La modelo norteamericana Maxine Heron confesó que era transexual en 2018
LA VANGUARDIA.– La mayoría de las personas no tienen problema en saber a qué género pertenecen. Su género sexual anatómico nunca ha entrado en conflicto con el género sexual al que pertenece su cerebro. Precisamente ese es la clave de la realidad transgénero. Las personas trans encuentran una seria y profunda disconformidad entre su sexo psicológico y los demás caracteres sexuales; viven “encerrados” en un cuerpo con el sexo opuesto, y por desgracia tienen que sufrir mucho para poder adaptar su cuerpo a su identidad sexual. La transexualidad es una realidad, y ese “vivir una mentira” es, uno de los peores sufrimientos para la persona trans; que se somete a duros tratamientos que ponen a prueba tanto su fortaleza física como emocional. Pero solo una vez completada la transición pueden ser, por fin, la persona que siempre han sido.
La modelo norteamericana Maxine Heron completó su transición a los 16 años, pero decidió mantenerlo oculto hasta 2018, cuando decidió confesar su transexualidad en apoyo al colectivo trans en Estados Unidos. Sin embargo, lo que no esperaba era que tras realizar su confesión, dejaran de solicitarla para trabajar como modelo. Se quedó sin trabajo durante más de un año. Cuando le preguntó a su agente qué era lo que estaba pasando, le confesaron la verdad: las empresas la rechazaban por su “estilo de vida”, el cual podría causar un “conflicto de intereses” para ellos como clientes.
“El dueño de la agencia me confesó que ‘probablemente había sido ‘lo de ser trans’. Le pregunté si estaban diciéndoles a los clientes que era transexual y me dijo que sí, porque podría haber un ‘conflicto de intereses’. Les dije que bien, integrar modelos y la inclusión consiste en normalizar historias como la mía y en reivindicar que el pasado de uno no influye en la imagen que se busca para un determinado trabajo”, confiesa la modelo al diario Metro UK , “Pensaba que en eso consistía lo que trataba de hacer la agencia, no en separar y ‘categorizar’ de alguna manera a la gente”.
“Me dijeron que esto era algo con lo que tendría que lidiar en mi carrera por el estilo de vida que había escogido vivir. Pensé que se referían a mi decisión de confesar que era transexual, pero me contestaron que no, que era ‘el estilo de vida escogido al hacer mi transición’ antes de nada”, explica, “Tuve que recordarles que no es ‘un estilo de vida’, que esta es quien soy, que no es algo que haya ‘escogido’ para mi”.
Según explica la modelo, confesar su transexualidad fue dar un paso para ace ptarse y dejar de esconderse o avergonzarse por quién era.
“Mi historia estaba siendo contada por compañeros de trabajo o amigos tránsfobos, con hombres con los que salía… Había multitud de situaciones que me hacían sentir fatal conmigo misma, porque la gente no tiene información”, se lamenta, “Era importante que hablase del tema, de dar visibilidad a este colectivo al que pertenezco y del que no me avergüenzo. Da igual si completas o no tu transición, siempre habrá alguien que se meta contigo”.
La modelo ha logrado sobreponerse del momento y es uno de los últimos fichajes de la agencia WIMP, que se dedica en exclusiva a gestionar las carreras de los talentos del colectivo trans.
“Tenemos que seguir dando voz a las personas trans. Somos válidos, estamos aquí. Necesitamos continuar con la diversidad y contribuir a que seamos aceptados”.
