Movimiento contra la Intolerancia condena los incidentes de odio agresivos cometidos por minorías radicalizadas contra Ciudadanos, durante la semana del Orgullo, y pide la erradicación de estas conductas.

| 7 julio, 2019

Nota de Prensa.- Movimiento contra la Intolerancia  condena los incidentes de odio agresivos cometidos por minorías radicalizadas contra Ciudadanos, durante la semana del Orgullo, y pide la erradicación de estas conductas.

En un contexto de plausible y gran movilización social por las reivindicaciones  plenas de los derechos de las personas LGTBI+ y de reconocimiento  a los pioneros y mayores que sufrieron opresión y represión hacia su libre orientación afectivo-sexual  e identidad de género, hemos podido ver y comprobar directamente como grupos de personas, desde su radicalización extremista, impedían el ejercicio de libertades públicas y derechos fundamentales a los manifestantes del partido Ciudadanos en diferentes ciudades españolas.

Los extremistas en  Barcelona  impidieron circular su autobús, lo pintaron con insultos e infamias y les obligaron a retirarse  bajo amenaza de quemarlo, incluidas las personas que estuvieran dentro; en Sevilla se injurió y atacó con pintura a  los manifestantes de este partido, alcanzando a la Consejera de Igualdad de la Junta de Andalucía y obligándoles a retirarse; en Valencia los insultos y ataques con pintura también les impidieron la libre participación en la manifestación.  Finalmente en Madrid,  la infamia, el lanzamiento de objetos y el bloqueo  de su marcha en la manifestación, también obligó a  que realizaran su retirada, escoltados por las fuerzas de seguridad. Vergonzoso.

En todos los casos, estos incidentes de odio, fueron dirigidos  a impedir la legítima presencia y participación de Ciudadanos  en las manifestaciones y fueron protagonizados por minorías radicalizadas -nunca por el conjunto de los manifestantes-  e incurrieron, a nuestro juicio,  en la infracción del 514.4 del C. Penal, destinado a sancionar a quien impide el derecho de manifestación o la perturba gravemente. Es decir, esos grupos radicalizados  cometieron presuntamente delitos de odio por motivos ideológicos, e intentaron ampararse en la multitud de manifestantes que habíamos acudidos convocados por unos lemas  por los que hemos luchado y seguiremos luchando hasta conseguirlos plenamente,  no solo en España, sino a nivel universal donde encontramos a 70 países que castigan penalmente las relaciones entre personas del mismo sexo, y que en 11de ellos podría suponer la pena de muerte.

Estas conductas agresivas de odio e intolerancia, nos recuerdan a otras  recientes que hemos conocido y sufrido, como aquellas de los “ultra-borrokas” que lanzaban huevos y tornillos , escupían e insultaban a los pacifistas que nos manifestábamos en contra de la violencia y del terrorismo; nos recuerdan a los “ultras-fascistas” cuando nos hostigan y agreden a quienes defendemos los derechos de las personas vulnerables, entre ellas las LGTB+;  y también nos recuerdan a los “ultra-secesionistas” cuando atacan a manifestantes constitucionalistas que reivindican sus derechos. Sin embargo,  los movimientos sociales democráticos ni pueden aceptar esto, ni guardar silencio cómplice, ni entrar en dobles raseros y demonizaciones. Hay que ir a los hechos, sin que nos manipule nadie y con criterio propio.

No hay “peros”, ni justificaciones “políticas”, no existe el “contraderecho” de suspender derechos de libertad y manifestación, como muchos de nuestros pioneros veteranos contra la dictadura, contra  la represión, la opresión y las agresiones homófobas , nos lo recuerdan de manera insistente, como también advierten del peligro de que la intolerancia penetre en los movimientos sociales, dañándonos por ser contraria a la libertad, a la igualdad, tolerancia y solidaridad que van implícitas en estas nuestras movilizaciones LGTB+, en las que ya  participamos desde 1977.

El Orgullo siempre ha sido expresión de Tolerancia, transversal  e incluyente, y aunque es lícito criticar, disentir, manifestar opinión, incluso gritando, no lo es dañar dignidad y derechos porque entra en el terreno de lo ilícito que debemos impedir en todos los campos sociales. Y a quienes   jalean, justifican  o predican el “vale todo” o el “fin justifica los medios”, les volvemos a recordar  que “la libertad de expresión no es libertad de agresión”, por eso siempre defenderemos el Estado de derecho y social, así como las movilizaciones democráticas LGTB+, recordando que lo que sobra es la conducta extremista, totalitaria y excluyente en todos los ámbitos de reivindicación social.

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