Vozpópuli/Borja Méndez.- Las bandas latinas suben a las redes sociales las imágenes de menores a los que obligan a realizar su señales bajo amenazas con armas blancas.
Un menor totalmente sumiso agarrado del cuello por un grupo numeroso. Así son las crueles y violentas imágenes que los miembros de las bandas latinas suben a las redes sociales para amedrentar a sus rivales y para obtener el respeto de sus compañeros. Vozpópuli ha localizado estas fotografías que muestran cómo los jóvenes son amenazados con el objetivo de ser inmortalizados representando señales usadas por los Trinitarios y los Dominican Don’t Play (DDP).
«Enano de Vallecas de un gallegón sale volando», «Se la tira de DDP ahora el buen palomo» o «Ñeta que hacía coro en Parla y lo veían por Plaza Elíptica, ahora está trabajando en una pizzería escondida en Amsterdam». Son algunas de las publicaciones de estas cuentas vinculadas a las bandas latinas en las cuales señalan los objetivos de la ‘caídas’, ataques a otros grupos rivales. De esta forma, los pandilleros muestran a sus amigos quienes tienen que ser las víctimas.
A simple vista son jóvenes normales, pero publican en sus redes personales fotografías realizando señales de los DDP o los Trinitarios. Una vez que son localizados, un grupo numeroso de ellos van a por los usuarios y les obligan a realizar sus propios gestos como forma de dominación. Se puede comprobar como los atacantes preservan su intimidad para no dar pistas a la Policía Nacional.
«Frenan a los menores de Moncloa y se van sofocados», es el texto que acompaña la imagen de un menor de edad sentado en un banco agarrado por su atacante desde la espalda. «Los menores de Usera asustados», reza otra de estas fotografías de un chico totalmente atemorizado por los pandilleros.
Un método de iniciación en las bandas latinas
Muchas de estas acciones son desarrolladas por jóvenes que quieren introducirse en las bandas y pasan este tipo de pruebas como método de iniciación. Tienen que demostrar el valor y las ganas que tienen de formar parte de este tipo de coros. Algunos de los protagonistas de las imágenes han protagonizado reyertas y las fuerzas de seguridad han salvado sus vidas. Y es que la nomenclatura de bandas latinas viene de sus orígenes, aunque tuvieron su nacimiento en Estados Unidos, pero cada vez tienen más nacionalidades en sus filas: principalmente la española.
Ese el caso de Jaime Guerrero Messousi, el menor de 15 años que fue asesinado el año pasado en la céntrica calle Atocha de la capital. Este joven comenzó su andadura vinculado a la banda de los ‘Blood’ pero finalmente se pasó a los Trinitarios. Meses antes de su homicidio, los agentes de la Policía Nacional salvaron su vida en el mismo portal de su domicilio en Villa de Vallecas.
Jaime era conocido en redes sociales y mostraba sus pertenencias a estos pandilleros. Se convirtió con ello en un objetivo de los Dominican Don’t Play (DDP). Un grupo numeroso de ellos fue hasta su casa pero los policías fueron más rápidos y frenaron la ‘caída’. Lamentablemente nada pudieron hacer cuando este joven fue a la calle Atocha y protagonizó una reyerta con machetes.
Las redes sociales para captar menores
La unión de bandas latinas y redes sociales es uno de los puntos que más preocupan a los agentes de la Brigada de Información de la Policía Nacional. La pandemia fue un punto de inflexión ya que el confinamiento provocó que estos jóvenes buscaran salida en este tipo de organizaciones criminales. Ahora la situación se encuentra más estabilizada aunque sigue preocupando la faceta ‘captadora’ de Instagram o Tik Tok.
La música, la indumentaria y el sentimiento de pertenencia a un grupo son los principales reclamos que usan los Trinitarios y los DDP para captar a estos menores. Una vez que se introducen en estas ‘falsas familias’ son utilizados para cometer todo tipo de delitos: desde homicidios hasta robos. Los líderes de estos ‘coros’ saben perfectamente que los menores de 14 años son inimputables.
Ese es el motivo principal por los que buscan a sus integrantes en parques o a las salidas de los colegios. Estos niños son claves para el desarrollo de sus organizaciones. Si no quieren unirse siguen con las amenazas hasta conseguir su objetivo: con nosotros o contra nosotros.
