Se repiten acciones vandálicas contra diferentes centros LGBT en los Estados Unidos

, | 14 marzo, 2017

La Policía Metropolitana arresta a un sospechoso como responsable de unas amenazas y una agresión a un empleado de Casa Ruby, un centro LGBT orientados a personas latinoamericanas de Washington D.C., acusándolo de destrucción de la propiedad, asalto y amenazas de secuestro o herir a una persona. Acciones similares de vandalismo han tenido lugar en las últimas semanas en varios centros LGBT de los estados Unidos.

LUIS M. ÁLVAREZ. UNIVERSO GAY.- Un visitante del Centro Comunitario LGBT Casa Ruby, un centro orientado a personas LGBT de la comunidad latinoamericana ubicado en Washington D.C., Andrew Cook, habría supuestamente agredido físicamente a un trabajador, después de proferir una serie de amenazas contra él y contra el centro, arrojando una ladrillo con el que rompe una ventana de las instalaciones, según el informe de la policía, el domingo, 12 de marzo, quien ya habría sido arrestado por la policía. Dos semanas antes, una persona diferente habría entrado en las mismas instalaciones amenazando con agredir sexualmente a los presente, causando daños similares en el edificio, regresando para repetir su actuación una semana después.

Este tipo de acciones no son aisladas, sino que se han repetido en otros centros similares, como el Centro de Igualdad Dennis R. Neill, en Tulsa, Oklahoma, donde un individuo habría entrado para insultar a las personas presentes deseándoles la muerte. «Estamos recibiendo informes como este a lo largo de todo el país (…). Los centros comunitarios homosexuales están siendo vandalizados, las iglesias de acogida están siendo vandalizadas, los negocios homosexuales están siendo vandalizados, ahora sucede en Tulsa», explica Toby Jenkins, director ejecutivo del Centro de Igualdad Dennis R. Neill. Dos días antes del incidente de Tulsa, dos individuos habrían roto la puerta de Garden Estate Equality, en Asbury Park, Nueva Jersey, en lo que su director, Christian Fuscarino, considera que no es un simple ataque, sino un mensaje de terror destinado a toda la comunidad LGBT: «Este tipo de incidentes muestran que el odio no conoce fronteras, no está restringido por la geografía, ni siquiera en un estado tan progresivo como el nuestro».

No necesitábamos un informe del FBI para saber que la homofobia es un sentimiento generalizado en los Estados Unidos, como también en gran parte del mundo. Pero a pesar de que el mismo Donald Trump pedía a sus seguidores que dejaran de acosar a las minorías en su primera entrevista en la televisión, la ola de homofobia y xenofobia desencadenada la primera semana después de su elección se saldaba con 437 denuncias. La realidad sobre este incremento de los incidentes relacionados con el odio es confirmada por el Southern Poverty Law Centre, que no sólo incluye ataques a instalaciones relacionadas con la comunidad LGBT, sino también con mezquitas y cementerios judíos, espacios simbólicos de minorías que se han convertido en objetivos del clima político de los Estados Divididos de América, como señalaban en la portade de Time.

Hasta cinco ataques se producen en el mes de febrero contra centros LGBT, incluyendo una ventana destrozada de Equality Florida, en Orlando, grafitis con insultos transfóbicos en el Centro LGBT de Los Angeles, o similares grafitis homofóbicos en Diverse & Resilient, en Milwaukee, Pensilvania. sucediendo tres de estos ataques inmediatamente después de que el presidente estadounidense derogara la directiva sobre el uso de los cuartos de baño de Barack Obama. «La verdad es que ha habido muchos grupos de personas victimizadas desde la elección, especialmente la comunidad LGBT (…). Vemos el mismo patrón (…). Trump ataca a un grupo de personas y luego vemos incidentes de crímenes de odio a continuación», declara Heidi Beirich, directora de SPLC.

«El presidente Trump condena el odio y el mal en todas sus desagradables formas, incluyendo los ataques contra la comunidad LGBT», declara Kelly Love, portavoz de la Casa Blanca. Sin embargo, si la comunidad LGBT ya manifestaba su preocupación por todo lo que pudiera pasar antes incluso de su elección, sus peores temores se consolidaban con la ola de homofobia desatada en la primera semana, siendo la desaparición de la alusión al colectivo en la página de la Casa Blanca, horas después de firmar el cargo, una confirmación de la falta de seguridad que se avecinaba a pesar que desde el gobierno siempre manifestaran que no se iban a mermar los derechos de homosexuales, bisexuales ni transexuales, manteniendo la Ley de Igualdad.

«Muchos estadounidenses LGBTQ están asustados ahora mismo. Tienen miedo de que sus derechos sean arrebatados, asustados por sus familias y temerosos de que ya no estén protegidos en el país en el que viven (…). El presidente ha hecho poco para calmar esos nervios y le debe a la comunidad LGBTQ no solo desautorizar estos actos de odio, sino también restaurar las protecciones para niños transgénero y descartar totalmente su licencia para discriminar la orden ejecutiva», declara JoDee Winterhof, vicepresidente de Human Righst Campaign, quien considera que Donald Trump debería ser más cauteloso en sus actos y declaraciones, así como más contundente en la condena de los incidentes motivados por el odio.

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