La estrella Nazem Kadri sufre un infierno en la NHL: insultos racistas y amenazas de muerte.

, | 4 junio, 2022

Yahoo Deportes.- Los playoffs de la NHL están siendo una auténtica pesadilla para Nazem Kadri. El jugador de ascendencia libanesa y musulmán practicante de los Colorado Avalanche ha sido objeto de insultos racistas y acosado en redes sociales e incluso él y su familia han recibido amenazas de muerte. Todo por una acción en el tercer partido de las semifinales de la Conferencia Oeste entre su equipo y los St. Louis Blues, en el que colisionó con el portero Jordan Binnington y el defensa Calle Rosen. Al primero le provocó una lesión de rodilla y el segundo se vio obligado a perderse el resto de la eliminatoria por una lesión de espalda.

La vida, al menos a corto plazo, de Kadri y su familia cambió de golpe y porrazo (perdón por la expresión). Se convirtió en una diana para el odio de los aficionados de los Blues y hasta comenzó a recibir cargas y golpes fuera de lugar por parte de los jugadores de St. Louis durante el resto de la eliminatoria. La rabia y frustración al haber salido lesionado llevaron a Binnington a lanzar una botella de agua a Kadri en el túnel de vestuarios después del partido de la discordia, mientras el jugador de los Avalanche realizaba una entrevista televisiva en directo. “Iba por el túnel, no pude encontrar un cubo de reciclaje y justo le vi haciendo una entrevista, riendo y carcajeando mientras yo cojeaba y pensé que era una señal de Dios”, explicó el portero, dando el pistoletazo de salida al hate generalizado.

A toro pasado, Binnington quiso zanjar el asunto. “Es lo que hay. Es hockey, un deporte competitivo”, comentó, pero ya fue tarde. La situación se escapó tanto de las manos que Craig Berube, entrenador del conjunto de la nota musical, tuvo que pedir calma. “Esto no es aceptable. No estoy en las redes sociales, pero me han informado de las amenazas a Nazem. [No se puede permitir] el comportamiento racista. No es aceptable viniendo de alguien de los St. Louis Blues ni por nadie. No tiene que pasar por esto”, declaró el técnico en rueda de prensa dos partidos después del incidente.

Y es que no es habitual este tipo de comportamientos por parte de los fans de la NHL en particular o el hockey sobre hielo en general. Ni siquiera teniendo en cuenta el carácter relativamente violento de una competición como la norteamericana. Las rivalidades y los piques, más o menos insanos, son el límite. Las amenazas de muerte y los insultos racistas están absolutamente fuera de lugar, en el hockey y en la vida en general.

No tiene ningún sentido que por una jugada, por muy malintencionada o no que fuese (Kadri no recibió ningún tipo de penalización), alguien tenga que pasar este tipo de calvario. No es ni medio normal que los Avalanche tuviesen que pedir un aumento de presencia policial en el hotel del equipo y en la entrada del autobús al pabellón durante los dos partidos en St. Louis. No es racional que un jugador y su equipo teman por su integridad física, y mucho menos en un deporte en el que ambas plantillas forman en fila para estrecharse las manos después de haberse repartido estopa durante toda una eliminatoria.

El problema también está en la reputación de jugador sucio que acarrea Kadri. El entrenador Berube echó más leña al fuego en primera instancia diciendo que “sólo hay que ver su fama. No tengo más que decir”, mientras que los seguidores de los Blues se encargaron de recordar que entre todas las sanciones recibidas por Kadri a lo largo de su carrera hay una de ocho partidos por una carga ilegal sobre Justin Faulk, defensa de St. Louis, el año pasado. Tampoco ayuda que el propio Kadri declarase a toro pasado que los comentarios de Berube y otros integrantes de los Blues le sirvieron como motivación extra.

Sin embargo, como decíamos, hay un límite, y la religión o la raza no tienen nada que ver con el juego sucio en el hielo. “Siendo yo mismo nativo americano, he escuchado todo tipo de cosas. Sé de lo que hablo. No es bueno en absoluto, así que sólo quiero que todo esto se deje atrás. No hay sitio para esto en ningún lugar”, pidió Berube.


Los Avalanche eliminaron a los Blues con Kadri jugando a un nivel espectacular y ahora se ven las caras con los Edmonton Oilers en la Final de la Conferencia Oeste… en un ambiente algo más calmado y buscando devolver las aguas al cauce del raciocinio. La comunidad islámica de Denver ha respaldado al jugador y ha pedido que se acabe el odio hacia él y su religión, mientras que el alcalde de Edmonton, Amarjeet Sohi, ha hecho unas declaraciones en las que comentaba estar plenamente seguro de que los habitantes de su ciudad serán unos buenos anfitriones para el conjunto de Colorado y Kadri.

Sólo le faltó decir “en Canadá no somos así”, aunque sus palabras no fueron muy desencaminadas. “Ese tipo de comportamientos [racistas] son completamente inaceptables y la ciudad de Edmonton dará a Nazem y los Avs una calurosa bienvenida para demostrar que la competitividad más feroz puede estar dentro de los estándares del respeto al mismo tiempo”, aseguró un Sohi que confesó haber sufrido ataques racistas por su color de piel cuando llegó a Canadá en los años 80.

Ahora sólo queda esperar a que las palabras del alcalde de Edmonton sean respaldadas por los fans de los Oilers… y que Kadri ponga de su parte para que un episodio tan triste no vuelva a repetirse en un deporte de caballeros como es el hockey sobre hielo.

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