La policía desactiva al movimiento de la ultraderecha de los ‘chalecos amarillos’

| 9 diciembre, 2018

El grupo radical, con gran potencia en Francia bajo el amparo de Marine Le Pen, fracasó ayer en su intento de manifestarse en Madrid

AGUSTÍN MILLÁN. DIARIO 16.- El movimiento de ultraderecha de los chalecos amarillos ha fracasado en su primer intento de movilización en Madrid. Este grupo radical, muy afianzado en Francia bajo el amparo de Marine Le Pen, trata de hacerse un hueco en España.

Como se puede observar en las imágenes del intento de protesta en la plaza de Colón de Madrid, los chalecos amarillos españoles están capitaneados y financiados por la ultraderecha, y como cabeza visible la portavoz de ‘Hogar Social Madrid’, Melisa D. Ruiz, imagen amable del nuevo fascismo patrio, el rostro amable de la extrema derecha española.

En una tentativa de aprovechar la ola de populismo de los ‘gilets jaunes’ -chalecos amarillos-, que exigían que se suprimiera el impuesto a la subida del combustible y el encarecimiento de la vida, en España la ultraderecha se ha subido a la ola para desestabilizar la democracia.

Al grupo neonazi Hogar Social Madrid, famoso por ocupar edificios repetidamente en Madrid, para atender solo a ‘españoles’, la policía les tiene controlado y no van a permitir que se repitan los incidentes de la capital gala. En ciertos barrios de Madrid, este grupo que se hace llamar chalecos amarillos España, han empapelado de pegatinas escaparates y marquesinas, en un intento de evitar que sus pasquines sean arrancados por los servicios de limpieza.

Desde 2014, este colectivo de extrema derecha, con integrantes de ideología neonazi y que se caracterizan por ayudar a familias españolas, han ocupado siete edificios, en la capital de España.

Se anuncian como un movimiento sin ideología y sin líderes, pero como ha quedado al descubierto, y al igual que en Francia, es un conato de revolución de la extrema derecha europea, capaz de penetrar en las clases más desfavorecidas de la Francia profunda para aprovechar del descontento y del desconocimiento de los trabajadores desfavorecidos.

En España, la semana pasada, varias personas ataviadas con chalecos amarillos colgaban en un puente de la M-30 de Madrid una pancarta con el lema: “Ya estamos aquí, guerra”. Era la primera acción de este movimiento en España que difundieron en redes sociales.

El creador de la página oficial de Facebook de esta iniciativa neonazi asegura que “la situación social en España es aún peor que la de Francia. También aquí se está sufriendo la subida de los carburantes, de la luz y otros problemas que merecen respuesta de la ciudadanía”.

Pide quedar en el anonimato ya que el movimiento no tiene líderes, aunque como se puede observar en la concentración de Colón, están liderados por la ultraderecha madrileña, y de forma farsante afirma que “no tienen ningún sesgo político”.

“Los gobernantes enfrentan a la ciudadanía entre sí con cuestiones como la exhumación de Franco o el independentismo en Cataluña cuando el problema es el empeoramiento de las clases con menor poder adquisitivo, como sucede con las restricciones en la movilidad, que benefician a aquellos con más dinero que pueden permitirse mejores coches y lastra a los que solo cuentan con un coche diésel antiguo que no pueden sustituir”, afirma.

Y para quedar aún más en evidencia “advierte que este movimiento hay que tratar que no sea monopolizado por los violentos de extrema izquierda”, cuando la realidad es que está monopolizado por los violentos neonazis.

En la jornada de ayer en Francia, la policía ha detenido a 1.385 personas en la que se ha registrado más de un centenar de heridos. En rueda de prensa el ministro del Interior, Christophe Castane ha dicho que 900 personas siguen bajo custodia, la gran mayoría en París.

En las manifestaciones se han registrado incidentes con 135 heridos, 17 de ellos fuerzas del orden, en distintos puntos de Francia.

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