La ultraderecha irrumpe con fuerza de las elecciones regionales en Alemania

, | 13 marzo, 2016

La populista y xenófoba Alternativa por Alemania (AfD) obtiene buenos resultados en los tres ‘länder’ que acudían a las urnas. La CDU de Merkel pierde el bastión conservador de Baden-Württemberg y los socialdemócratas se hunden en dos regiones

afd renania

 

 

 

 

 

 

 

 

CARLES PLANAS BOU. EL PERIÓDICO.- Alemania ha girado drásticamente hacia la derecha. Las elecciones regionales de este domingo han confirmado los peores pronósticos de la cancillera Angela Merkel con el auge de los ultraderechistas de Alternativa por Alemania (AfD). Sirviéndose de un profundo discurso populista y xenófobo, la formación ha dado un golpe sobre la mesa y ha obtenido unos resultados espectaculares en los comicios celebrados en los ‘länder’ de Baden-Württemberg, Renania-Palatinado y Sajonia-Anhalt, los primeros que se celebran en el país desde que Berlín abrió los brazos a los refugiados.

La principal derrota de la CDU se ha materializado en el próspero Baden-Württemberg. Por primera vez en su historia, los conservadores han perdido uno de sus principales bastiones al ceder alrededor de un 10% de los votos, situándose en el 27% con 42 escaños. Como indicaban las encuestas, los Verdes han afianzado su fuerza en el sur del país con un 30,3% y 47 escaños y los socialdemócratas del SPD han caído 10 puntos, hasta el 12,7% de los votos y los19 representantes. Eso hace que ambas fuerzas puedan mantener su gobierno de coalición progresista pactando con los liberales del FDP (8,3%). Mientras tanto, AfD ha entrado en el parlamento con un 15,1% de los votos, superando así a los socialdemócratas con 23 escaños.

Pero si en algún estado la ultraderecha ha capitalizado el descontento por la llegada de refugiados ha sido en Sajonia-Anhalt. El este de Alemania es más crítico con la política migratoria de Merkel y eso se ha traducido en los impresionantes resultados de AfD, que se ha enfilado hasta la segunda posición con el 24,4% de los votos y 25 representantes. Esa voluntad xenófoba también ha tenido una cara más radical aún con el apoyo del 3,2% de los votos al NPD, la formación neonazi que el Tribunal Constitucional está estudiando ilegalizar. La CDU sigue manteniendo el liderazgo con un ajustado 29,8% y 30 escaños. La caída del SPD, que pasa del 21,5% al 10,6% de los votos con 11 escaños, dificulta su coalición de gobierno mientras que Die Linke también pierde fuerza hasta los 16 escaños.

Renania-Palatinado ha sido el único land en que los socialdemócratas han sobrevivido. A diferencia de la sangría recibida en las otras dos elecciones, el carisma de su líder, Malu Dreyer, ha permitido mejorar un 0,5% los resultados de la formación hasta obtener el 36,2% de los votos y 39 escaños. La CDU ha retrocedido ligeramente (31,8% y 35 escaños) mientras que los Verdes se han deshinchado 10,1 puntos (5,3% y 6 escaños). Con el 12,5% de los votos y 14 representantes AfD se ha situado como tercera fuerza indiscutible y alternativa al stablishment.

PLEBISCITO SOBRE LOS REFUGIADOS

Más allá del auge del discurso xenófobo, las elecciones del ‘superdomingo’ también han ilustrado una mayor desconfianza en los dos partidos tradicionales, miembros de la gran coalición. Los comicios pueden leerse como un plebiscito sobre la política de refugiados de Berlín. “La catastrófica gestión de la cancillera ha abierto los ojos a los electores”, ha asegurado Frauke Petry, líder de AfD. Aún así, el cuadro es más complejo. En Baden-Württemberg, por ejemplo, la caída de la CDU ha ido acompañada de un crecimiento de los Verdes, formación que apoya la apertura de puertas a los solicitantes de asilo. Especialmente dura ha sido la sangría de los socialdemócratas (SPD). La aparición de la ultraderecha ha hecho que por primera vez este partido histórico no tenga apoyo suficiente para ser el socio menor de una gran coalición.

En la misma línea, durante la campaña se había vinculado directamente el auge de la ultraderecha con el descontento del ala más conservadora de la CDU con Merkel. A pesar de que hay una relación de voto tránsfuga entre ambas formaciones, el éxito de AfD también se debe a unos altos índices de participación que han superado en más de un 10% los niveles de las elecciones del 2011. Según ha apuntado ARD, el canal de rádio pública de Alemania, el partido populista ha obtenido más réditos de gente que no había votado en las anteriores elecciones que de simpatizantes de la CDU.

DE LAS CALLES AL PARLAMENTO

El pasado verano AfD sobrevivió a las disputas internas por su liderazgo y capitalizó la frustración de los sectores más conservadores del país con la apertura de puertas a los refugiados. Bajo el paraguas del controvertido movimiento islamófobo Pegida la formación ha llevado a cabo una agresiva campaña en contra de las directrices de Berlín que ha despertado la motivación de muchos alemanes. En algunos casos esa motivación ha ido más allá y se ha vinculado a afiliados del partido con agresiones a refugiados.

El auge de AfD supone de facto la mayor victoria electoral de la derecha populista en Alemania desde el reestablecimiento de la democracia y, a su vez, dibuja un escenario muy complejo en el país. Los resultados del superdomingo plasman el salto de la retórica xenófoba de la calle a las instituciones públicas, donde AfD aún no tenía a ningún representante.

En los años 80 el histórico líder conservador Josef Franz Strauss aseguró que “a la derecha de la CSU no puede haber ningún partido democrático legítimo”. El éxito de AfD rompe ahora con esa dinámica de la política alemana. El difícil juego de equilibrios políticos para formar coaliciones mostrará si la formación xenófoba sigue siendo repudiada por todos o sirve de muleta para llegar a pactos.

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