Irán encarcela a Taraneh Alidoosti, una de sus actrices más famosas.

, | 20 diciembre, 2022

La Vanguardia.- Alidoosti se pronunció contra la represión del régimen.

Las autoridades iraníes han puesto en marcha una campaña para amedrentar a quienes se han quitado el velo, y lo hacen deteniendo a mujeres que han mostrado su solidaridad con las protestas y han aparecido en las redes sociales sin velo. La última en engrosar esta lista es Taraneh Alidoosti, una de las actrices más importantes de Irán. Su rostro es reconocido por los espectadores occidentales por su participación en varias películas del reputado Asghar Farhadi, incluida El vendedor , ganadora del Oscar en el 2016.

alidoosti hizo publico su apoyo a las protestas desde el comienzo. En uno de los post en Instagram aparece con su cabellera suelta y con un cartel donde se lee “Zan, zendegi, azadi” o “Mujer, vida, libertad”, el lema que ha dominado estas movilizaciones lideradas por mujeres. Esta foto recibió la aprobación de más de un millón de seguidores en la red social, que fue bloqueada después de que la joven Mahsa Amini muriera tras haber sido capturada por la policía de la moral por “no ir vestida bajo los cánones de la República Islámica”.

Profesionales dela cultura, periodistaso deportistas son acusados de incendiar las protestas
Las llamadas celebrities –personas del cine, pero también músicos, deportistas o periodistas– han sido acusadas por las autoridades de haber incendiado las protestas. Las responsabilizan de introducir la cultura occidental en el país y de ser instrumentos de los “enemigos” de Irán.

Taraneh Alidoosti –que sigue la línea de muchas otras actrices– no expresó su solidaridad con quienes están en la calle, sino que publicó escritos donde muestra su desagrado con la República Islámica. En uno de ellos aseguraba que no se iría del país, que no tenía residencia ni pasaporte extranjero y permanecería en Irán mirando de frente como toda la gente normal, “como cuando grito por mis derechos”.

El último de sus pronunciamientos se dio después de la ejecución de Mohsen Shekari, el primero de los jóvenes en ser ahorcado, el 8 de diciembre, como consecuencia de su participación en estas protestas. La justicia lo halló culpable –en un juicio considerado “exprés” por organizaciones de derechos humanos– de haber bloqueado una calle de Teherán y de haber herido con un cuchillo a varios integrantes de los cuerpos de seguridad. “Su nombre era Mohsen Shekari. Toda organización internacional que esté observando este derramamiento de sangre y no tome medidas es una vergüenza para la humanidad”, escribió Alidoosti en Instagram. La respuesta de las autoridades llegó diez días después, cuando un grupo de hombres llegó a su casa y se la llevó, sin que en un principio se conociera su destino.

lidoosti hizo publico su apoyo a las protestas desde el comienzo. En uno de los post en Instagram aparece con su cabellera suelta y con un cartel donde se lee “Zan, zendegi, azadi” o “Mujer, vida, libertad”, el lema que ha dominado estas movilizaciones lideradas por mujeres. Esta foto recibió la aprobación de más de un millón de seguidores en la red social, que fue bloqueada después de que la joven Mahsa Amini muriera tras haber sido capturada por la policía de la moral por “no ir vestida bajo los cánones de la República Islámica”.

Profesionales dela cultura, periodistaso deportistas son acusados de incendiar las protestas

Las llamadas celebrities –personas del cine, pero también músicos, deportistas o periodistas– han sido acusadas por las autoridades de haber incendiado las protestas. Las responsabilizan de introducir la cultura occidental en el país y de ser instrumentos de los “enemigos” de Irán.

Taraneh Alidoosti –que sigue la línea de muchas otras actrices– no expresó su solidaridad con quienes están en la calle, sino que publicó escritos donde muestra su desagrado con la República Islámica. En uno de ellos aseguraba que no se iría del país, que no tenía residencia ni pasaporte extranjero y permanecería en Irán mirando de frente como toda la gente normal, “como cuando grito por mis derechos”.

El último de sus pronunciamientos se dio después de la ejecución de Mohsen Shekari, el primero de los jóvenes en ser ahorcado, el 8 de diciembre, como consecuencia de su participación en estas protestas. La justicia lo halló culpable –en un juicio considerado “exprés” por organizaciones de derechos humanos– de haber bloqueado una calle de Teherán y de haber herido con un cuchillo a varios integrantes de los cuerpos de seguridad. “Su nombre era Mohsen Shekari. Toda organización internacional que esté observando este derramamiento de sangre y no tome medidas es una vergüenza para la humanidad”, escribió Alidoosti en Instagram. La respuesta de las autoridades llegó diez días después, cuando un grupo de hombres llegó a su casa y se la llevó, sin que en un principio se conociera su destino.

Ella no es la única. Días atrás, una guía de turismo que tenía una fuerte presencia en las redes, y de la que sus amigos piden guardar el nombre, pasó por la misma situación. Actualmente está en la cárcel de Evin, en Teherán. Al menos otra actriz reconocida recibió la visita días atrás de más de una docena de hombres que inspeccionaron su casa y la detuvieron, pero pudo quedar en libertad bajo fianza a la espera de ser llamada a juicio.

En el caso de Taraneh Alidoosti, estuvo desaparecida por algunas horas hasta que Mizan, la agencia de noticias del sistema judicial, habló de su captura. Más tarde, la agencia Tasmin, relacionada con los Guardianes de la Revolución, aseguró que había sido detenida por publicar contenidos falsos y desorientados que incitaron a los “disturbios”. El mundo del cine ha mostrado solidaridad con una de las artistas más premiadas del país. Un grupo de directoras y actrices se acercaron el domingo a la prisión para pedir su liberación.

“Están usando todas las artimañas posibles para lograr de una vez por todas que las protestas mueran y las mujeres se queden calladas”, sentenciaba ayer en Teherán una socióloga que pide que se la identifique como Golnar. El pasado fin de semana se conoció que las periodistas Nilufar Hamedani y Elahe Mohamadi, quienes fueron de las primeras en contar la trágica historia de Mahsa Amini, fueron trasladas a la cárcel de Qarchak.

Al menos 11 personas (organizaciones de derechos humanos contabilizan a 21) han recibido condenas a muerte, entre ellas el futbolista profesional de 26 años Amir Nasr-Azadani, del que no se tienen noticias desde hace más de una semana.

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