El detenido tenía una orden de alejamiento y los hechos ocurrieron a 50 metros de donde vivía la mujer que le denunció en su día
CADENA SER.- Un hombre de 39 años ha sido detenido en Parla tras acuchillar a dos agentes de policía que le persiguieron después de recibir una llamada de un vecino alertando de que una persona estaba rompiendo las ventanillas de varios coches. Todo ocurría de madrugada en la calle Virgen del Rocío de la localidad, donde acudía la patrulla de la Policía Nacional tras el aviso del vecino.
Los agentes identificaron a un hombre sospechoso en las cercanías del lugar, que se dio a la fuga, aunque la cojera de una pierna que padecía le impidió que consiguiera eludir a los policías, quienes finalmente consiguieron interceptarle. En ese momento, el hombre sacó un cuchillo de unos 9 centímetros de hoja y 20 de longitud de su mochila y se lo clavó en el pecho a uno de los agentes, según informan desde la Jefatura Superior de Policía. Su compañero, al acudir en su auxilio, también recibió otra puñalada muy cerca del corazón, aunque el chaleco de protección que llevaban ambos impidió que el cuchillo les alcanzara el cuerpo y resultaran heridos. Mientras se producía el forcejeo el agresor gritaba: “Os voy a matar”.
La situación hizo que los policías sacaran las armas de fuego reglamentarias, pero el hombre huyo accediendo a un portal cercano y entrando con unas llaves en una vivienda. Al llamar los agentes a la puerta, les abrió un tío del sospechoso, quien les dijo que ya no estaba en el domicilio, sin embargo, tras autorizar a los policías a entrar en la casa, éstos encontraron al supuesto agresor escondido bajo una mesa camilla con el cuchillo en la mano. Al ser descubierto empezó a gritar: “Os voy a matar, cabrones; a ver si tenéis cojones de cogerme”. Los agentes finalmente le quitaron el cuchillo y le redujeron. El detenido fue trasladado al Hospital Infanta Cristina de Parla, donde comprobaron que no tenía lesiones, aunque continuaba con su tono agresivo. “Os voy a escupir, tengo el sida”, gritaba al llegar al centro hospitalario.
El hombre había roto con un destornillador las ventanillas de tres coches estacionados en la calle y además tenía en vigor una orden de alejamiento de 1.000 metros de una mujer que vivía a 50 metros de la zona donde se habían producido los hechos iniciales.
