Xenofobia y agresiones a niños: el terror de la directora de la guardería de Fuenlabrada

| 11 noviembre, 2021

El Confidencial.- Hay testigos que describen cómo tumbaba boca arriba a bebés de hasta 3 años cuando no querían comer, les tapaba la nariz, y les metía la comida en la boca

Las paredes de la guardería de Fuenlabrada escondían terribles secretos. Los padres dejaban allí a sus hijos en la confianza de que los iban a tratar con cariño y ternura, pero nada más lejos de la realidad. El 8 de octubre, una extrabajadora del centro acudió a la Fundación ANAR a denunciar lo que sucedía en el lugar. Entregó siete grabaciones de audio que ponen los pelos de punta.

El momento en el que perdía la paciencia casi siempre era la hora de la comida. En una de las grabaciones se escucha con claridad cómo ataca a un bebé: «Te lo comes por mis cojones, no te vas a reír de mí, puta, sudaca, gilipollas, sudaca de mierda». El nivel de violencia verbal produce verdadero pánico, pero también el físico.

Los agentes de Policía Nacional de la Jefatura Superior de Madrid, concretamente los de la UFAM, han tomado declaración a todos los trabajadores del lugar y han logrado que les cuenten todo lo que ocurría dentro. Dos de las empleadas describen como a veces, al parecer, al bebé que se negaba a comer, lo tumbaba boca arriba, le tapaba la nariz, le metía la comida en la boca y si la devolvía, le metía un chorro de agua a presión en la boca.

Un comportamiento que fuentes jurídicas, próximas al Juzgado de Instrucción n.º 3 de Fuenlabrada donde se instruye la causa, apuntan a que podría tratarse de torturas. Otras trabajadoras cuentan cómo agredía físicamente a dos pequeños. Se trata de dos episodios de tortazos en la cara.

En uno de los casos, el bebé llegó a sangrar por la nariz. Pero sobre todo se trataba de chillidos: «Te voy a dejar a solas, que no me escupas la comida, venga muerde los dientes guarra; eres una guarra como tú sola, venga, mastica que me voy a comprar; deja de llorar, traga, traga, que ya quedan dos; traga y hemos terminado».

Las trabajadoras actuales, en sus declaraciones, aseguran que estaban pensando en interponer acciones legales, pero para cuando la Policía Nacional reventó la operación, no lo habían hecho. Estas mujeres reconocen, además, que a los padres se les entregaba un menú equilibrado y variado. Sin embargo, allí solo se comían macarrones y lentejas. Además de detener a la directora del centro, los agentes también han advertido a su hija, que trabajaba en la misma guardería, que no la iban a poner las esposas pero que tenía calidad de investigada, la antigua imputación.

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