La discriminación reduce en diez años la vida de los gitanos en países ricos

| 23 septiembre, 2020

JORGE DASTIS. EFE / LA VANGUARDIA.-  Malas condiciones sanitarias, una carestía generalizada e incluso hambre. Los gitanos europeos, incluso los que viven en los países más ricos, padecen condiciones de pobreza y discriminación tan duras que su esperanza de vida es, de media, diez años inferior a la del resto de ciudadanos.

«La esperanza de vida de los gitanos en los seis países del estudio es notablemente inferior al de la población general», sentencia la Agencia de Derechos Fundamentales (FRA, en sus siglas en inglés) de la Unión Europea (UE) en un informe sobre cómo vive la mayor minoría étnica del continente en Bélgica, Francia, Irlanda, Holanda, Suecia y el Reino Unido.

IMAGEN DESOLADORA

«Los resultados presentan una desoladora, pero familiar, imagen de discriminación y privaciones alimentadas por el antigitanismo», resume la situación el director de la FRA, Michael O’Flaherty.

El estudio analiza la situación de romaníes y nómadas, términos usados por la UE y que encuadra a grupos como sintis y yeniches.

«Sabemos que en Bélgica -donde la esperanza de vida de los gitanos es casi catorce años menor- las condiciones de sus viviendas son muy malas», explica a Efe Ursula Till-Tentschert, una de las responsables del informe.

SIN AGUA CORRIENTE

Uno de cada tres nómadas, por ejemplo, no dispone de agua corriente en su vivienda, mientras que en Suecia el 20 % de los gitanos encuestados para este estudio aseguró haberse ido a la cama con hambre al menos una vez en el último mes.

En Irlanda, solo el 15 % tiene un trabajo remunerado y en muchos hogares hay problemas de humedad o moho.

Aunque la cobertura sanitaria pública está bien extendida, el 10 % de los encuestados afirmó haberse sentido discriminado al acceder al sistema de salud.

Una cuarta parte de los niños gitanos en esos países, algunos de ellos entre los más ricos de la Unión Europea, vive en hogares que no llegan a fin de mes.

Los datos son igual de preocupantes en áreas como la educación, el acceso a la sanidad o la discriminación, señala el documento.

MÁS CONCIENCIADOS

De hecho, el porcentaje de gitanos que afirmaron que se sienten discriminados, el 45 %, en esos seis países, es muy superior al de Europa del Este, el 26 %, donde las condiciones de vida y trabajo suelen ser peores.

Una diferencia que, según Till-Tentschert, se explica por un mayor nivel de concienciación.

«Tienes que ser consciente de que lo que estás viviendo no es normal, que otras personas no son tratadas así», detalla.

POBREZA Y PANDEMIA

Aunque la encuesta, realizada entre 2018 y 2019, no recoge el impacto de la pandemia de la COVID-19, Till-Tentschert asegura que las medidas para prevenir la expansión del virus han tenido «un impacto desproporcionado» sobre los gitanos.

«Cuando se trata de medidas de higiene o de segregar los campamentos o cuando los autobuses ya no circulan y, como no tienen coche, no pueden hacer la compra… Son algunos ejemplos», puntualiza.

«¿Qué podemos esperar, que empeore todavía más? Mi esperanza es que estos datos sean una llamada de atención. Como partimos de un punto tan bajo, hacer avances sería relativamente sencillo», considera.

MEDIDAS EUROPEAS

La FRA espera que este informe sea tenido en cuenta por la Comisión Europea en el Marco Estratégico para la Igualdad, Inclusión y Participación de los Gitanos, que será anunciado en breve, para impulsar medidas que mejoren sus condiciones de vida.

La agencia destaca que es esencial involucrar a los propios gitanos en el diseño de estos programas de ayuda.

«Nosotros podemos ver que hay un problema, pero, para entender verdaderamente el problema, hay que involucrarlos», argumenta la experta.

Esta implicación no sólo puede ayudar a conseguir datos que antes se consideraban imposibles de recabar, sino que además, según la FRA, es la única manera de asegurar que las medidas sean efectivas y se centren en los verdaderos problemas de las comunidades gitanas.

UN RACISMO ARRAIGADO

Otro de los asuntos que más preocupan a los investigadores es la prevalencia del racismo contra los gitanos en toda la Unión Europea, donde los países ricos no son una excepción.

En Francia, por ejemplo, más de la mitad de la población general «se sentiría (completamente) incómoda teniendo a gitanos o nómadas como vecinos», ligeramente por encima del 45 % de media en la UE.

Esta discriminación responde a motivos que van más allá de la pobreza o las condiciones de vida y es «incluso superior a la que sufren las personas negras o los inmigrantes del norte de África», asegura Till-Tentschert. 

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