Un ultra neonazi del Castellón admite que agredió a hinchas del Sant Andreu y acepta no acercarse a su estadio durante 5 años

, | 14 julio, 2020

El acusado y la Fiscalía pactan una condena de seis meses de prisión, multas e indemnizaciones de 2.890 euros y prohibición de acercamiento a los estadios del Castellón, el Sant Andreu y el Rayo Vallecano

ORIOL SOLÉ ALTIMIRA. EL DIARIO.- Un ultra neonazi del C.D. Castellón ha admitido que agredió a un grupo de aficionados del Sant Andreu y destrozó un bar en el que se reunían por razones ideológicas y considerarlos de extrema izquierda. Tras llegar a un pacto por la Fiscalía, el acusado ha sido condenado por la Audiencia de Barcelona a una pena de seis meses de prisión, multas a indemnizaciones de 2.890 euros para los heridos y la prohibición de acercarse durante cinco años a los estadios del Castellón, el Sant Andreu y el Rayo Vallecano así como para trabajar de profesor o de monitor deportivo.

Los hechos ocurrieron el 10 de junio de 2018 antes del partido de la promoción de ascenso a 2aB entre el Sant Andreu y el Castellón en los aledaños del estadio del club barcelonés. Según recoge la sentencia de conformidad entre la Fiscalía y el acusado, una decena de ultras de extrema derecha del Castellón acudieron provistos de palos a un bar en el que pensaban que se reunían hinchas de extrema izquierda del Sant Andreu «con el propósito de dar escarmiento y humillarles destrozando su lugar de reunión» y agredir a los aficionados.

Pese a que los aficionados y el dueño del bar les advirtieron de que no eran del grupo de extrema izquierda, el acusado se aproximó a los hinchas del equipo del barcelonés que estaban en la terraza y les recriminó que fueran «ultras del Sant Andreu y del Rayo Vallecano de ideología de extrema izquierda antifascista».

Mientras el resto de ultras cantaba «en Castellón fuisteis cuarenta contra uno, ¿ahora qué?», el acusado propinó un puñetazo y golpeó con un palo a uno de los hinchas del Sant Andreu por llevar un tatuaje de un rayo, lo que usó para vincularlo con el equipo de Vallecas.

Después de esta primera agresión, el grupo ultra lanzó destrozó la cristalera del bar lanzándole varios taburetes, lo que motivó que el dueño saliera al exterior del local para insistir en qué allí no había ningún ultra del Sant Andreu y pedir que cesara el ataque. El acusado desoyó la súplica del dueño del bar y tras replicar «sacad a los niños que vamos a entrar», irrumpió en el bar junto a otros ultras, lo destrozaron y agredieron a otras dos personas. Al salir del local lanzaron consignas de «sieg heil, heil Hitler».

«Atacar el establecimiento y acometer a todos los que se hallaban en el mismo constituía un objetivo que los miembros del grupo», concluye la sentencia, que destaca que la agresión estaba motivada por el «sentimiento de menosprecio, rechazo e intolerancia hacia una ideología que el acusado considerada antagónica a la suya».

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