La Asociación de Vecinos de Rocafonda cree que el acto se organizó con intenciones «segregadoras» contra los musulmanes
JORDI RIBALAYGUE. EL MUNDO.- Un acto nimio como puede ser una comida popular ha traído cola en Mataró. La Asociación de Vecinos de Rocafonda supeditó tramitar los permisos ante el Ayuntamiento de una fiesta con una paella para unos 300 comensales promovida por comerciantes y residentes en la zona a que, entre otras modificaciones, se cocinara sin cerdo ni bebidas alcohólicas, ya que en el barrio vive una numerosa comunidad que profesa el islam, religión que veta esos dos productos. Los organizadores rechazaron las condiciones y montaron la paella el pasado domingo como estaba prevista, aderezada con cerdo. Tras la polémica, la entidad vecinal juzga que el ágape se ideó con «premisas excluyentes y segregadoras» y estuvo «politizado».
A través de un comunicado, la Asociación de Vecinos afirma que, con los requisitos que requerían a los promotores del almuerzo, querían «frenar o paliar la intención segregadora que excluía a más de un 40% de las personas del barrio». En ese porcentaje se estima la población musulmana de Rocafonda, que experimentó antes de la crisis un aumento de habitantes procedentes de otros países.
La organización vecinal dice que, con sus propuestas, «no prohibía el acto» a los impulsores, pero advierte de que «en ningún momento» respaldarán iniciativas que cree discriminatorias. Recalca que, en fiestas mayores del barrio de años pasados, se había cocinado una paella de conejo, pollo ‘a l’ast’, gazpacho «y también cuscús»; son platos que no contravienen los preceptos del islam.
Días antes de la comida popular, sus promotores negaron que pretendieran marginar a los musulmanes y consideraron que la entidad les quería imponer criterios «inasumibles» y «ridículos». Por su parte, la entidad vecinal de Rocafonda atribuye intenciones xenófobas a los organizadores.
«La haremos de cerdo para que ellos no puedan venir» o «el barrio es de los andaluces» son algunas frases, previas al ágape, que atribuye en su comunicado a una parte de las personas vinculadas a la fiesta, a quienes también señalan por pedir «pescado gratis a un pescatero islámico, que no podría asistir al acto».
La Asociación de Vecinos juzga que la paella se instrumentalizó para que fuera «un ataque» contra la entidad y «la cohesión social». En el trasfondo de la polémica, subyacen las diferencias entre los actuales responsables de la organización vecinal y los anteriores, algunos de los cuales formaban parte de la preparación del almuerzo.
Ambas partes se han acusado de estar influidas por determinados partidos. El colectivo vecinal afirma que la comida estuvo organizada por «una persona militante del PSC, otros simpatizantes y familiares de ex concejales del mismo partido político y otra del PP, que sirvió en bandeja argumentos a otros partidos de la oposición y xenófobos», en alusión a Plataforma per Catalunya. La asociación también asegura que durante el almuerzo «se aconsejó por megafonía a los asistentes votar al PSC». Los socialistas vuelven a ostentar la Alcaldía de Mataró desde junio de 2015, cuando David Bote fue investido.
Además de llamar a la convivencia, la Asociación de Vecinos recuerda la pobreza y el paro que padecen muchos habitantes de Rocafonda que, unido a lo que juzgan como «disfuciones urbanísticas» y «unas políticas municipales y generales nefastas», conducen a una «situación casi insostenible que soporta día a día todo el vecindario».
