La lucha contra el coronavirus no entiende de religión en Israel

| 29 marzo, 2020

Médicos árabes y judíos trabajan codo a codo en un país donde se han registrado 3.800 contagios y 12 muertes

AFP. LA VANGUARDIA.- “No hay diferencias entre nosotros”. En Israel, médicos judíos y árabes trabajan juntos, codo con codo, en primera línea para combatir la epidemia de coronavirus y hacer callar también a los que propagan el odio. Más de 3.800 personas han dado positivo -la mayoría judíos- y 12 han muerto desde la aparición en el país del virus.

Cerca de Tel Aviv, el Hospital Sheba está considerado entre los mejores del mundo y sus responsables afirman que es gracias al trabajo que efectúan el personal sanitario árabe y judío pese a vivir en una sociedad marcada por las divisiones.

“Trabajamos juntos con un equipo médico árabe y no solamente en tiempos del coronavirus”, comenta Rafi Walden, director adjunto del centro hospitalario. Sin los médicos árabes, el sistema de salud israelí se hundiría”, dice a la vez que destaca que no hay ninguna diferencia entre ellos y los sanitarios judíos.

Los árabes israelís, descendientes de los palestinos que permanecieron en sus tierras tras la creación de Israel en 1948, representan el 20% de la población del país y se declaran habitualmente víctimas de la discriminación social. Denuncian ademas la ley del estado-nación que consagra el carácter judío de Israel.

Pero ironías del destino en tiempos del coronavirus, una foto de dos enfermeros haciendo sus respectivas plegarias delante de su ambulancia se ha convertido en viral. Uno, el judío, reza en dirección a Jerusalén; el otro, musulmán, arrodillado sobre una alfombra de oración en dirección a La Meca.

Los internautas han elogiado esta imagen “inspiradora” difundida por la Magen David Adom, el equivalente en Israel a la Cruz Roja, subrayando la unión necesaria en tiempos de crisis, mientras que otros han aprovechado la ocasión para hablar de las desigualdades sociales.

Un médico explica con un maniquí cómo realizar la respiración asistida a un enfermo de coronavirus
Un médico explica con un maniquí cómo realizar la respiración asistida a un enfermo de coronavirus (Ziv Koren / EP)

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, es regularmente acusado de racista por los árabes israelís y de incitación al odio contra los miembros de los partidos árabes, a los que califica de “amenaza”. Uno de sus ministros los ha llegado a tratar alguna vez de “terroristas con traje”.

“Netanyahu conoce el rol de los árabes en el sistema sanitario, y en otros sectores, pero continúa propagando el odio y la mentira sin la menor duda”, lamenta Rafi Walden. Recientemente, alrededor de 700 miembros del cuerpo médico, de los que la mitad son judíos, firmaron una petición pidiendo al premier israelí que cese de sembrar la división en estos tiempos de crisis sanitaria.

Más de 3.800 casos de coronavirus han sido oficialmente censados en Israel, donde doce personas han fallecido a consecuencia del virus. Después de un año de crisis política y tres legislaturas, Netanyahu debería continuar en el poder y formar un “gobierno de urgencia” para gestionar la pandemia después del sorprendente acuerdo con su rival Benny Gantz.

Médicos y enfermeros se toman un respiro en un hospital de Tel Aviv
Médicos y enfermeros se toman un respiro en un hospital de Tel Aviv (Ziv Koren / EP)

Hasta el momento, el número de casos de coronavirus es relativamente bajo en las zonas árabes. “Es porque se han hecho menos tests”, estima el diputado árabe-israelí Jaber Asakla, que reclama más medios para gestionar la crisis sanitaria.

Otra de las explicaciones sería la difusión más rápida de la epidemia en las grandes ciudades, según dice el investigador Mohammad Darawshe, que destaca que “cerca del 70% de los ciudadanos árabes viven en pueblos y en habitaciones individuales, mientras que el 70% de los residentes judíos viven en ciudades y en pisos”.

El mayor número de casos entre judíos se atribuye a que en su mayoría viven en ciudades y en pisos mientras que los árabes lo hacen en pueblos y habitaciones individuales

Más pobres, “las comunidades árabes no están claramente preparadas para una gran ola de coronavirus”, avisa. “No han tenido la suerte de tener presupuestos destinados a la formación de su personal para las situaciones de urgencia”.

En una campaña difundida por las redes sociales, los médicos y enfermeros árabes llevan mascarillas y trajes protectores ordenando a sus conciudadanos a “quedarse en casa” para evitar los contagios.

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