Las academias ultra: donde Europa prepara a los cachorros de la ultraderecha

| 16 mayo, 2019

La sobrina de Marine Le Pen o el exasesor de Trump, quieren formar a la élite de la ultraderecha en instituciones académicas de nuevo cuño

SALVADOR MARTÍNEZ. EL ESPAÑOL.- Las ultraderechas quieren crear escuela, literalmente. Formar a los futuros dirigentes de las derechas populistas es uno de los objetivos que se atribuye a las escuelas y academias de notables ultraderechistas que ya existen, como el Instituto de Ciencias Sociales Económicas y Políticas (ISSEP, por sus siglas en francés).

También las que están a punto de inaugurarse, como parece que ocurre con el centro académico que quiere impulsar en Italia, Steve Bannon, el célebre exasesor de Donald Trump.

En Lyon (Francia) abría sus puertas a principios del presente año académico el ISSEP, dirigido por Marion Maréchal, sobrina de la lideresa de la Agrupación Nacional (AN), Marine Le Pen. Maréchal es una joven figura política situada en su país «a la derecha de la extrema derecha», según afirman a EL ESPAÑOL quienes conocen su carrera.

«Hermanar a los ultraderechistas»

En Italia, lleva ya unos años funcionando la Escuela de Formación Política, creada y promovida en Milán por dos notables de la derecha dura italiana. Se trata del senador Armando Siri y el propio líder de la Liga Norte, Matteo Salvini. 

Es precisamente en tierras de Salvini donde ahora tiene previsto implantar su «academia» Steve Bannon para formar a los futuros valores del espectro político ultra. El que fuera asesor en la Casa Blanca de Donald Trump, a quien ayudó decisivamente como estratega en la campaña presidencial de 2016, presentaba hace unos días al diario británico Financial Times su intención de crear una «academia» en la cartuja de Trisulti, un monasterio del siglo XIII. 

«Vuelvan aquí en unos años y encontrarán 100 estudiantes, 20 ó 25 miembros del equipo académico», decía aludiendo al futuro del monasterio Bannon quien, tras haber salido de la Casa Blanca, centra sus esfuerzos en hermanar en Europa a los ultraderechistas del ‘viejo continente’.

Su idea ahora es formar a jóvenes que luego trabajarán en «medios de comunicación, como responsables de campañas políticas, ministerios, quienes comenzarán a crear redes de contactos (…). Creo que la academia creará un marco», afirma Bannon.

Se supone que este año van a darse allí clases piloto, una experiencia en pruebas en las que los alumnos serán gente que apoye el populismo y el nacionalismo económico, de acuerdo con las explicaciones de Bannon, que aún está en busca de apoyos para este nuevo proyecto.

Bannon no es el primera figura salida de la ultraderecha interesada en crear un nicho donde se formen los futuros integrantes del populismo de derechas o lo que él llamaba en declaraciones al Financial Times: «La generación que sigue a Trump».

La escuela de Marion Maréchal

No lejos de la Frontera de Italia con Francia, en Lyon, el ISSEP de Marion Maréchal abría sus puertas el pasado mes de septiembre para formar a su primera promoción de estudiantes. Todos los alumnos del ISSEP tienen intenciones políticas y han ido a formarse en un centro que dice ofrecer «una alternativa educativa».

«Es una escuela de cuadros de la derecha dura y de la extrema derecha. Sigue la idea de formar cuadros políticos e intelectuales», dice a EL ESPAÑOL François Stéphane, historiador e investigador francés del Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNRS) especializado en la extrema derecha francesa.

El ISSEP, como también aspira a ser la ya apodada «academia de la alt-right -derecha alternativa-» de Bannon, es una institución privada. Los cursos de formación cuestan entre 1.190 euros y 5.590 euros al año.

La escuela de Maréchal no ofrece una formación reconocida por el Ministerio de Educación francés, lo que no es un impedimento para que reivindique actualmente cerca de 70 alumnos en sus diferentes cursos de formación.

Stéphane reconoce en el ISSEP algo específico. A diferencia de lo que ocurre en otras escuelas de cuadros, donde militantes forman a los estudiantes, «en el ISSEP son académicos los que están formando. Allí se venden conocimientos», según este investigador. 

Esto permite a Maréchal afirmar que su escuela no es una «escuela de militantes». Sin embargo, el consejo científico asesor del ISSEP lo componen miembros de la derecha dura y extrema derecha francesas, según han aclarado los medios de comunicaciones franceses.

A Michel Henry, autor del libro sobre Marion Maréchal, La Nièce (Ed. Seuil, 2017) o ‘La sobrina’, no le extraña esa composición de las «instancias científicas» de la escuela de Maréchal.

Discursos extremistas

«Ella cree que en Francia las universidades están dominadas por la gente de la izquierda y por eso está convencida de que hay que crear una corriente intelectual de derechas. Es eso lo que ella trata de hacer», dice Henry a este diario.

Maréchal es alguien que ha hecho carrera en la política francesa con un marcado discurso anti-inmigración y anti-islam. Llegó a ser diputada del Frente Nacional (FN, ahora Agrupación Nacional), aunque en 2017 dejó la política para tomarse un año sabático, tras el cual lanzó su escuela.

Para Stéphane, la apuesta de Maréchal es más osada que la de Bannon. «Yo no creo que la academia de Bannon vaya más allá de formar a cuadros que ya vayan en su dirección ideológica en un contexto católico tradicionalista», afirma.

Además, «Bannon tiene un problema. Incluso siendo populista y siendo de la familia de la extrema derecha, él es un americano y no un europeo. Bannon puede hacer lo que quiera, pero seguirá siendo un americano, mientras que Maréchal es una francesa, es una europea que vive en pareja con un político de la Liga Norte», apunta este investigador. Alude a Vincenzo Sofo, político del partido de Salvini que se presenta como candidato estos día en las elecciones europeas.

Para el investigador del CNRS resulta potencialmente problemático, tanto para la academia de Bannon como para el ISSEP, la innegable inspiración religiosa que mueve a los promotores de esas escuelas. Ésta reduce ostensiblemente el impacto de ambos proyectos formativos.

Maréchal, en sus días en la primera línea del FN, se llegó a pronunciar a favor de una restricción sobre el aborto en Francia. También se manifestó en contra de la legalización del matrimonio homosexual. 

«Marion Maréchal está ideológicamente más a la derecha de su tía», señala Henry. Tanto es así que a la sobrina se la sitúa políticamente en los círculos del tradicionalismo católico. De estos círculos, en Italia, ha surgido el Dignitatis Humanae Institute, descrito como «un lobby religioso tradicionalista» que estos días es noticia porque en él se apoya Bannon para levantar su academia. 

Bannon ha dicho que en el programa de su academia contendrá los principios de «la cultura occidental judeocristiana». «Esto tenía su eco en los años setenta, pero ahora, en Francia, por ejemplo, ¿quién se reivindica de la cultura judeo-cristiana? Sólo grupos de gente muy pequeños», concluye Stéphane.

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