La Vanguardia.- Otras 130 personas han perdido la vida en el Mediterráneo en un naufragio que podría haberse evitado. El barco Ocean Viking, de la oenegé SOS Mediterranée, y tres naves mercantes estaban buscando supervivientes, sin éxito. Sólo hallaron una decena de cadáveres. Las organizaciones humanitarias achacan las muertes a la pasividad de Europa y de la guardia costera libia después que Alarm Phone, un servicio telefónico de ayuda a los inmigrantes, estuviera alertando desde el miércoles que había tres barcazas en dificultades que habían zarpado desde Libia, con olas de hasta seis metros.
Según asegura Alarm Phone a este diario, al recibir las llamadas Italia pidió contactar a la guardia costera libia como autoridad competente, Malta no respondió y los guardacostas libios rescataron a una patera con cien personas, pero rechazaron socorrer a las otras dos por las condiciones meteorológicas adversas. La barcaza con 130 personas se hundió. De la otra, con 42, no se sabe nada. Lo más probable es que también haya naufragado.
“Tenemos constancia de que un avión de Frontex estuvo en la zona del naufragio. Consideramos responsables a las autoridades libias pero también a las europeas”, afirma María Rodríguez, colaboradora de Alarm Phone. Según Rodríguez, otro buque comercial fue alertado de la situación dramática de los mercantes, pero rechazó acudir en su ayuda dada una experiencia previa en que fue multado por Italia por socorrer a migrantes sin su coordinación.
El Ocean Viking estaba coordinando la búsqueda con las otras tres naves mercantes, algo que no compete a una oenegé. Estaba a más de diez horas de distancia de las pateras en dificultades cuando recibió el aviso. «Los estados abandonan su responsabilidad de coordinación en las actividades de búsqueda y rescate, dejando a los actores privados y a la sociedad civil llenar el vacío mortal que dejan atrás -ha declarado la coordinadora a bordo del barco humanitario, Luisa Albera-. Podemos ver el resultado de esta inacción deliberada alrededor de nuestra nave».
Flavio di Giacomo, portavoz en el Mediterráneo de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), denuncia que es “innegable e inaceptable” este sistema “ineficiente” y la falta de presencia de naves –muchos barcos de oenegés sufren bloqueos administrativos en Italia– que acaban provocando situaciones tan terribles como esta. “Europa no ha hecho suficiente para salvarles”, asegura.
Desde principios de año y hasta esta semana 359 personas habían perdido la vida en el Mediterráneo Central. Ahora se le suman por lo menos 130 más.
