“Estarás contento con lo que ha hecho tu padre”

, | 4 octubre, 2017

Hijos de guardias civiles se van de un instituto tras recibir reproches de dos profesores por los incidentes del domingo

ORIOL GÜELL. EL PAÍS.- La escalada de tensión que vive Cataluña irrumpió de pleno el pasado lunes en las aulas del instituto El Palau, en Sant Andreu de la Barca. “Estarás contento con lo que hizo tu padre ayer”, le espetó un profesor a un niño a primera hora de la mañana delante de toda la clase. “Hoy no puedo daros la clase como siempre. Estamos muy afectados. La ignorancia de la Guardia Civil ha quedado en evidencia. Solo saben dar palos”, dijo otro docente a los alumnos. Estas palabras “dolieron como un puñetazo” a muchos niños del instituto que son hijos de agentes del cuerpo, cuya comandancia está a 100 metros del centro. En el gigantesco cuartel viven de forma permanente unas 200 familias (un millar de personas en total).

Mi hija saltó. Tiene 15 años y su carácter. Yo le había dicho que tuviera mano izquierda. Que las cosas estaban tensas y que no se alterara si le decían algo. Pero no pudo contenerse. Ella ha nacido en Cataluña. Dijo que aquello era injusto, que se estaba generalizando y preguntó si se podía marchar. Le dijeron que se largara”, explica Javier Fernández, que lleva desde 1989 en Cataluña y desde 2003 en Sant Andreu.

Los maestros conminaron a los niños a mostrar su repulsa por la violencia policial del domingo. Cinco de ellos, tras lo ocurrido, se negaron y llamaron a sus familias, que los pasaron a buscar. Por la tarde, los padres se reunieron con los dos jefes de estudios del instituto, a quien mostraron sus quejas. “Hubo muchos críos que no tuvieron el valor de quejarse. Aguantaron y solo rompieron a llorar al llegar a casa”, explica un agente.

Josep Anton Asín, director de El Palau, explicó ayer que “han sido varios los padres que han mostrado sus quejas por lo ocurrido”. “Ahora estamos recabando todas las versiones [ayer el centro estuvo cerrado por la huelga] y adoptaremos las decisiones adecuadas para que lo ocurrido no altere la convivencia, que aquí siempre ha sido buena”.

Todas las fuentes consultadas —padres, docentes, municipales…— circunscriben los hechos a “dos o tres profesores”, pero admiten su preocupación por el impacto que el episodio pueda tener para la localidad. Incluso los padres más críticos alaban la actuación del resto de docentes: “Muchos supieron llevar la situación sin trasladar la tensión a los niños. Hay uno que les hizo reír diciéndoles: ‘Ya sabéis que soy independentista, pero en clase no hablaremos de política”, explica Bartolomé Barba, otro de los padres

Municipios como Sant Andreu de la Barca (27.000 habitantes) son las costuras frágiles de la crisis catalana. Situada en el Baix Llobregat, a la importante población llegada de otras partes de España se suma la presencia del acuartelamiento. La tensión en el municipio arrancó el domingo. La Guardia Civil acudió al mismo instituto para impedir la votación y, aunque hubo gritos, no hubo incidentes graves. Sí los hubo en el centro de atención primaria de la localidad, donde la intervención de los antidisturbios acabó con varios vecinos agredidos.

Las últimas elecciones municipales, en mayo de 2015, fueron ganadas por el PSC (35% de los votos), seguida de una candidatura en la órbita de Podemos (15%), ERC (14%), Ciutadans (10%) e ICV (7%). CiU y PP obtuvieron cada uno el 5%. Cuatro meses más tarde, en las elecciones que llevaron a Carles Puigdemont a la presidencia, la lista más votada fue Ciudadanos (27%), seguida del PSC (23%), y Junts pel Sí (19%).

El alcalde Enric Llorca (PSC) asegura estar “muy preocupado por la creciente tensión”. El mismo lunes, en una concentración convocada en repulsa por la violencia policial del día anterior, Llorca fue insultado y casi agredido. “Lo traumático es que era una concentración en contra de la violencia. Pero pronto se empezaron a gritar consignas independentistas. Algunos empezamos a irnos y entonces empezaron los insultos y empujones”, relata.

Otro ejemplo es la agresión sufrida ayer por un periodista de la televisión local cuando cubría una marcha independentista. Tuvo que ser atendido en el hospital de Bellvitge por problemas de visión tras recibir un fuerte golpe en la cabeza. El medio es privado y ha recibido en los últimos meses críticas desde filas independentistas por su cobertura informativa. “Tenemos que encontrar la fórmula de encauzar todo esto”, afirma el alcalde. “Es mucho lo que nos jugamos todos”, concluye. El Ayuntamiento pedirá información sobre lo ocurrido y ofrecerá todos sus servicios para que “quede en un episodio desafortunado”. Este diario no logró ayer hablar con los docentes pese a haberlo intentado por varias vías.

Entre las familias de los guardias civiles reinaba ayer una mezcla de rabia y desolación. La gran mayoría lleva muchos años en el municipio, “un gran sitio para vivir, donde nos conocemos todos y nunca había pasado nada”. “Ahora parece que se está desmoronando todo, pero no debemos dejarnos arrastrar por esa sensación”, añaden. Algunos incluso admiten que “lo del domingo no se organizó bien y pasaron cosas que deberían haberse evitado”. “Pero hacérselo pagar a los niños es indigno. Si cada desacierto de una parte sirve al otro para justificar otro, vamos todos directos al abismo”, concluyen.

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