestros derechos y conquistaremos otros nuevos. ¡Lucharemos!”. Arran, la rama juvenil cupera, advertía mediante un cartel distribuido por las redes y pintadas realizadas en paredes y muros de toda Cataluña: “La nueva normalidad serán alborotos. Organicémonos”. Diversos colectivos antisistema e independentistas ya han convocado concentraciones a las ocho de la tarde a partir de esta semana, bajo el lema ‘Ya es hora de bajar de los balcones y encontrarnos en las plazas’.

Para este miércoles, estaba convocada también una nueva protesta a las ocho de la tarde: se trata de “salir a hacer deporte” por la Gran Vía barcelonesa, entre plaza de España y plaza Universidad, con una camiseta negra y un lema común: ‘Corre, salta, lucha. ¡Por los derechos y las libertades!’. Bajo este eslogan, se puede colocar en un espacio en blanco una reivindicación personalizada. Los organizadores proponen varias ideas: ‘Los recortes matan’, ‘Menos militares, más médicas’, ‘Renta universal garantizada para todos’ y ‘Los Borbones son unos ladrones’.

La protesta cuenta con el apoyo de varios comités de defensa de la república (CDR), tanto de barrios barceloneses como del resto de Cataluña, que han hecho público un comunicado en el que subrayan que “es preciso volver a las calles y expresar nuestro rechazo. Que la pandemia no enmudezca la protesta”.

De hecho, durante los pasados días, varios CDR de barrios barceloneses realizaron manifestaciones (con pocos militantes, perfectamente resguardados con medidas de protección y manteniendo la distancia de seguridad) con pancartas con lemas como ‘Fuera el Ejército español’, ‘No a la Cataluña de Vichy’, ‘Libertad presos políticos’, ‘La autonomía que necesitamos es la de Portugal. Independencia’, ‘La Generalitat no es ninguna gestoría’ o ‘Muerte al Borbón’. No se registraron incidentes en estas protestas, que se llevaron a cabo desde los barrios de La Sagrera hasta Les Corts, pasando por Gràcia o Sant Antoni. Todo un magma que quiere mantenerse vivo para que la agitación en la calle no decaiga.

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