Policías locales, más ojos en la comarca de La Sagra contra las grupos urbanos violentos.

| 26 diciembre, 2022

ABC/Manuel Moreno.-La Guardia Civil y la Policía Nacional forman a agentes para que reconozcan estos grupos organizados.

«Quieren usar las policías locales como fuente indispensable de información». Luciano García Rojo, jefe de la Policía local de la localidad toledana de Torrijos y presidente de la asociación Aposel, resume con esas palabras el interés final de unas jornadas de formación en grupos juveniles violentos impartidas a sus compañeros por la Policía Nacional y de la Guardia Civil. Los dos cuerpos están limitados de personal en Castilla-La Mancha para abarcar este campo, por lo que piden ayuda a los policías locales para que estén atentos y les informen sobre estas organizaciones criminales, que tienen 300 integrantes menos que hace un año en la Comunidad de Madrid, pero los menores son ya casi la mitad.

Ñetas (generalmente abreviado como Ñ), Latin King (LK), Bloods (BZ), Trinitarios (3NI’s), Dominican Don’t Play (DDP), Forty Two (42) y Mara Salvatrucha (MS13) son los principales grupos en España, si bien la última es ahora muy minoritaria, pero está considerada como la más violenta de todas. Por ejemplo, el rito para entrar en Mara Salvatrucha obliga al aspirante a cometer un asesinato, por lo general un familiar directo. De no llevarlo a cabo, será el principiante quien muera.

De los principales grupos en España, los agentes locales conocieron sus vestimentas (pañuelos tipo bandanas o collares), sus colores, sus tatuajes, sus señales de manos más frecuentes o su lenguaje codificado; también sus zonas de acción en la Comunidad de Madrid, sus acrónimos, guarismos, fechas importantes o los lemas que usan. «Respetar a hermanos y hermanas, a la corona y a la nación» es uno de los empleados por los Latin Kings, que fueron desarticulados en 2013, pero que han vuelto a las andadas con mucha virulencia.

A muerte por el control


«Toda información es importante y, aunque vistamos diferentes uniformes, cada uno debe aportar nuestro granito, porque al final la lucha es la misma», dice José Javier Silva. Es el responsable de la Policía local de Casarrubios del Monte, en la comarca de La Sagra, donde están emergiendo estos grupos organizados, compuestos generalmente por jóvenes latinos y españoles, aunque también hay marroquíes, como en el caso de Ñetas, o afroamericanos, como en Bloods. En la región de Madrid se ha pasado de 850 a 550 en un año, según datos oficiales, y el 90% son españoles (de padres latinos, marroquíes o autóctonos) o nacionalizados. En cualquier caso, todos luchan a muerte por controlar zonas, barrios, pueblos o distritos.

«Hay un desarrollo de bandas en el sur de la Comunidad de Madrid que se están desplazando a zonas del norte de la provincia de Toledo, a la comarca de La Sagra, y el Corredor del Henares. Son pueblos en los que [la Policía Nacional y la Guardia Civil] no tienen un control tan claro en ese ámbito y nos están formando a los policías del entorno para poder detectar esos grupos por sus vestimentas y sus pintadas, además de sus puntos de venta de drogas», explica Víctor Mesa Serrano. Es el jefe de la Policía local de Alameda de la Sagra y Pantoja, situadas en una comarca donde se han detectados grafitis de Trinitarios y presencia de miembros de Bloods.

Precisamente en Alameda la Guardia Civil detuvo recientemente a dos menores de edad por su pertenencia a Bloods. En esa operación, denominada Klok, fueron arrestados otros cuatro menores en Añover de Tajo y Talavera de la Reina como presuntos autores de delitos de lesiones, amenazas, robos con fuerza, hurto y uso de vehículo y pertenencia a grupo criminal. «Había un grupillo en Alameda en el que destacaban los dos detenidos, que iban amenazando, robando dinero y coaccionando», recuerda el jefe de la Policía local de este pueblo, cuyos agentes municipales y los de Añover jugaron un papel importante para la resolución del caso. Además, se evitó su asentamiento, como pretendían, en poblaciones próximas a la ciudad de Toledo. Querían convertirse en un bloque de la organización para controlar ciertos sectores de la población, especialmente los más jóvenes.

Uno de los arrestados, el cabecilla, ya tenía antecedentes policiales y ha estado en la Fiscalía de Menores en varias ocasiones. Pero, con su detención, «se cortó de raíz» y no se han vuelto a denunciar robos y amenazas a otros menores y jóvenes, sus principales objetivos.

Saber leer la información
A 30 kilómetros por carretera de esta población está Seseña, el municipio de la provincia de Toledo donde, dicen, más se ha notado la presencia de miembros de estos grupos organizados. En esta localidad, situada entre la A-42 y la A-4, la Guardia Civil ha detenido a componentes de Dominican Don’t Play, otra de las más activas y violentas. Fue uno de los grupos sobre los que los policías locales recibieron formación sobre sus ropas, pintadas, redes sociales o gestos para saludarse. «Que sepamos leer esa información y seamos transmisores de ella, porque estamos más cerca de los ciudadanos por regla general y estamos en todos los municipios», sintetiza Víctor Mesa, que estuvo presente en esas jornadas.

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Igualmente deben prestar mucha atención a las denuncias de víctimas o de sus padres. Si relatan robos de pequeñas cantidades de dinero o de teléfonos móviles, detrás puede haber uno de estos grupos organizados, que emplean a menores dada la laxitud de la ley, en algunos casos de 11 y 12 años. «Hay una captación de chicos cada vez más jóvenes, de los que se aprovechan por su minoría de edad para que cometan los hechos delictivos», abunda un policía nacional.

Los agentes también se encuentran con que los padres de las víctimas denuncian verbalmente, pero no lo plasman por escrito para que sus hijos no sean mirados como chivatos. «No quieren represalias contra ellos, pero hay que animar a la gente a que pongan los hechos en nuestro conocimiento cuando se produzcan; que formalicen la denuncia y que declaren. Porque, si no es así, vamos mal».

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En Borox, también en La Sagra, el jefe de la Policía local cuenta que se han realizado controles junto con compañeros de Esquivias y «no hemos detectado bandas latinas», aunque Ángel María Muñoz admite que les «puede salpicar» la proximidad de Seseña, Alameda de la Sagra o Añover de Tajo. «Y toda esa información de la Guardia Civil y de la Policía Nacional te viene bien», sentencia.

Aunque en Yuncos se ha visto alguna pintada relacionada con estas bandas juveniles, «no hemos detectado gran cosa. Alguna pintadilla», dice Aniceto Ugena, jefe de la Policía local en un pueblo con unos 15.000 habitantes y que también asistió a esas jornadas de formación. «Que ante cualquier cosa o duda que tengamos, que se cuente con ellos; aunque sea cualquier cosa que parezca que no tiene importancia. Es mejor consultarlo», explica Ugena, que estuvo en la sesión impartida por la Guardia Civil el 19 de diciembre. «Hicieron hincapié en que no pasemos nada por alto», rememora.

Nada en Toledo y Talavera
«La Policía Nacional hace un seguimiento continuo sobre el desarrollo de este fenómeno en Toledo y en Talavera de la Reina, sus demarcaciones territoriales», asegura una fuente de la comisaría de la capital de Castilla-La Mancha. Participó en la jornada que impartió la Policía Nacional a agentes locales en octubre por petición de la Dirección General de Protección Ciudadana, al frente de la que está un policía nacional. «Se les explicó el proceso de integración en esas bandas y también se les pidió que nos den información que nos pueda interesar», cuenta uno de los instructores de aquella jornada.

«Ni en Toledo ni en Talavera han existido ni existen estos grupos con estructura y organizados; no los hemos detectados y descartamos que haya una banda organizada y enfrentada contra otra por una rivalidad de este tipo», afirma taxativamente. «Lo que hay a lo mejor son personas que, por su proximidad a Madrid, son cabos sueltos, gente que quizá le va ese tema y se va a la capital», añade. «En septiembre hubo una agresión con un hacha en Talavera -saca a relucir la fuente-, pero los implicados no eran de ninguna banda latina; no tuvo nada que ver con eso».

Con todo, las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado ya cuentan, entre las policías locales de La Sagra y del Corredor del Henares, con más ojos para controlar los grupos juveniles violentos. Como le dijo un guardia a un policía local por WhatsApp hace unos días: «Ahora vosotros sois el mejor servicio de información de la Guardia Civil».

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