1 DE CADA 10. 20 MINUTOS.- Itzel Durán Castellanos, una jovencísima transexual de 19 años, fue asesinada la madrugada del viernes al sábado en su propia casa, en el barrio Guadalupe de Comitán de Chiapas. Es absolutamente lamentable que la mayoría de las noticias que los medios mexicanos están publicado al respecto, se refieran a Itzel como varón y no como la mujer que era. Máxime, cuando en más que probable que el motivo de su crimen haya sido ese precisamente, el hecho de ser una mujer transexual.
La comunidad gay de Chiapas habla de crimen de odio y se está movilizando desde este mismo sábado para exigir justicia por el asesinato de Itzel, que no quede impune y que hasta que no se celebre el juicio los posibles autores permanezcan en la cárcel:
«Hagamos eco a este mensaje para detener la fobia que permea estos actos delictivos y pidamos la justicia de los hombres para este caso. Que Dios le dé a la compañera luz en su camino y paz a su familia. Si alguien tiene más datos, háganlo saber a las autoridades competentes», ha pedido Josué Moisés, un activista de Tuxtla.
Este asesinato se comete apenas una semana después de haberse cometido el transfeminicidio de Paola Ledezma en Ciudad de México. Un crimen cruel y con cierta repercusión pública por la realidad que deja entrever. Tal como informa algún medio mexicano, «los crímenes de odio por transfobia no son casos aislados, son la expresión última y más cruda de una larga cadena de violencia, discriminación y opresión sobre la vida, cuerpos y deseos de las personas trans».
Varios defensores de derechos humanos vienen informando de cómo la violencia contra la comunidad LGBTI, especialmente hacia las personas http://espfarmacia.com/cialis/ trans, ha ido en aumento desde las movilizaciones del Frente Nacional de la Familia impulsadas por la propia jerarquía de la Iglesia Católica mexicana contra del matrimonio igualitario y la diversidad sexual. Movilizaciones con mensajes muy elevados por su tono violento y llenos de odio en los que se nos señala como antinaturales o se afirma que nuestras vidas no importan.
Chiapas, al sur de México, ocupa el quinto lugar en crímenes de odio, según Letra ese, y de acuerdo con datos del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), ocho de cada diez casos de crímenes de odio en Chiapas son contra personas trans. En los últimos dos años, bajo el gobierno de Manuel Velasco Coello del Partido Verde Ecologista, los asesinatos de odio han ido aumentando hasta los 40 que ahora están registrados, los cuáles siguen impunes.
La situación de Chiapas no es excepcional, tal y como señala VICE, «los crímenes de transfobia en México aumentan cada año y se ejecutan de las maneras más brutales. Las mujeres trans son perseguidas, golpeadas y fulminadas, sin que exista una cifra oficial sobre estos asesinatos de odio». Precisamente, hace unos días el medio LGBTI mexicano ‘Soy Homosensual’ dio a conocer que otro medio mexicano (Time Out) había apoyado el rodaje de un documental en el que se dan a conocer la historia de 4 personas trans de Ciudad de México. El documental, que se llama ‘Salir’, cuenta como a pesar de los avanzado en algunos temas, persisten las violaciones a los derechos de las personas y la falta de sensibilidad de las autoridades para reconocer aquellos que ya fueron otorgados como el reconocimiento de género y cambio de documentos.
