Los aliados bávaros de Merkel quieren dar prioridad a los inmigrantes cristianos

| 8 septiembre, 2016

La propuesta de la CSU supone un nuevo desafío a la autoridad de la canciller alemana

csuLUIS DONCEL. EL PAÍS.- El miércoles, la canciller Angela Merkel pidió a sus aliados unidad para no dar armas a los populismos xenófobos. La respuesta de Baviera ha tardado pocas horas en llegar. Los socialcristianos de la CSU, partido hermano de los democristianos de Merkel, destacan en un documento interno los errores cometidos en la crisis de refugiados, y proponen medidas que se acercan sospechosamente a las del partido antiinmigración AfD. Entre ellas, la de favorecer la llegada a Alemania de inmigrantes “de nuestro círculo cultural cristiano-occidental”.

No son nuevos los ataques de la CSU a un Gobierno del que ellos mismos forman parte. Pero el documento de los socialcristianos bávaros va más allá de las críticas y lanza una batería de propuestas —algunas ya conocidas, otras nuevas— con las que pretenden endurecer las normas sobre refugiados, inmigrantes y, en general, todo lo relacionado con los musulmanes que llegan a Alemania.

Entre otras medidas, proponen acabar con la doble nacionalidad, prohibir el burka y el niqab, fijar un máximo de 200.000 refugiados anuales y favorecer la llegada de inmigrantes cristianos. “Un Estado debe poder decidir a quién recibe. No son los migrantes los que lo deciden”, asegura un texto que ha despertado la furia de los socios de Gobierno socialdemócratas y un revelador silencio en las filas democristianas. La propuesta de dar preferencia a los inmigrantes occidentales y cristianos es especialmente relevante, y contrasta con la indignación con que la clase política alemana recibió el rechazo de países como Eslovaquia a acoger solicitantes de asilo en favor de los cristianos.

“Los políticos debemos moderar nuestro lenguaje. Si no, solo ganarán los que pueden decir las cosas de forma más clara y fácil”, alertó Merkel en el Parlamento el miércoles, en una referencia poco velada a AfD.

Su petición de rebajar el tono no ha sido escuchada. “Quien no quiera renunciar al burka o al niqab, debería ir buscándose otro país”, escribe la CSU en un documento filtrado el jueves que será debatido por el partido el fin de semana. Se refieren a una prenda que es prácticamente imposible de encontrar en las calles. Algunos expertos calculan que en Alemania debe hacer unas cien mujeres que lleven burka. El domingo, los bávaros quieren discutir sus propuestas con los líderes de los dos partidos con los que gobiernan, los democristianos de Merkel y los socialdemócratas de Sigmar Gabriel.

El documento, sin embargo, no está pensado para que salga adelante. Propone medidas, como el fin de la doble nacionalidad, que son exactamente lo contrario de lo que la CSU había pactado con sus socios de Gobierno al inicio de la legislatura.

Bofetada a la canciller

Supone, en primer lugar, una sonora bofetada a la canciller. Aunque gran parte de su partido suscriba algunas medidas —como la prohibición del burka—, el texto puede interpretarse como la continuación de la guerra contra Merkel. Los socialcristianos proponen, una vez más, establecer una cifra máxima de refugiados. La canciller ha repetido hasta la saciedad que este tope sería ilegal, ya que la protección por asilo político es un derecho reconocido en la Constitución alemana que no se puede reservar a un determinado grupo de personas, excluyendo a otras.

La renovada ofensiva de los bávaros contra Merkel llega tras el desastre electoral en las elecciones del pasado domingo, en las que AfD superó por primera vez a la CDU en el Estado oriental del Mecklemburgo-Pomerania Occidental. Y llega cuando Merkel aún no ha anunciado si concurrirá a las elecciones de 2017. La CSU coquetea con la idea de presentar, por primera vez, a un candidato propio a estos comicios, en lugar de concurrir con sus hermanos democristianos.

HISTÓRICO

Enlaces internacionales