Una mujer detenida en Tanzania tras difundirse en redes sociales un vídeo en el que besa a otra mujer

, | 4 diciembre, 2017

Una mujer ha sido detenida en Tanzania tras hacerse viral un vídeo en el que besa y regala un anillo a otra mujer. “Puedo confirmar que una mujer tanzana está bajo custodia policial por ese vídeo. Daremos más detalles cuando concluyamos la investigación”ha declarado a Reuters Mponjoli Mwabulambo, jefe de policía de Geita, al noroeste del país. Se trataría, según asegura la agencia de noticias, de la primera detención de una mujer en el contexto de la ola de homofobia de Estado que vive en país africano.

DOS MANZANAS.- El vídeo, que puede verse en YouTube, es de lo más anodino. En el curso de una celebración una mujer besa a otra, que de forma sostenida muestra a la cámara un anillo. A su alrededor varios invitados brindan y graban la escena con sus teléfonos móviles. Podría tratarse de una ceremonia de compromiso, pero más allá de eso nada hay en las imágenes que resulte ofensivo. Sin embargo, parece ser más que suficiente para motivar la detención de una de las mujeres. La otra (la perceptora del anillo) se encuentra en busca y captura.

Hay que recordar, en este sentido, la situación que vive Tanzania, cuyo ministro de Interior, Mwigulu Nchemba, amenazó abiertamente hace pocos meses con detener y juzgar a quienes defendiesen los derechos LGTB en el país africano. “Me gustaría recordar y advertir a todas las organizaciones e instituciones que hacen campaña y pretenden proteger los intereses homosexuales…, que vamos a detener a cualquiera que esté involucrado y presentar cargos ante los tribunales”, aseguró. Ya unos días antes, el presidente John Magufuli se había referido con crudeza al papel de las ONG extranjeras, a quienes prometió combatir aunque eso significara la pérdida de ayudas internacionales.

Una deriva fuertemente LGTBfoba

Pero no solo los defensores de los derechos LGTB están en riesgo. También los propios ciudadanos LGTB. En este sentido, el Código Penal tanzano castiga las relaciones “contra el orden de la naturaleza”, entre las que se incluyen la zoofilia o la sodomía, con penas de cárcel que pueden llegar hasta la cadena perpetua. La “grave indecencia” entre varones puede ser penada con cinco años de prisión. Las relaciones lésbicas, sin embargo, solo están explícitamente castigadas en la región insular de Zanzíbar, con penas de hasta cinco años de cárcel que pueden sustituirse por una multa de hasta 500.000 chelines (210 euros, 230 dólares). La detención de esta mujer en el interior del país parece indicar, sin embargo, que las autoridades han apostado por hacer una interpretación más extensiva y menos garantista de la legislación homófoba, que de hecho apenas se aplicaba hace unos pocos años.

Fue en el verano de 2016 cuando comenzó a tenerse noticia de la deriva LGTBfoba de las autoridades tanzanas. Paul Makonda, comisionado de la ciudad portuaria de Dar es-Salam, la más populosa del país, anunciaba entonces una campaña de represión contra los homosexuales, lo que dio lugar a varias detenciones en locales de ambiente. Makonda también amenazó con detener a quienes siguieran en las redes sociales a hombres abiertamente homosexuales. Hace ahora unas pocas semanas, también en Dar es-Salam, doce hombres eran detenidos en un hotel.

La ofensiva se ha extendido incluso al ámbito sanitario: el Ministerio de Sanidad comunicaba, también en el verano de 2016, la prohibición de la importación y venta de lubricantes sexuales, argumentando que fomentaban las relaciones entre varones y la propagación del VIH. Y hace algo más de un año el viceministro de Sanidad, Hamisi Kigwangala, emitía un comunicado en el que aseguraba que el Gobierno “protegerá siempre” los valores tradicionales de la sociedad tanzana, argumentando que “no puedo negar la presencia de personas LGTBI en nuestro país y el riesgo que presentan para la propagación del VIH/sida”. Con ese propósito, a principios de 2017, Kigwangala ordenaba la detención de varios ciudadanos tanzanos, acusándoles de “promover la homosexualidad” a través de las redes sociales.

En definitiva, parece que las autoridades tanzanas, a imagen y semejanza de lo que viene sucediendo en otros países de la región, han decidido estigmatizar a sus ciudadanos LGTB y utilizarlos como cabezas de turco a quienes culpar de los problemas del país. Un escenario que nos hace temor lo peor.

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