Desde este fin de semana, el grupo de jóvenes idealistas que pide un mayor control de las armas se ha convertido oficialmente en lo más odiado por la derecha
JASON WILSON. ELDIARIO.ES.- Ningún asunto une más a la derecha de EEUU que su oposición al control de armas. La imagen de centenares de miles de personas participando en la Marcha por Nuestras Vidas encabezados por jóvenes siempre iba a suscitar una amplia respuesta.
A partir de ese fin de semana, este grupo de jóvenes idealistas se ha convertido oficialmente en lo más odiado por la derecha. La primera –y más repugnante– estrategia fue atacar a los activistas más destacados, especialmente a los estudiantes David Hogg y Emma González.
Faltos de argumentos razonados, muchos intentaron recurrir a estrategias con gran impacto visual ya utilizadas por los conservadores. La red social Gab, popular entre la extrema derecha, fue una de las muchas que difundió una animación manipulada en la que aparecía González rompiendo un ejemplar de la Constitución de EEUU.
El caricaturista y adulador de Donald Trump Ben Garrison pintó a Hogg como un fusil sostenido por la CNN y con marxismo en el cargador. Breitbart difundió una serie de tuits en los que se acusaba a Hogg de hacer el saludo nazi.