El público de un partido de fútbol juvenil insulta a una árbitra al grito de “zorra, vete a fregar”

, | 19 noviembre, 2019

La madre de la colegiada denuncia que su hija tuvo que soportar «90 minutos» de improperios sin que «nadie» se dignara a condenarlos

V. TORRES / I. VALDÉS. EL PAÍS.- «Retrasada», «hija de puta», «sinvergüenza», «estás haciendo el gilipollas», «eres una mierda», «qué zorra eres, puta», «zorra, vete a fregar», «eres una mierda» o «vete a casa, puta». Estos fueron los insultos que recibió una árbitra por parte de aficionados que estaban en las gradas del campo de La Herrería, en San Lorenzo del Escorial (Madrid), durante un partido de fútbol juvenil (de 16 a 19 años) entre el equipo local, el Juvenil A de la Unión Deportiva de San Lorenzo de El Escorial, y el CUC de Collado Villalba. Tanto el local como el Ayuntamiento y la Real Federación de Fútbol de Madrid (RFFM) han condenado lo sucedido.

Mercedes Nuño, la madre de la árbitra y concejala de Deportes en el Ayuntamiento de Galapagar, cuenta este martes que a ella, como madre, le pareció mejor hacer público a través de Twitter lo que había ocurrido: «Para ver si esos padres y madres sentían la más mínima vergüenza por lo que habían hecho, la denuncia debería ser cosa de la Federación». A la publicación a la que se refiere Nuño es un hilo que escribió al llegar a casa, «llena de rabia y de pena». Contó cómo había habido «90 minutos de insultos y descalificaciones» sin que nadie dijese nada. Terminó aquella serie de mensajes con un audio del momento y añadió: «El silencio nos hace cómplices. Si justificamos estas actitudes, ¿lo siguiente qué es? ¿Agresión física? Pongamos todos de nuestra parte para que no ocurra esto. No debemos considerar estas actitudes normales y justidicadas. Impotencia, rabia y pena, mucha pena».

Este martes, al teléfono, recuerda que no solo es que nadie interviniera, es que los insultos fueron a peor cuando ella les pidió que pararan y se identificó como la madre de la árbitra: «Padres y madres dando ese ejemplo a sus hijos, gritando aquello…  Me llegaron a decir que si no me gustaba lo que oía que me fuese. Unas faltas de respeto absolutas». Algo que, asegura, no puede faltar en una grada: «Hay que seguir denunciándolo. Lo que yo he aprendido en la vida es que te puede gustar más o menos lo que hace el de enfrente, pero siempre tienes que respetarlo». Ella, dice, ha acudido a muchos partidos fútbol, ha pedido tarjetas, ha discrepado con las decisiones arbitrales, pero «jamás un insulto». «No he visto en ninguna otra disciplina lo que sucede en el fútbol, y estos no son los valores que tiene que transmitir el deporte». 

Las condenas se produjeron a posteriori, este martes. En un comunicado, la UD San Lorenzo reconoce que un grupo de aficionados se dedicó a «faltar el respeto e insultar a la colegiada del partido». El equipo ha rechazado «totalmente ese tipo de comportamientos y cualquier insulto» tanto a los colegiados como a los jugadores y técnicos. «No os queremos ni en La Herrería ni en nuestro pueblo», advierten, junto con los lemas #NoALaViolencia y #NoALaDiscriminacion. 

El Ayuntamiento de San Lorenzo de El Escorial también ha lamentado y censurado los ataques verbales por la colegiada y ha recalcado que considera «intolerable» cualquier «tipo de violencia, incluida la verbal, hacia una mujer que está desarrollando su trabajo, y con la que el Consistorio se solidariza». Por ello, advierten en un comunicado de que estos hechos son «especialmente tristes en una actividad lúdica, como es el fútbol, practicada por jóvenes».

El consistorio ha anunciado que pedirá al club de la localidad que tome las medidas necesarias para que estos hechos no vuelvan a repetirse y recuerda que el próximo lunes se conmemora el Día Mundial contra la Violencia Machista, una violencia «hay que erradicar de cualquier situación y por supuesto del deporte».  

Por su parte, la federación madrileña condena «los episodios de violencia tanto física como verbal que se producen en los campos de fútbol» y su junta directiva «se solidariza con las víctimas de estos actos vandálicos y pide a todos los estamentos del fútbol madrileño un esfuerzo por erradicarlos». Para lograrlo, la RFFM anuncia que va a preparar «una propuesta que presentará ante los órganos federativos competentes para endurecer las sanciones contra aquellos que no saben convivir en una sociedad en la que debe imperar la educación, la deportividad y el respeto».

Eso en lo que insiste, una y otra vez, Mercedes Nuño, que asegura que lo único que la hizo «sentir menos intranquila» fue darse cuenta de que su hija estaba pendiente de lo que sucedía en el campo y no en el público. Y explica que después le contó que los jugadores le decían «no hagas caso a la grada», pero que a ella le hubiese gustado otra cosa, algo más: «Que pararan el partido, por ejemplo, que se posicionaran de una forma clara contra este tipo de actitudes intolerables, en el fútbol y en la vida».

QUÉ PODRÍA HABER HECHO LA ÁRBITRO

«Agresiones como esta se dan por desgracia todas las semanas y a todos los niveles. La violencia está presente todavía en el fútbol en un porcentaje muy alto en comparación con otras actividades», denuncia el antiguo árbitro Antonio Gea, presidente de la Asociación Española de Árbitros, que reúne a profesionales de todas las disciplinas deportivas al margen de las federaciones. Se creó a partir de la cuenta de Twitter Sindicato de Árbitros «para velar por la integridad física y moral» de los árbitros y para profesionalizar al sector. 

«Es muy lamentable y en muchos casos son mujeres las que insultan a las propias mujeres», constata Gea, que recuerda que incluso se ha llegado a la agresión física. En abril de 2018, durante su primera campaña en la división de plata del fútbol español, la pionera del arbitraje femenino español Guadalupe Porras sufrió un modedazo en el Heliodoro Rodríguez López de Tenerife en un partido de Segunda División. 

¿Qué podría haber hecho la árbitra para defenderse? «Lo primero que se recomienda es intentar evadirse de la situación para poder continuar el partido, pero cuando la situación interfiere o el árbitro ve menoscabada su integridad o prevé que pueda producirse, puede comunicar a los delegados de los dos equipos o al de delegado de campo que se para el partido hasta que llegue la fuerza pública o incluso, que suspenderlo», recuerda Gea. En 2016, una árbitra de Segunda División regional catalana paró un partido cuando la mandaron «a fregar».

Lo que no puede un árbitro es expulsar al público: «Es el juez de campo el que, a la luz del acta, puede ordenar que se reanude a puerta cerrada». Sí pueden hacerlo, en cambio, los organizadores de los partidos, subraya el presidente de la asociación, que recuerda que en encuentros de este tipo tanto los jugadores como los jueces de línea y los árbitros son menores de edad, lo que añade un plus de gravedad a la situación.

En su opinión, el equipo local «debería haber actuado» para impedir esta situación, hablar hablado con los alborotadores para pedirles que pararan o incluso echarlos de las instalaciones o llamar a la policía. 

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