La «broma» macabra a Steven, el indigente que murió en el aeropuerto

, , | 28 junio, 2017

La policía finlandesa ha detenido a otros dos implicados, entre ellos el autor del vídeo en el que se observan las vejaciones a la víctima

JUAN CANO. SUR.- «Sólo fue una broma», han declarado los dos últimos detenidos por la muerte de Steven Allford, el indigente inglés de 51 años que fue hallado muerto el pasado octubre en el aeropuerto de Málaga. Así han justificado la lata de atún en la que metieron sus genitales, las lonchas de jamón que colocaron sobre sus glúteos y las bridas de plástico que le colocaron en una muñeca y en un tobillo para sujetarlo al banco donde Allford durmió su última borrachera.

Hace un mes, los dos arrestados aterrizaron en Málaga tras ser localizados en Finlandia en virtud de la orden europea de detención y entrega (OEDE) dictada por el Juzgado de Instrucción número 2 de la capital, que dirige la causa. Tras el interrogatorio, en el que alegaron que sólo querían burlarse del británico, el fiscal pidió prisión para ambos al considerar que, pese a que Allford falleció asfixiado por su propio vómito, las bridas pudieron impedirle luchar por su vida. La magistrada los envió a la cárcel.

Uno de estos últimos detenidos era una pieza clave del caso, puesto que fue quien grabó las vejaciones. Fue precisamente ese vídeo –subido a Facebook y retirado poco después– el que permitió poner nombre y apellidos a los implicados, incluido al autor de la filmación, que se grabó a sí mismo. No sólo eso. También permitió probar que Allford estaba vivo cuando yacía boca abajo en el banco y el grupo se estaban mofando de él, ya que movía levemente la cabeza.

La policía finlandesa identificó al autor del vídeo a partir de esas imágenes y lo localizó en una prisión de su país, donde estaba recluido por una causa distinta. El segundo detenido es otro de los indigentes que supuestamente participó en las burlas, también nórdico. Con estos, son ya cuatro los investigados por la muerte de Allford, de los que tres continúan entre rejas a la espera de que prosiga la investigación. Entre ellos se encuentran irlandés James O., quien gracias al vídeo pasó de testigo a implicado. De hecho, sólo unos días después de la muerte, cuando aún no era sospechoso, llegó a declarar en el juzgado que sólo conocía de vista al fallecido. Y añadió con cinismo: «Daría algo por ayudar a encontrar al culpable». Luego estuvo un tiempo desaparecido, hasta que fue localizado en febrero por la Policía Local de Algeciras. Los agentes lo sorprendieron mientras dormía en una tienda de campaña oculta entre varios coches abandonados; al parecer, reaccionó de forma «hostil» cuando lo detuvieron. La jueza lo envió a la cárcel.

Al caso aún le queda un fleco. Uno de los individuos que aparecen en el vídeo de las vejaciones todavía no ha sido arrestado, pero sí identificado. Se trata de un indigente inglés sobre el que ya pesa una orden europea de detención.

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