CARLOS YÁRNOZ. EL PAÍS.- Los actos de antisemitismo e islamofobia en Francia no han dejado de aumentar en los dos últimos años y especialmente desde los atentados yihadistas de enero pasado. Convertida ya en “causa nacional”, la batalla contra el racismo y la intolerancia religiosa cuenta desde este viernes con un nuevo arsenal jurídico, policial y educativo para los próximos tres años. El Gobierno invertirá 100 millones en el plan.
“El racismo, el antisemitismo, el odio a los musulmanes, a los extranjeros, la homofobia… aumentan de manera insoportable en nuestro país”, ha afirmado el primer ministro, Manuel Valls, al presentar el plan rodeado de media docena de miembros de su Gobierno. Entre las 40 medidas del proyecto, destaca la creación de una unidad policial específica para perseguir esos delitos, sobre todo en la Red. “Internet no es una zona al margen del Derecho”, señaló Valls.
El componente racista o antisemita en cualquier delito será considerado a partir de ahora “una circunstancia agravante”. Además, el Gobierno lanzará una campaña nacional de sensibilización. El Ministerio de Educación, por su parte, dará una especial formación a los educadores y contará con asesores específicos en el sector. El Ejecutivo pretende que ningún delito racista quede impune. “Castigar cada acto racista o antisemita, proteger a las víctimas”, ha escrito Valls en su cuenta de Twitter.
Valls eligió para explicar los detalles del plan la localidad de Créteil, al sureste de París, donde una pareja de jóvenes judíos fue secuestrada durante unas horas en diciembre por unos delincuentes. El ataque en ese lugar, donde cohabitan amplias comunidades de judíos y musulmanes, conmocionó a toda Francia. La joven secuestrada sufrió agresiones sexuales mientras los asaltantes decían a la pareja que les habían secuestrado por ser judíos y que, por tanto, debían tener dinero.
Desde el año pasado, según estadísticas difundidas por el Gobierno, se han duplicado los actos antisemitas en Francia en comparación con 2013, incluida la profanación de cementerios. En tres años, se ha triplicado el número de judíos residentes en Francia que optan por trasladarse a vivir a Israel. En 2014, lo han hecho cerca de 7.000, según fuentes de la comunidad judía.
Los actos contra los musulmanes también se han disparado, sobre todo después de los atentados yihadistas de enero, que Valls define como pruebas de “barbarie y oscurantismo”. El Observatorio contra la Islamofobia asegura que ya ha contabilizado 222 actos en lo que va de año, incluidos balazos o lanzamientos de granadas a centros de culto, frente a los 37 que registró en el mismo periodo en 2014. La opinión pública francesa ve con gran recelo a los cerca de cinco millones de musulmanes en el país.
“Los franceses judíos no deben tener miedo a ser judíos. Los franceses musulmanes no deben tener vergüenza de ser musulmanes”, ha sentenciado Valls.