Un detenido por el atentado en una calle comercial de Estambul que deja seis muertos y 81 heridos

| 14 noviembre, 2022

El Mundo. La calle Istiklal es un lugar muy popular para locales y turistas, y tiene multitud de tiendas y de restaurantes. Ha sucedido en una zona peatonal.

Pasaban apenas unos minutos de las cuatro y cuarto de la tarde y la avenida Istiklal estaba abarrotada. Tenía que ser un domingo como otro cualquiera, de trasiego de compras, fotos sonrientes con un mar de personas de fondo y paseos entre puestos de maíz, castañas y helados. Pero una explosión, provocada según las primeras investigaciones por un artefacto explosivo, y en la que presuntamente hay involucrada una mujer, ensangrentó Estambul y retrajo a Turquía las jornadas negras de siete años antes.

De acuerdo con las últimas informaciones oficiales, seis personas perdieron la vida y 81 resultaron heridas como consecuencia de la potente detonación. Pocos segundos después de la explosión, que tuvo lugar en el tramo de Istiklal que conecta la escuela Galatasaray con la plaza de Taksim, el pánico se desató. Las fuerzas de del orden, habitualmente abundantes en ese área justamente por razones de seguridad, se desplegaron rápidamente y acordonaron la avenida. Las ambulancias llegaron prestas.

A las 3 de la madrugada de este lunes, AFP publicó que el presunto responsable del atentado fue detenido, según anunció el ministro turco del interior, Sumeylan Soylu, a la agencia oficial Anadolu.

Tanto el presidente, Recep Tayyip Erdogan, como su mano derecha Fuat Oktay indicaron que, según las primeras investigaciones, un artefacto presuntamente activado por una mujer produjo la detonación. Soylu no aclaró si el detenido era hombre o mujer. El Gobierno no ha descrito el suceso como ‘atentado suicida’, implicando la posibilidad de que la supuesta atacante no muriera en la escena de la explosión. Tampoco se ha identificado a la mujer. Ninguna organización ha reivindicado la acción.

«Sospechamos que fue un acto de terrorismo como resultado de que una atacante femenina detonó una bomba», ha explicado Oktay a los medios el domingo por la noche. Poco antes, Erdogan había dado su pésame a las víctimas y prometido rendir cuentas con los culpables de lo que describió como un «vil ataque». «Huele a terrorismo», enfatizó el líder, quien aseguró que «las unidades relevantes de nuestro Estado están trabajando para encontrar a los perpetradores».

A última hora de la noche, el ministro de Justicia, Bekir Bozdag, ofreció en el canal A Haber detalles sobre el momento del atentado. «Una mujer se sienta en un banco durante unos 40 minutos y, un tiempo después de levantarse, se produce una explosión«, declaró. «Se están analizando todos los datos sobre esta mujer», añadió. «No hay más datos que los fragmentos encontrados en la escena». A partir de las próximas pesquisas, aseveró, «se determinará de qué organización terrorista se trata».

La Fiscalía General anunció la apertura de una investigación, para la cual ha destinado cinco fiscales. Apenas una hora después de la matanza, el Tribunal Penal y del Consejo Supremo del audiovisual decretaron un apagón informativo en televisión, radio y redes sociales, las cuales comenzaron a sufrir disfunciones. Una medida habitual en este tipo de casos, que dificulta la cobertura de los hechos y que el Gobierno aprueba amparándose en la necesidad de «combatir la desinformación». Por la noche, el Departamento de Lucha contra la Ciberdelincuencia anunció que había emprendido acciones contra 25 cuentas en redes sociales bajo acusación » hacer publicaciones provocativas».

ATENTADOS ANTERIORES

Hacía seis años que el corazón de Estambul no sufría un atentado de este tipo. En marzo de 2016, una explosión similar, en ese caso un atentado suicida posteriormente reivindicado por el Estado Islámico, acabó con un turista iraní y tres israelíes en la misma calle Istiklal, cerca de donde se produjo este último ataque. Desde entonces, sólo un atentado junto al cercano estadio del Besiktas, que dejó 38 muertos el 11 de diciembre de ese año, había sacudido este importante distrito comercial.

Entre 2015 y 2017, Turquía fue víctima de una ola de atentados, que dejaron un reguero de víctimas y dañaron el negocio turístico, ya que los atacantes golpearon algunas de las zonas más concurridas y onocidas del país. Los principales responsabilizados fueron el Estado Islámico, que había logrado echar raíces en Turquía desde su posición en Siria, y la guerrilla kurdoturca PKK, en guerra con Ankara después de la ruptura del proceso de paz anterior. El mayor de los atentados se produjo en 10 de octubre de 2015 frente a la estación de tren capitalina. Dos explosiones atribuidas al IS dejaron 109 muertos y más de 500 heridos.

Este domingo, Fuat Oktay insistió en que «la paz y la confianza prevalecen en Turquía». «Esta no es la vieja Turquía. Turquía seguirá su camino con toda determinación. Bajo el liderazgo de nuestro presidente, seguiremos firmes», sentenció desde la misma Istiklal, foco turístico de una ciudad que en lo que va de año ha visto dispararse las cifras de visitantes. El Ministerio de Turismo celebró el pasado junio un aumento de turistas del 115% respecto a junio del año anterior.

El sector turístico contribuye al 11% del PIB turco. Una cifra que va en aumento y que es importante para un Gobierno necesitado de divisa extranjera para llenar sus reservas. El atentado ocurre, además, en un momento crítico. Las próximas elecciones presidenciales y legislativas, en las que está previsto que las urnas respondan a la inflación y a las estrecheces económicas de los últimos tiempos. Tras el atentado, la cuestión de la seguridad ciudadana puede volver a entrar en escena.

* En una versión anterior utilizamos la palabra ‘kamikaze’ por una mala traducción al español de las palabras del vicepresidente turco de la agencia AFP

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