Abascal quiere despenalizar la instigación al odio contra las minorías

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El líder de Vox propone perseguir a los que presten ayuda humanitaria a los inmigrantes irregulares

MIGUEL GONZÁLEZ. EL PAÍS.- Santiago Abascal quiere despenalizar la incitación al odio y perseguir a quienes ayuden a los inmigrantes irregulares. Así lo anunció el lunes por la noche en el programa El Gato al Agua, de Intereconomía.

Tras rechazar las acusaciones de xenofobia que se hacen a su partido, agregó: “Incluso quieren perseguir la opinión, como le está ocurriendo a nuestro secretario general Javier Ortega, al que está investigando la Fiscalía por haber dicho que estamos en contra de la invasión islamista; es decir, de aquellos que quieren imponer la sharia. Nosotros no nos vamos a callar. No solo eso: el día que gobernemos vamos a acabar con esas leyes que nos quieren amordazar e intentaremos que haya otras leyes para perseguir a los cómplices de la invasión islamista en España”.

La ley con la que, según Abascal, se quiere “amordazar” a Vox y que él se propone derogar es el artículo 510.1 del Código Penal, que castiga con hasta cuatro años de cárcel a quienes “públicamente fomenten, promuevan o inciten directa o indirectamente al odio, hostilidad, discriminación o violencia contra un grupo […] por motivos racistas, antisemitas u otros referentes a la ideología, religión o creencias”.

Se da la circunstancia de que Vox ha usado este artículo del Código Penal para llevar a quienes no comparten sus puntos de vista a los tribunales. El propio Ortega, investigado por un delito de odio, se querelló en 2007 contra el actor Pepe Rubianes; en 2009 fue Abascal quien lo hizo contra los que pitaron el himno nacional en la final de la Copa del Rey y, en noviembre pasado, su responsable jurídico, Pedro Fernández, contra la entonces presidenta andaluza Susana Díaz por decir que Vox es “racista, homófobo, xenófobo y machista”.

Respecto a su intención de perseguir a “los cómplices de la invasión islamista en España”, solo puede referirse a quienes ayudan desinteresadamente a los inmigrantes irregulares, como era el caso de Andrés Avelino, el párroco del barrio de Pescadores en Algeciras (Cádiz); de Helena Maleno, la defensora de los derechos humanos que alerta a Salvamento Marítimo de las pateras en peligro; o de los buques de ONG como Open Arms que rescatan a naúfragos en el Mediterráneo.

El Código Penal vigente ya castiga a quienes trafican con seres humanos o ayudan a extranjeros no comunitarios a entrar ilegalmente en España y, como en todos los delitos, se persigue tanto a los autores como a sus cómplices. Sin embargo, la ley exime de culpa a quienes actúen con el exclusivo fin de “prestar ayuda humanitaria”. Por eso, cuando Abascal habla de “perseguir a los cómplices” solo puede referirse a quienes actúan de manera desinteresada, pues a los demás ya se les persigue. Esta línea coincide con la marcada por el ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, cuya política inclemente con los inmigrantes ha sido aplaudida por Vox.

Aunque Abascal se queja de que se manipulan sus palabras, Vox no contesta a los requerimientos para que las explique, como ayer volvió a hacer EL PAÍS. A pocas horas del arranque de la campaña, el partido tampoco ha hecho público su programa electoral.

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