Los Mossos perseguirán como acoso la discriminación a agentes embarazadas y las bromas sobre el físico

| 12 marzo, 2021

El Confidencial.- La policía catalana crea una comisión formada por altos mandos y miembros de la División Asuntos Internos para valorar las denuncias de los afectados

Los Mossos d’Esquadra refuerza su protocolo contra el acoso sexual dentro del cuerpo. Recientemente ha entrado en vigor un nuevo documento, que viene a sustituir el anterior protocolo que se aprobó en 2021.

Confidencial Digital ha consultado el nuevo “Protocolo para la prevención, la detección, la actuación y la resolución de situaciones de acoso sexual, por razón de sexo, de orientación sexual y/o de identidad sexual de la Policía de la Generalitat – Mossos d’Esquadra”.

La estructura básica de la respuesta del cuerpo ante situaciones de acoso sexual se mantiene más o menos igual, si bien se introducen cambios en los mecanismos de investigación de las denuncias internas, y se añaden nuevas situaciones y conceptos, que abarcan un espectro más amplio de circunstancias denunciables.

El protocolo de 2012 definía el acoso psicológico y el acoso discriminatorio, el acoso sexual, el acoso por razón de sexo o de orientación sexual, y luego hablaba de “otras discriminaciones”, como cajón de sastre de otro tipo de situaciones posibles.

El nuevo documento deja aparte los casos de acoso laboral de otra naturaleza y se centra en el acoso sexual, el acoso por razón de sexo, el acoso por razón de orientación sexual y el acoso por razón de la identidad sexual.

Embarazo, maternidad y paternidad

Dentro del acoso por razón de sexo se incluye a partir de ahora aquellos comportamientos que creen un entorno intimidador, hostil, degradante para aquellas personas que se encuentre en situación de embarazo, maternidad, paternidad y asunción de otras responsabilidades de cuidado de familiares; es decir, “cualquier trato desfavorable” relacionado esas situaciones.

Por tanto, una mossa que se vea discriminada u hostigada en su trabajo por estar embarazada podría acogerse a este protocolo para denunciar a sus acosadores, sean compañeros, mandos superiores…

Lo mismo ocurriría para los mossos, sean hombres o mujeres, que se vean intimidados con motivo de su paternidad o maternidad, o cuando necesiten cuidar de sus hijos u otros familiares.

En cuanto al “acoso por razón de la identidad sexual”, por primera vez se habla expresamente de los comportamientos no deseados contra “las personas transexuales, que se encuentren en proceso de reasignación de género o de sexo y contra el sentimiento de personas de pertenencia a un sexo u otro, con independencia del sexo biológico”.

Todas estas conductas se pueden producir no sólo en el centro de trabajo y durante la jornada laboral; también tendrán consideración de acoso si dan fuera del centro de trabajo y del horario laboral, siempre que tengan relación con el trabajo.

Bromas y comentarios sobre el físico

Otro concepto nuevo que introduce este nuevo protocolo frente al de 2012 es el de “comportamiento que implica connotaciones sexuales o de naturaleza sexual o sexista”.

Ahora los Mossos incluyen este concepto, que abarca conductas “que puede ser verbales, no verbales o físicas, que incluyen un abanico amplio de ejemplos, desde acciones aparentemente inofensivas como bromas o comentarios sobre el físico y/o la apariencia física de una persona, hasta acciones que se pueden considerar graves y que pueden llevar al delito penal, como obligar a una persona a tener relaciones sexuales”.

Por último, se contemplan los comportamientos que atenten contra la dignidad de una persona o creen un entorno intimidatorio, hostil, ofensivo, degradante o humillante: “Aparece cuando hay una persistencia en las conductas. Sin embargo, un sólo comportamiento aislado, si es suficientemente grave, puede ser considerado acoso”.

Lo activa el director general

Más allá de los conceptos o definiciones, las novedades afectan al funcionamiento mismo del protocolo. Hasta ahora actuaba una “comisión de investigación interna”, que ahora va a ser sustituida por la Comisión de Valoración del Acoso Sexual.

Las denuncias de acoso llegarán al director general de la Policía de la Generalitat, es decir, el responsable político directo de los Mossos. Por encima del “comissari en cap”, o el actual mayor Josep Lluís Trapero, en el Departamento de Interior se encuentra el director general de la Policía, cargo que ahora lo ocupa Pere Ferrer.

El director general es responsable de activar el protocolo ante una denuncia, mediante una resolución en la que acuerde la convocatoria de la Comisión de Valoración del Acoso Sexual. Esta comisión propondrá medidas que deberá ratificar finalmente el director general.

Comisión paritaria hombres-mujeres

La Comisión de Valoración del Acoso Sexual la formarán:

— Un miembro de la Subdirección General de Recursos Humanos de la Dirección General de la Policía de la Generalitat, que será el presidente.

— Un técnico de la misma subdirección en labores de secretaría.

— Un mando de los Mossos designado por la Prefectura, que actuará como instructor.

— Un miembro de la Subdirección General de Prevención de Riesgos y Salud Laboral del Departamento de Interior.

— Un miembro del Servicio de Asesoramiento Jurídico de la Dirección General de la Policía.

— Un mando de la División de Asuntos Internos de los Mossos.

— Un especialista en seguimiento y atención a las víctimas, dentro de la Comisaría General Técnica de Planificación de la Seguridad.

— Un técnico del Instituto Catalán de las Mujeres.

— Un mando de la Unidad de Igualdad y Equidad de la Comisaría General de Relaciones Institucionales, Prevención y Mediación, especialista en igualdad y equidad de género.

La composición deberá ser paritaria entre hombres y mujeres. Todos serán nombrados por el director general.

Entrevistas a denunciante, denunciado y testigos

Esta comisión recibirá las denuncias que le haga llegar el director general, y abrirá un proceso de investigación para determinar si ha existido o no un caso de acoso sexual objeto del protocolo. Si lo ve necesario, recurrirá a otro órgano más especializado: el Grupo de Verificación.

Este grupo lo formarán un mando de los Mossos y un técnico especialista adecuado al caso. Sus funciones son llevar a cabo las actuaciones para determinar si hay acoso, proponer medidas cautelares para proteger a las personas implicadas y elevar un informe con los resultados de la investigación y las propuestas de resolución y de medidas correctoras que considere necesarias.

Por ejemplo, es el Grupo de Verificación el encargado de tomar declaración a los testigos, analizar las pruebas aportadas, llevar a cabo otras actuaciones… Se establece que “en todo caso tendrá que entrevistar a la persona presuntamente acosadora y a la persona presuntamente acosada”.

Todo ello se deberá desarrollar bajo los principios de celeridad, confidencialidad, sigilo y participación de las personas implicadas, y en todo el procesos se deberá garantizar el derecho a la intimidad de las personas y la igualdad entre hombres y mujeres.

Cuando se constate la existencia de delitos, o de faltas disciplinarias, se derivará el asunto a la División de Asuntos Internos.

Sensibilizar a los mandos

Los plazos para instruir, investigar y resolver las medidas a adoptar ante denuncias de acoso sexual y por razón de sexo se reducen notablemente en el nuevo protocolo.

Otra novedad importante es que una de las medidas de prevención contempladas consiste en “concienciar y sensibilizar a los cargos y mandos para detectar precozmente una situación de acoso objeto de este protocolo”.

Cabe también destacar que como principio general se insta a todos los mossos a denunciar cualquier caso que conozcan: “Cualquier persona que trabaja en la Dirección General de la Policía y tenga conocimiento de un posible caso de acoso objeto de este protocolo, deberá enviar una comunicación” al buzón de correo habilitado para estos casos, o bien tendrá que ponerlo en conocimiento de su jefe o superior, que deberá comunicarlo.

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