Reino Unido toma el testigo de la lucha contra el racismo

, | 21 febrero, 2017

La población británica se echa a las calles en apoyo a la inmigración y contra el aumento de la xenofobia tras el Brexit en una jornada marcada también por las protestas contra la inminente visita oficial de Trump.

LOURDES JIMÉNEZ. PÚBLICO.- “Ningún ser humano es ilegal” ha sido la frase que marcado la jornada de este lunes en Londres y en otras casi cincuenta ciudades de Reino Unido en las que la ciudadanía ha salido a las calles para apoyar a la inmigración del país. Talleres sobre derechos de los trabajadores migrantes, poesías, performances, concentraciones y hasta bailes al son cubano bajo el paraguas de la plataforma #1DayWithoutUs, integrada por decenas de organizaciones, para protestar contra la xenofobia y los crímenes de odio que, según las cifras oficiales del Ministerio de Interior, se han incrementado hasta en un 41% en algunos casos tras la victoria del Brexit en el referéndum sobre la salida de la Unión Europea que celebró el país el pasado mes de junio.

“Nuestros políticos han empezado a culpar a los inmigrantes de todos los problemas del país”, cuenta el escritor y periodista británico Matthew Carr, uno de los impulsores de la plataforma. “Siempre ha habido xenofobia pero la diferencia es que ahora la gente racista se ve legitimada para insultar y agredir a los inmigrantes. Es dramático”. Quieren que la palabra migrant (migrante o inmigrante) no sea utilizada como insulto.

“Queremos dignificarla, queremos que los inmigrantes se sientan valorados”, continúa Carr en una entrevista para este diario, en la que afirma que este día de acción nacional es, en realidad, “una lucha global” tras la crisis de los refugiados en Europa, la llegada de Donald Trump a la casa Blanca y el comienzo de políticas que arrebatan derechos a los migrantes de la UE dentro del espacio Schengen.

Una de los principales escenarios de la jornada ha sido Parliament Square frente al Parlamento británico, en Westminster. Allí, personas de muy diversas nacionalidades y con razones muy diferentes por las que emigraron se han dado cita. Al mismo tiempo, cerca de 2.000 personas aguardaban cola para entrar a Westminster a presionar a los diputados para permanecer como ciudadanos de la Unión Europea aunque su país siga adelante con el Brexit, de manera que puedan mantener todos los derechos como la libertad de movimiento.

“Después de 23 años viviendo aquí, me siento humillada cuando me dicen que tengo que pasar un examen para conseguir la visa, que además cuesta 1.500 libras” (unos 1.800 euros)”. Es el caso de Silvia, española, que tiene una hija de 21 años, nacida en Londres, donde ha vivido toda su vida, y que también se ve obligada a pedir los papeles. “Tenemos miedo de que si no lo hacemos, no podamos quedarnos y tengamos que irnos de nuestra propia casa”. Así lo piensa también Tizaiana, italiana residente en Reino Unido desde hace más de dos décadas. “Gracias a #1DayWithoutUs siento que no estoy sola”, afirma, al tiempo que acusa a la Unión Europea de sus “nefastas” políticas con la población refugiada. “Somos migrantes, no terroristas”, afirma Garry, un filipino que lleva apenas cinco meses en el país. “Yo soy un inmigrante económico y estoy aquí porque en mi país no puedo sobrevivir. Yo no lo he elegido, me han echado”.

“No nos vamos, nos echan”, es justo uno de los lemas de Marea Granate, un colectivo de emigrantes españoles cuyos grupos locales en Reino Unido han apoyado #1DayWithoutUS. Uno de los organizadores de la jornada en Bristol, Raúl Corralejo, es además miembro del colectivo español. “El Gobierno británico está utilizando la vida de muchas personas como moneda de cambio en las negociaciones con la UE”, critica, antes de añadir: “Han amenazado con deportar a los inmigrantes extracomunitarios que ganen menos de 35.00 libras al año con menos de 10 residiendo en el país”.

Además, Reino Unido, siguiendo el ejemplo de España con las concertinas en Melilla, está construyendo un muro en Calais, al norte de Francia, con la colaboración del ejecutivo galo. Al otro lado del charco, Trump también quiere que un muro de la vergüenza lleve su firma.

Stop Trump, Stop Racismo

La coalición Internacional Stop Trump ha hecho coincidir su campaña contra el racismo del recién elegido presidente de Estados Unidos Donald Trump con la jornada de #1DayWithoutUs. Dos columnas de manifestantes, sobre todo estudiantes, provenientes del Sur y Norte de la capital han cortado las calles del centro de Londres para coincidir también en Parliament Square, al tiempo que el Gobierno británico se veía obligado a debatir sobre la visita de Trump al país ya que, por ley, cualquier petición que supere las 100.000 firmas ha de ser debatida en el Parlamento. En este caso, la petición ha llegado a 1,8 millones de firmas.

Mientras en la calle se oían proclamas como «Trump Must Go» (Trump debe irse) y «No Brexit, No Trump, No racist», el debate entre los diputados británicos ha concluido sin votación, como ya se preveía. El Gobierno ha desoído la masiva petición ciudadana y ha reafirmado su idea de invitar al magnate neoyorquino a una visita de Estado oficial.

“Están debatiendo nuestro futuro. No vamos a permitir el racismo ni de Theresa May [primera ministra británica], ni de Trump, ni de ningún otro líder político”, ha dicho Antonia Bright, una de las portavoces del colectivo Movement for Justice (Movimiento por la Justicia) que ha organizado la marcha, entre otros. “No nos importa el color de tu pasaporte, de tu piel, de tu sexualidad o de tu género. Todos unidos vamos a parar la ola de racismo que vivimos”, ha continuado Bright.

“Queremos que se abran las fronteras”, ha dicho Danny Nasr, quien ha confesado haber sufrido ataques racistas en los últimos meses después de llevar casi cinco en el país. Como portavoz de la International Students Campaign (Campaña Internacional de Estudiantes), ha sentenciado: “Estamos viviendo el mayor ataque global a la inmigración de nuestra generación”.

La inmigración como principal preocupación

En el acuerdo que el ex primer ministro David Cameron alcanzó con la Unión Europea para apoyar la permanencia de su país, se firmó que cualquier Estado podría tomar medidas ante “el abuso de la libertad de movimiento”, como la limitación a los migrantes de la UE para recibir ayudas económicas en otros estados miembros.

Aunque el acuerdo se deshizo tras la victoria del Brexit, otros países como Alemania ya han recuperado esta idea. Bélgica, por su parte, ya ha expulsado a ciudadanos comunitarios por ser “una carga” para el país. Y en general, mientras la extrema derecha aumenta en Europa, el nacionalismo y el racismo se retroalimenta el uno al otro.

Por el momento, y según el último Eurobarómetro, la inmigración es la principal preocupación de los ciudadanos europeos, junto con el terrorismo. Mientras tanto, el experto en flujos migratorios en Europa, el italiano Yasha Maccanico, asegura que las políticas europeas están provocando que la situación de “emergencia” y “crisis” estén empezando a ser permanentes debido a la falta de actuación de los “puntos calientes”, como Grecia e Italia. Según Maccanico, “la Comisión Europea no está dispuesta a reconocer que su política migratoria no funciona en la práctica, por lo que, cualquier defecto deber ser visto, según ellos, como el resultado de su imperfecta implementación”. Además, asegura que la división institucional entre “migrantes” y “refugiados”, está deshumanizando a los primeros y “redefiniendo” a los segundos de manera que el procedimiento se está pervirtiendo para no acoger a más personas.

Con todo, parece que, efectivamente, la frase “ningún ser humano es ilegal”, que se ha escuchado este martes en Londres y que la semana pasada se pudo oír en Barcelona y en otras ciudades del mundo contra el racismo, se está convirtiendo en el nuevo lema del siglo XXI contra el mayor ataque a la libertad de movimiento de las personas de este nuevo tiempo.

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