“Hay más discurso de odio en Estados Unidos que nunca”

, | 27 enero, 2022

La Razón.- Los crímenes de odio y violencia contra algunas comunidades han aumentado drásticamente en Estados Unidos durante las dos últimas décadas, especialmente por motivos de raza y religión, alcanzando su nivel más alto registrado desde hace doce años.

Dos trágicos acontecimientos que tuvieron lugar en 2018 y 2019, los ataques contra las sinagogas de Pittsburg (Pensilvania) y Poway (California) respectivamente, conmocionaron al país y forzaron a cambios definitivos en las medidas de seguridad de los centros de culto a los que acuden millones de personas. El balance de doce víctimas mortales y decenas de heridos en ambos altercados tras los disparos de asaltantes, que entraron armados a los templos judíos, pusieron de manifiesto que Estados Unidos “es un país un poco menos seguro que antes”.

Así lo confirma en entrevista para LA RAZÓN el rabino Hyim Shafner, de la Congregación Kesher Israel, la sinagoga original de 1911 situada en el emblemático barrio de Georgetown, que cuenta con más de un siglo de historia y, entre sus fieles, destacados políticos, diplomáticos, juristas, periodistas y autores estadounidenses. Aunque, a pesar de las actuales circunstancias, “la comunidad judía se siente lo suficientemente segura todavía en este país: un lugar donde se puede ser libre, y sentir esa libertad la mayor parte del tiempo”.

El líder judío reconoce, aún así, que las sinagogas de la capital estadounidense como la suya se han visto obligadas a “poner en marcha toda clase de medidas para protegerse” ante el auge de antisemitismo. “Casi todas las sinagogas cuentan ahora con una persona dedicada exclusivamente a los temas de seguridad: guardias armados, mediadores, expertos, organizaciones que protegen los centros de culto… también alarmas, cámaras de seguridad, entrenamientos personalizados y otro tipo de protecciones” contra posibles ataques.

Asimismo, las autoridades federales, estatales y locales, alertadas por la grave situación, han contactado a los líderes comunitarios para trabajar de manera conjunta en esta creciente problemática. El Departamento de Seguridad Nacional de EEUU, el Departamento de la Policía de Washington y los vecinos del barrio de Georgetown trabajan “en completa colaboración”, así como la “útil e importante” inversión de la Administración y fondos locales para la seguridad de iglesias, sinagogas y otros lugares sagrados.

“Recientemente, yo mismo y otra treintena de personas nos reunimos con el jefe de la Policía y la Oficina de la Alcaldía del Distrito de Columbia. Nos llamaron porque están preocupados y quieren saber cómo estamos las comunidades, hacernos sentir arropados como una misma ciudad que somos. Estoy convenido de que sucede lo mismo a nivel nacional. Todos a una”, enfatiza el Rabbi, como le llaman en su Congregación, añadiendo: “Todos deberíamos estar preocupados, esto debería ser una llamada de atención”.

Al rabino Hyim Shafner le sorprende comparar la situación actual del país con su propia infancia: “No recuerdo que las sinagogas fueran así cuando yo era pequeño”, reconoce. “Si pensamos en hace apenas 10 años, hubiera parecido descabellado imaginar que la gente estaría asustada por ir a una sinagoga sin policía o guardia de seguridad. Siempre pareció el lugar más seguro. Pero ahora sucede lo contrario: piensan dos veces si entrar en una sinagoga sin alguien de seguridad presente. Es muy triste. Somos un país que garantiza la libertad de religión”, añade Shafner.

Una preocupación que ha ido en aumento desde que el pasado 15 de enero un antisemita, con pasaporte británico, retuviera a once rehenes durante varias horas en el interior de una sinagoga de Dallas, en Texas. Media docena pudo escapar gracias al entrenamiento previo recibido, pero el resto tuvo que ser rescatado por las autoridades, que acabaron abatiendo al asaltante.

“La persecución contra los judíos existe desde hace milenios”, explica Shafner. Recordemos que hace sólo 75 años, dos de cada tres judíos fueron asesinados en Europa. No hace tanto tiempo. Hemos estado ahí a lo largo de la historia pero, de alguna manera, para muchos de nosotros aquí en Estados Unidos se siente diferente. Es un lugar donde la gente se ha sentido siempre segura en los espacios de culto”.

Y, aunque el Rabbi quiere pensar que “América es todavía un lugar donde la gente siente seguridad”, lo cierto es que sabe que Estados Unidos “está más polarizado y hay más discurso del odio que nunca”. Sin ir más lejos, “el asaltante que tomó a los rehenes de Texas dijo que lo hacía porque creía que los judíos lo controlaban todo. Había escuchado ese argumento en alguna parte. Esa clase de amenazas son peligrosas, lo que sea que se perciba de otro grupo como negativo tendrá un efecto en el resto de la sociedad”, agrega el rabin

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