Sobrevivientes piden a Facebook considerar negacionismo del Holocausto como discurso de odio

, | 15 octubre, 2020

La campaña digital presenta videos con mensajes de sobrevivientes del Holocausto

GLOBAL VOICES.- La Conferencia sobre Reclamaciones de Material Judío contra Alemania (Conferencia de Reclamos), organización internacional que negocia compensación y restitución para las victimas de la persecución nazi, sigue haciendo presión sobre Facebook para incluir el negacionismo del Holocausto en su definición de discurso de odio. La campaña digital empezó en julio y se dirigida al presidente ejecutivo de Facebook, Mark Zuckerberg, incluye videos con mensajes de sobrevivientes del Holocausto.

“¡Las publicaciones en Facebook que niegan el Holocausto son discurso de odio y se deben eliminar”, dicen creadores y participantes de la campaña. Con la etiqueta #NoDenyingIt [No lo nieguen], exprisioneros de campos de concentración y exterminación nazis –y otros sobrevivientes del genocidio durante la Segunda Guerra Mundlal– contribuyeron con poderosos testimonios personales.

El negacionismo del Holocausto es la acción de negar el genocidio nazi contra los judíos en la Segunda Guerra Mundial, y se considera una forma de antisemitismo.

Una manera de contrarrestar esta forma de desinformación es a través de la educación, que puede incluir visitas a lugares conmemorativos. Por ejemplo, el monumento en Auschwitz, Polonia, recibió más de dos millones de visitantes en 2019. La entrada al museo y transporte en bus entre los restos del campo de concentración y la cercana ciudad de Oświęcim son gratuios para los visitantes.

El museo tiene más de 900 000 seguidores en Twitter, más de 300 000 fans en Facebook y 80 000 en Instagram, y usa medios sociales para enseñar historia.

Meta.mk informó recientemente de una encuesta sobre conocimiento del Holocausto en Estados Unidos que llevó a cabo la Conferencia de Reclamos, que mostró que los jóvenes no tienen mayor conocimiento del Holocausto. Un significativo porcentaje de encuestados también tienen muchas creencias erróneas, incluidas las que coinciden con la propaganda neonazi.

El estudio reveló ignorancia de hechos históricos claves entre personas de 18 a 39 años. El 63 % de encuestados no sabía que durante el Holocausto mataron a seis millones de judíos, y el 36 % pensaba que habían matado a “dos millones de judíos o menos”. Aunque había más de 40 000 campos y guetos en Europa durante el Holocausto, el 48 % de encuestados estadounidenses no pudieron nombrar ni uno solo.

Según un informe de Associated Press, Facebook ha dicho que retira “toda publicación que celebre, defienda o intente justificar el Holocausto” o se burle de sus victimas, porque estas publicaciones suelen infringir muchas normas existentes de plataforma contra el discurso de odio e incitación a la violencia.

En cumplimiento con las leyes locales, Facebook ha estado eliminando todas las publicaciones que niegan el Holocausto “en países como Alemania, Francia y Polonia es ilegal”. Sin embargo, hasta ahora el gigante de las redes sociales no ha agregado específicamente el negacionismo del Holocausto en sus normas a nivel mundial para discurso de odio.

Infame frase cínica “Arbeit macht frei” (“El trabajo te libera” en alemán) a la entrada del campo de concentración de Auschwitz en Oświęcim, Polonia, ahora parte del Memorial y Museo de Auschwitz-Birkenau. Foto de Meta.mk/Bojan Blazhevski, usada con autorización.

En 2016, Facebook suscribió el Código de la Unión Europea de Conducta para contrarrestar el discurso de odio ilegal en línea. Después del más reciente informes de seguimiento del código sobre cumplimiento, emitido en junio, que mostró que la empresa tenía el mayor índice de respuesta de eliminación de notificaciones comparado con otras plataformas de medios sociales, destacados funcionarios de Facebook expresaron su satisfacción con los progresos en la lucha contra el discurso de odio.

A diferencia de Europa, donde el discurso de odio es un delito en la mayoría de los países que sufrieron los horrores de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos no tiene leyes de ese tipo a nivel nacional. Sin embargo, plataformas de medios sociales suelen adoptar reglas de conducta que prohíben el discurso de odio, y muchos van más allá del alcance de la ley en su país de incorporación para garantizar un entorno seguro.

Ejemplo de uso del sistema de denuncias de Facebook –en este caso, de una publicación que promueve propaganda nazi. Esta opción está disponible en el menú, debajo de la línea marcada “…” en la esquina superior derecha de cada publicación.

Al hacer clic en el botón “Acepto” en los términos de referencia, los usuarios de medios sociales entran a una obligación contractual con la plataforma, por la que prometen obedecer esas reglas. Los usuarios también pueden ayudar a aplicar las reglas con denuncias de casos de incumplimiento –incluido discurso de odio– como lo define la plataforma. Actualmente, Facebook clasifca el discurso de odio como:

  • “Discurso violento o deshumanizador, por ejemplo, que compare a personas de una determinada raza con insectos o animales;
  • “Afirmaciones de inferioridad, repugnancia o desprecio, por ejemplo, que sugiere que todas las personas de un determinado género son repugnantes;
  • “Pedidos de exclusión o segregación, por ejemplo, que diga que a personas de una determinada religión no se les debería permitir votar”.

Parte de la interfaz de denuncias de Facebook, que establece criterios de la plataforma para calificar el contenido como discurso de odio

Estas categorías abarcan solamente una parte de las definiciones legales de discurso de odio como delito usadas en los 47 países miembros del Consejo de Europa, ente internacional fundado después de la Segunda Guerra Mundial para defender los derechos humanos y la democracia en la región. Casi todos los Estados europeos pertenecen al grupo, salvo Belarús (por asuntos de derechos humanos) y El Vaticano (por su condición de teocracia).

Según el Comité de Ministros del Consejo de Europa, “El discurso de odio abarca toda forma de expresiones que difundan, inciten, promuevan o justifiquen odio racial, xenofobia, antisemitismo o otras formas de odio basado en la intolerancia”. Dieciséis países europeos –e Israel– tienen leyes específicas contra el negacionismo del Holocausto. Muchos países también tienen leyes más amplias que penalizan el negacionismo del genocidio.

Por ejemplo, el artículo 407-A del Código Penal de la República de Macedonia del Norte establece que quienes “usen sistemas de información para negar públicamente o minimizar, aprobar o justificar severamente” actos de genocidio, crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra, enfrenta sentencias de prisión de uno a cinco años. Para quienes tengan la intención de incitar odio, discriminación o violencia contra otros por su identidad nacional, étnica o religiosa, la sentencia de prisión es de cuatro años. En la historia reciente del país, no hay casos registrados de este delito.

“En memoria de los hombres, mujeres y niños que fueron víctimas del genocidio nazi. Aquí yacen sus cenizas. Que sus almas descansen en paz”. La placa se encuentra en el Museo y Memorial de Auschwitz-Birkenau en Oświęcim, Polonia. Foto de Meta.mk/Bojan Blazhevski, usada con autorización.

Además del negacionismo del Holocausto, los autores de discurso de odio siguen encontrando nuevas maneras de difundir sus mensajes, lo que obliga a defensores de derechos humanos y legisladores a seguir el ritmo.

En agosto, la Organización de Judíos en Bulgaria (Shalom) advirtió que políticas de extrema derecha estaban expandiendo su lenguaje antisemita con nuevos términos como “Sorosoides”, con intención de calificar a grupos considerados “enemigos del Estado”. El término se deriva del mal uso del nombre del filántropo estadounidense y sobreviviente del Holocausto George Soros. El término se originó en Macedonia del Norte como herramienta de propaganda populista para discriminar a activistas de la sociedad civil.

Nota del editor: Global Voices es beneficiaria de Open Society Foundations, red internacional de subvenciones fundada por George Soros.

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