Varias ONG denuncian las «degradantes» condiciones de 12.000 refugiados en Grecia

| 18 marzo, 2019

Médicos sin Fronteras y CEAR reclaman a los líderes europeos medidas urgentes cuando se cumplen tres años de la firma del acuerdo migratorio entre la UE y Turquía para frenar las llegadas por mar de migrantes y refugiados

EUROPA PRESS.- Varias ONG han denunciado las condiciones «inseguras, degradantes y sin acceso a atención médica» de 12.000 refugiados, solicitantes de asilo y migrantes que en la actualidad se encuentran «hacinados» en los centros de tránsito –conocidos como hotspots– ubicados en las islas griegas.

Así lo han expuesto Médicos sin Fronteras y CEAR este lunes, 18 de marzo, cuando se cumplen tres años de la firma del acuerdo migratorio entre la Unión Europea y Turquía para frenar las llegadas por mar de migrantes y refugiados desde este país hacia Grecia.PUBLICIDAD

Desde Médicos Sin Fronteras (MSF) reclaman a los líderes europeos que tomen medidas para acabar con las «nocivas políticas de contención» en estos centros de las islas griegas y les insta a que garanticen «la evacuación inmediata» de todas las personas vulnerables, especialmente los niños, a alojamientos «adecuados» en la Grecia continental o a otros Estados miembros de la UE.

Según denuncia la organización internacional, en los últimos tres años, el acuerdo entre la UE y Turquía «ha mantenido atrapados a miles de hombres, mujeres y niños en condiciones insalubres, inseguras, degradantes, de hacinamiento y con escaso acceso a servicios básicos de salud«. «Grecia se ha convertido en el patio trasero de la UE para los hombres, mujeres y niños que la propia Unión Europea no ha protegido», denuncia el coordinador general de MSF en Grecia, Emmanuel Goué.

«Niveles inadmisibles de sufrimiento»

«Lo que una vez se proclamó como una «emergencia de refugiados» ha dado lugar a niveles inadmisibles de sufrimiento humano, tanto en las islas griegas como en la Grecia continental. Las autoridades europeas y griegas continúan despojando a las personas vulnerables de su dignidad y su salud, aparentemente en un esfuerzo por disuadir a otros de venir a Europa», sentencia Goué, que tacha de «cruel, inhumana y cínica» esta política.

MSF asegura que los campos de las islas griegas están «muy por encima de su capacidad». Por ejemplo, según apunta el centro de Vathy, en la isla de Samos, «las condiciones se han deteriorado de manera drástica en los últimos meses» por «la grave masificación», lo que ha llevado a MSF a enviar un equipo médico a la isla.

En estos momentos, ese campo alberga a más de 4.100 personas en un espacio destinado para solo 648, según precisa MSF que tiene equipos trabajando en él. El centro de Moria en Lesbos alberga a 5.200 personas en un espacio destinado a un máximo de 3.100; y el campo Vial en Quíos cuenta con 1.361 personas en un espacio con capacidad para 1.014.

«Tres años después, la UE y el Gobierno griego siguen sin proporcionar condiciones de vida dignas y humanas, y una atención médica adecuada para las personas atrapadas en las islas griegas», explica Goué. La organización también denuncia que el proceso de asilo «es tan prolongado que algunos recién llegados no tendrán su entrevista final de asilo hasta 2021».

Un acuerdo «ilegal»

Desde la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) insisten en la «ilegalidad» del acuerdo UE-Turquía, ya que su aplicación práctica «vulnera la normativa europea e internacional». En mayo de 2016, CEAR presentó una denuncia a dicho acuerdo ante la Comisión Europea, el Consejo de Europa y el Defensor del Pueblo Europeo por la vulneración de los derechos de las personas refugiadas, con el apoyo de 294 organizaciones y más de 12.000 firmas individuales.

CEAR denuncia que «cientos de miles de personas se han quedado atrapadas en Turquía y otros países de la región en condiciones infrahumanas y sin garantías de que puedan ejercer sus derechos, y más de 72.000 están actualmente bloqueadas en Grecia».

Evros, la nueva ruta «mortal» hacia Europa

CEAR explica que, debido a que con el acuerdo UE-Turquía «se legitimaban» las expulsiones ‘en caliente’ y se «blindó» su frontera marítima con Grecia, varias personas refugiadas optan por la vía terrestre, con la que deben atravesar el río Evros. «Cuando una frontera se cierra, otra ruta más larga y peligrosa se abre», sostiene CEAR, que pone encima de la mesa esta «nueva ruta mortal» hacia Europa.

En un video realizado este mes de marzo por los periodistas Mikel Konate y Sarah Souli en la frontera turco-griega, Maryam, una refugiada iraní de 22 años, relata su historia. Llegó a Grecia a través del Evros y la primera vez que lo intentó estaba embarazada de cuatro meses. «Cuando intentamos salir del bosque y llegar a la ciudad, la policía nos arrestó y nos confiscaron nuestros teléfonos. Nos hicieron subir a los botes en grupos y nos deportaron al otro lado», cuenta.

Por su parte, el forense Pavlos Pavlidis que trabaja en la frontera turco-griega recogiendo muestras de ADN y objetos personales para que en algún momento puedan ser identificados por los familiares, narra casos de desapariciones en esta ruta en la que los migrantes deben atravesar el río Evros. «Hace un año y medio una barca se hundió y un padre perdió a su mujer y a sus tres hijos. Solo encontramos un niño», expone.

«La situación en esta frontera es una muestra más de que la política de externalizar fronteras puede servir a corto plazo para reducir el número de llegadas en una zona determinada pero desde luego es un fracaso para las personas que huyen de conflictos como el de Siria y para los propios valores de la Unión Europea», lamentan desde CEAR.

HISTÓRICO

Enlaces internacionales