EFE.- Un sospechoso de participar en el genocidio de Ruanda de 1994, Jean-Paul Micomyiza, aterrizó hoy en el país africano tras ser extraditado por Suecia, confirmó la Fiscalía ruandesa.
«La Autoridad de la Fiscalía Nacional felicita a las autoridades judiciales del Reino de Suecia por la extradición del fugitivo del genocidio, su cooperación continuada y asistencia legal mutua y su contribución al esfuerzo global contra la impunidad», señaló el Ministerio Público ruandés a través de un comunicado difundido este miércoles a través de Twitter.
Micomyiza aterrizó hoy a primera hora en Kigali después de que la justicia sueca dictaminara el año pasado que no había motivo para que el acusado no fuera extraditado a Ruanda y de que el Gobierno del país europeo tomara una decisión recientemente en ese sentido, a pesar de que sus abogados argumentaban que en Ruanda no podría contar con un juicio justo, según recoge el periódico local ruandés The New Times.
«Jean-Paul Micomyiza fue imputado por la Autoridad de la Fiscalía Nacional en 2020 por crímenes de genocidio, complicidad en genocidio y crímenes contra la humanidad», dijo el Ministerio Público ruandés.
En este sentido, Ruanda acusa a Micomyiza de formar parte del llamado «‘Comité de Crisis’, cuya misión era buscar e identificar civiles tutsi para asesinarlos».
De acuerdo al citado medio local, este ciudadano ruandés vivió en Suecia durante 15 años y fue arrestado en noviembre de 2020 tras la solicitud de extradición por parte de Kigali.
El país africano ha emitido más de un millar de órdenes de detención internacional contra sospechosos de haber participado en las matanzas que residen en países de todo el mundo, desde Dinamarca hasta Sudáfrica pasando por la República Democrática del Congo (RDC).
Según datos de la Fiscalía divulgados en diciembre de 2018, solo una veintena de esos acusados habían sido extraditados hasta entonces al país africano, cuyo Gobierno ha sido acusado por organizaciones proderechos humanos de detenciones arbitrarias y desapariciones de disidentes.
En los últimos años, la justicia sueca juzgó y condenó a cadena perpetua por su participación en el genocidio a otros fugitivos, como Théodore Rukeratabaro.
La noche del 6 de abril de 1994, el derribo del avión en el que viajaban los entonces presidentes ruandés, Juvénal Habyarimana, y de Burundi, Cyprien Ntaryamira, los dos hutus, causó la muerte de ambos y supuso el detonante del genocidio contra los tutsis.
Al menos 800.000 personas -incluyendo tutsis y hutus moderados- murieron en unos cien días en el que se considera uno de los peores genocidios de la historia reciente de la humanidad
