VozPopuli.- La asociación federalista BPlus ha elaborado un manifiesto, titulado Pacto por Bélgica, que ha conseguido la firma de los nueve partidos históricos del país, así como sus respectivas juventudes y personalidades del mundo de la cultura belga.
El manifiesto critica el nacionalismo y la xenofobia en su país, y ha sido suscrito por el Partido Socialista belga (PS), el Partido Socialista-Diferente (flamenco); el OpenLVD y Movimiento Reformador (liberales); el Cristiano Demócrata Belga (CDV) y Centro Democrático Humanista (cdH); Ecolo y Groen (verdes); y el Partido del Trabajo Belga (PTB-PVDA).
Los únicos que se han quedado fuera de este pacto son los conservadores de Nueva Alianza Flamenca (NV-A) y los ultras de Vlaams Belang (VB). Se trata de las dos formaciones que más apoyo han dado al expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, desde su traslado a Bélgica huyendo de la justicia española.
Aunque el exmandatario catalán ha intentado desmarcarse de Vlaams Belang, por sus postulados racistas y homófobos, es uno de los partidos que ha asistido en algunas de sus conferencias en la capital belga. En una ocasión, incluso se jactaron en redes sociales de ser los únicos que le «daban apoyo».
Manifiesto histórico
El pacto alcanzado por los cuatro principales bloques políticos de Bélgica- socialistas, democristianos, liberales y verdes- es un hito en un país que se caracteriza por una elevada fragmentación parlamentaria e incluso algunos analistas políticos lo tildan de ser un Estado fallido.
El manifiesto aboga por la «cooperación mutua» y preparar a Bélgica «paralos nuevos tiempos» que, a su juicio, pasa por que el país «no sea presa del nacionalismo y la xenofobia». A este respecto, instan a «promover el conocimiento y aprendizaje de las otras lenguas nacionales» -en un país que hay tres comunidades lingüísticas separadas-, reafirmarse en los «principios del federalismo» o «mantener la solidaridad interpersonal» sin dar pasos hacia «el separatismo o confederalismo», entre otros.
Su propósito, que suscriben los principales partidos belgas, es repensar la estructura del Estado a «largo plazo», sin sucumbir a los «intereses partidistas del momento». «Se debe fortalecer la colaboración entre comunidades federadas. La autoridad federal debe contar con los medios para actuar en el interés común cuando resulta que las entidades federativas no pueden hacerlo por divergencia de intereses», concluyen.
