La Fiscalía pide cuatro años de cárcel por delitos de odio para el rockero de los neonazis.

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E Confidencial.- A. G.D.J., alias ‘Pugilato’, mostró su apoyo al supremacista que mató a medio centenar de personas en una mezquita de Nueva Zelanda. Sus letras contienen proclamas contra la inmigración, son antisemitas y denigran al colectivo LGTBI

«¡Muy buenas tardes! Amigos, camaradas e infiltrados de la Brigada de Información, periodistas varios, Fiscalía de Crímenes de Odio, sed bienvenidos a este humilde, pero poderoso canal«. El arranque del programa es fuerte y la escaleta no le va a la zaga: «El ‘Team Facha’ [como definen a Vox]; el auge de las bandas de inmigrantes; la Ley de Memoria Democrática y la posible exhumación de José Antonio [Primo de Rivera]; elecciones en Italia… Giorgia Meloni. ¿Qué pasa? ¿Es del palo o no? ¿No es del palo? ¿Es el fascismo? ¿Es el auge? ¿No lo es? ¿Es liberalismo?».

La tertulia a tres bandas la componen un escritor autodenominado «defensor de los derechos civiles de los blancos» y un abogado que, con un tono jocoso, muestra su satisfacción por haber sido invitado a «esta sección de radicalización«. Ejerce de presentador Alberto G.D.J., alias ‘Pugilato’, cantante del grupo de rock anticomunista que lleva el mismo nombre. Un tipo que durante años ha sido considerado por las fuerzas de seguridad como uno de los neonazis más importantes de España. La letra de sus canciones son un muestrario de soflamas contra la inmigración, gritos antisemitas, mensajes de rechazo a los homosexuales… que tienen su proyección en distintas cuentas en redes sociales, donde se expresa e interactúa con sus seguidores.

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Esta huella digital que conforman sus vídeos musicales y mensajes le sentará en el banquillo en la Ciudad de la Justicia de Málaga después de que el Ministerio Público haya solicitado para él cuatro años de cárcel, una multa de 3.300 euros y el cierre del perfil en el que difunde sus consignas, al considerarlo presunto autor de los delitos de provocación al odio y a la discriminación y enaltecimiento o justificación de esta clase de actos. Un caso que en las últimas horas cobra más protagonismo tras la polémica por la actuación en el macroevento político celebrado por Vox este pasado fin de semana de un grupo musical cuyas estrofas han generado gran controversia.

 

La foto de Alberto G.D.J. ocupa un lugar prioritario en las unidades de Información que operan por todo el país. A sus 36 años de edad, acumula antecedentes policiales por lesiones, desórdenes públicos, daños o amenazas, y ha sido considerado uno de los líderes y principales prescriptores del movimiento neonazi en el país. Los tatuajes que adornan su cuerpo —un soldado nazi en la espalda o un águila imperial en uno de sus tobillos, por ejemplo— remarcan con tinta el convencimiento de unas creencias extremistas que han transitado desde los grupos de ‘skin heads’ hasta la construcción de un «patriota nacionalista».

 

Natural de Valladolid, se instaló durante los últimos años en la localidad malagueña de Estepona, donde ejerció como vigilante de seguridad, explicaron fuentes policiales consultadas por El Confidencial, que añadieron que en las últimas fechas se había trasladado a León para trabajar en una empresa de «recuperación de impagados» que también tiene sedes en Vigo, A Coruña, Asturias y Madrid. «Es el gerente de la oficina de Valladolid», apuntaron.

 

Padre de dos hijos con una chica de su misma ideología, en internet muestran cómo a su hijo parecen inculcarle los mismos pensamientos, poniendo de relieve que su nuevo estatus vital no ha aplacado ni modificado sus postulados. A través de YouTube, Telegram, Twitter y pódcast, Pugilato despliega «un discurso de odio basado en prejuicios, estereotipos y actitudes discriminatorias de carácter xenófobo y racista«, explican las fuentes consultadas, que recuerdan que ha estado envuelto en multitud de investigaciones. En 2018, la Sección Séptima de la Audiencia Provincial de Barcelona emitió un fallo condenatorio por la celebración en 2010 en Sabadell de un concierto en el que participaron el anterior grupo de Alberto, Más que Palabras, y la polémica banda ultra Batallón de Castigo. Esta resolución fue ratificada por el Tribunal Supremo (TS) en diciembre de 2020. Ahora deberá afrontar un nuevo proceso en Málaga derivado de una denuncia que en diciembre interpuso la asociación Movimiento contra la Intolerancia y que desembocó en la detención de Pugilato el 15 de octubre de 2019.

Entre medias, el análisis de letras de canciones y numerosas publicaciones en redes por parte de los agentes de la Brigada de Información de la Comisaría Provincial de Málaga, que han acabado sustanciando una acusación por un delito de provocación al odio y a la discriminación y otro por enaltecimiento o justificación de estos comportamientos delictivos.

Tarrant y Josué

En la calificación previa de la Fiscalía, a la que ha tenido acceso este periódico, se pone el foco en un tema titulado ‘Democracia’, en el que se defiende a Josué Estébanez, el neonazi condenado por el asesinato en el metro de Madrid del antifascista Carlos Palomino, y donde se critica al sistema democrático porque «es darle prestaciones a los que vienen de fuera» y «es la destrucción de la familia, es el puto orgullo gay que todo lo contamina«. Aunque donde más se centra el Ministerio Público es en los mensajes supuestamente publicados por Alberto G.D.J. en Twitter entre agosto de 2018 y marzo de 2019, en los que «manifiesta, de forma inequívoca, su desprecio y animadversión hacia los inmigrantes de etnias magrebíes o latinoamericanas o a los gitanos, asimilándolos a delincuentes». El objetivo, considera, es «generar sentimientos de hostilidad y discriminación hacia los mismos», justificando «la realización de actos violentos frente a dichos colectivos».

 

En el escrito de acusación se destacan 13 publicaciones. «¿Qué más tiene que ocurrir para levantar un muro forrado de ametralladoras?», se preguntaba el investigado tras un salto a la valla de Ceuta, mientras que en noviembre de 2018 difundía: «Hace ya unos cuantos años, un hombre decidió enfrentarse de verdad al enemigo del pueblo, se llamaba Adolf Hitler«. Otro texto abogaba por «el cierre inmediato de fronteras, retirada de nacionalidad a los inmigrantes nacionalizados, expulsión de todos los inmigrantes ilegales y de los legales sin trabajo». Una argumentación que en un ‘post’ anterior justificaba en que «la mayoría de las agresiones sexuales, reyertas y delitos son cometidos por inmigrantes».

La Fiscalía destaca entre todas las publicaciones la que presuntamente realizó el investigado en apoyo de Brenton Tarrant, el autor de la masacre en una mezquita de Nueva Zelanda, que realizó un macabro ‘homenaje’ a Josué Estébanez al escribir el nombre del neonazi español en uno de los cargadores con los que asesinó a sus víctimas. Alberto G.D.J. se refiere a este criminal como «camarada» y afirma sobre los crímenes perpetrados por este: «Combatir el terrorismo no puede ser nunca calificado como terrorismo, sino como autodefensa».

 

La acusación pública defiende los cargos que imputa a Pugilato en la resolución del TS sobre Más que Palabras, que advertía de que este tipo de pronunciamientos «no podían quedar amparados por la libertad de expresión» y señalaba que «ponían en peligro la paz social». Por estas circunstancias, solicita que el rockero de los neonazis de España, y una de las principales voces de este movimiento ultra, sea condenado a cuatro años de cárcel y se le imponga una multa con una cuota diaria de 10 euros. Además, se pide que sea inhabilitado «para profesión en el ámbito docente, deportivo y de tiempo libre por tiempo de 10 años«; y se reclama «el cierre del perfil que ha venido utilizando, así como la eliminación de todos los comentarios ofensivos que se recogen en el atestado policial».

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