Internet es el medio más utilizado para difundir los delitos de odio

| 8 junio, 2017

Aumentan un 15% los delitos de odio relacionados con la orientación sexual y un 36% los que se cometen contra personas con discapacidad

ISABEL F. LANTIGUA. EL MUNDO.- En 2016 se registraron un total de 1.272 delitos de odio, un descenso del 4,2% respecto a 2015 (cuando se dieron 1.324 casos) Si bien la sociedad se muestra más tolerante que hace un año con las prácticas religiosas, con las personas que viven en la calle (delitos por aporofobia) y con los inmigrantes, no ocurre lo mismo con la orientación sexual y la discapacidad, pues las agresiones motivadas por estas dos causas aumentaron un 15,9% y un 36,1%, respectivamente.

Son los datos que ha destacado el ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido, durante la presentación este jueves del cuarto Informe sobre Incidentes relacionados con los delitos de odio en España. El mayor incremento en los delitos de odio se ha registrado en la categoría de discriminación por razones de sexo o género, que aumentaron un 70,8%. Sin embargo, el titular de Interior indica que se debe «a la reforma del Código Penal, que introdujo esta figura (en el artículo 22.4) que no existía antes».

De los 1.272 delitos de odio registrados por el Sistema Estadístico de Criminalidad en 2016, los incidentes se distribuyeron de la siguiente manera: antisemitismo (7, un 22,2% menos que el año anterior), aporofobia (10, un 41,2% menos), creencias o prácticas religiosas (47, un descenso del 32,9%), discapacidad (262, aumento del 15,9%), orientación o identidad sexual (230, aumento del 36,1%)racismo y xenofobia (416, descenso del 17,6%), ideología (259, descenso del 15,9%) y discriminación por razón de sexo/género (41, aumento del 70.8%).

La mayor parte de estos delitos se comete mediante lesiones y amenazas. Y las CCAA donde se producen más delitos de odio son Cataluña, Madrid, País Vasco y Valencia, «por ser las más pobladas», matiza Zoido.

En cuanto al perfil de las víctimas, el 72,9% eran españolas y más del 60% eran hombres, con una edad comprendida entre los 18 y los 40 años (51,31%). Los menores de edad constituyen el 13,8% del conjunto de las víctimas de «delitos de odio» en 2016, una cifra similar a la de 2015 (13,5%), pero un porcentaje que Zoido considera «especialmente preocupante», por lo que ve «necesario reforzar los planes que fomenten la convivencia». Entre las víctimas extranjeras, son las personas de Marruecos, Rumanía y Senegal las que más agresiones por odio sufren.

Entre los agresores, 541 fueron detenidos y, entre ellos, el 86,7% eran hombres y el 13,3% mujeres. La edad de quienes cometen estos delitos está, en su mayoría (53,97%) entre los 18 y los 40 años.

Mayo, junio y septiembre son los meses en los que se cometen más delitos de odio y el 35,61% de ellos se producen en la vía pública.

El discurso del odio

Uno de los elementos de mayor preocupación para el ministro es el discurso del odio «y su difusión», que se esgrime bajo el paraguas de la «libertad de expresión». Dentro del discurso del odio, las amenazas suponen el 26% de los delitos, seguido por la discriminación y las injurias (14,6%).

En 2016 se constataron 123 incidentes por «discurso de odio» frente a los 117 de 2015, lo que supone un aumento del 5,1%. Los ámbitos de «ideología», «racismo y xenofobia», «discapacidad» y «orientación e identidad sexual» son los que muestran mayor incidencia en los discursos del odio.

Internet es el medio más utilizado para difundir discursos de odio (42,3%), seguido de los teléfonos móviles (21,1%) y las redes sociales (15,4%).

Zoido explicó que con este balance de delitos de odio, que es el cuarto año que se realiza, se busca fomentar la denuncia de las víctimas y que Interior tenga el «máximo conocimiento» de la realidad para mejorar en su «evaluación y diagnóstico».

El discurso del odio o hate speech fue definido por el Comité de Ministros del Consejo de Europa como «toda forma de expresión que difunda, incite, promueva o justifique el odio racial, la xenofobia, el antisemitismo u otras formas de odio basadas en la intolerancia».

La Comisión Europea y las principales empresas tecnológicas (Facebook, Twitter, Youtube y Microsoft) adoptaron precisamente un Código de Conducta a seguir, para erradicar y luchar contra la propagación a través de Internet de mensajes de odio. Pero muchos siguen pasando los filtros. Entre los compromisos de estas compañías se encuentra el desarrollo de procedimientos específicos claros y eficaces para examinar las notificaciones de denuncia de mensajes de odio que permitan comprobar que éstos son contrarios a derecho, y no están amparados por el derecho de libertad de expresión.

Zoido ha adelantado un proyecto que considera «muy importante» y que se trata de una Encuesta sobre experiencias relacionadas con delitos de odio, que puede ayudarnos «tras conocer cómo y por qué sufren estos delitos» a «tomar medidas más efectivas».

Desde el Ministerio de Interior insisten en que «los ciudadanos en general deben ser consecuentes con la sociedad en la que desean vivir. Se erigen en elementos proactivos en la defensa de los grupos más vulnerables, al condenar y no permitir que los incidentes relacionados con los delitos de odio tengan cabida en sus vidas diarias».

Y ha concluido Zoido con el siguiente mensaje: «Los intolerantes no pueden pertenecer a nuestra sociedad».

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