La Asociación Realidades alertó este jueves sobre el “descomunal” aumento en los últimos meses de los delitos de odio relacionados con la aporofobia que sufren las personas sin hogar.
A su juicio, esta realidad «queda fuera de los datos oficiales que publican las instituciones, debido a la gran infradenuncia que existe por el miedo de la víctima a sufrir represalias, la falta de documentación, trabas burocráticas, temor a la deportación o a desvelar su identidad Lgtbi».
En el marco del Día Europeo de las Víctimas de Delitos de Odio que se celebra mañana, 22 de julio, Realidades subrayó que los últimos datos publicados por el Ministerio del Interior, que reflejaban un aumento del 41 % de estos delitos en los últimos cinco años , «no recoge la dura realidad diaria que vive el colectivo».
En un comunicado, expresó su «preocupación porque la violencia hacia el pobre cada vez es más común y más brutal». «La alarmante subida de estos episodios violentos coincide con los efectos de la pandemia», apuntó, que ha provocado un “preocupante aumento” de las personas en situación en la calle por la pérdida de empleo, además de dejar en situación de “extrema vulnerabilidad a quienes ya estaban sin hogar».
Realidades destacó que «sobrevivir al raso supone el recorte de hasta 30 años de esperanza de vida y multiplica las posibilidades de sufrir agresiones y violencia generalizada relacionadas con la aporofobia».
Este peligro se eleva además en función de otras circunstancias de la persona, como el sexo, la raza, su orientación o expresión sexual, su identidad de género, su ideología o su discapacidad.
Según datos del Observatorio de Delitos de Odio Contra las Personas Sin Hogar –Hatento- tan sólo el 13 % de las personas que están sin hogar que han sido víctimas de un delito de odio por aporofobia ha denunciado, frente al 47% que reconoce haber sufrido esta tipología de violencia. “Yo diría que todos los que hemos estado en situación de calle hemos sufrido odio”, comentó Javier, participante de Realidades.
