El fiscal de Minnesota eleva a homicidio no premeditado la acusación al policía que mató a George Floyd y procesa a los otros tres agentes

, , | 3 junio, 2020

La familia de Floyd celebró la decisión en un comunicado: «Este es un paso importante hacia la justicia»

EL MUNDO.- El fiscal general del estado de Minnesota, Keith Ellison, endureció este miércoles los cargos contra Derek Chauvin, el exopolicía que fue grabado arrodillado sobre el cuello del afroamericano George Floyd, quien murió poco después, e incluyó en el caso a los otros tres exagentes presentes en la escena.

Ellison explicó en una comparecencia ante periodistas que decidió elevar la acusación contra Chauvin al cargo de asesinato en segundo grado, tras haber sido imputado el pasado 29 de mayo de asesinato en tercer grado y de homicidio imprudente.

«Presenté un demanda enmendada», señaló el funcionario, que explicó que las pruebas disponibles apoyan «la acusación más fuerte de asesinato en segundo grado».

De acuerdo con la legislación del estado de Minnesota, el asesinato en tercer grado es aquel que causa la muerte de la persona de manera no intencionada a través de un acto eminentemente peligroso y puede acarrear una pena de cárcel de no más de 25 años. Por su parte, el asesinato en segundo grado es el que ocasiona el fallecimiento de alguien sin intención mientras se inflige o se intenta infligir un daños y puede ser penado con no más de 40 años de prisión.

El fiscal, que se espera comparezca ante los medios en las próximas horas, acusó igualmente a los expolicías Tou Thao, J. Alexander Kueng y Thomas Lane, presentes durante la detención de Floyd, de ayudar e instigar asesinatos en segundo grado.

La familia de Floyd, cuya muerte el 25 de mayo generó la mayor ola de protestas en décadas en Estados Unidos, celebró la decisión en un comunicado difundido por su abogado, Ben Crump. «Este es un paso importante hacia la justicia», afirmó el letrado.

El 25 de mayo, George Floyd, de 46 años, padre de una niña de seis años y ex guardia de seguridad -había perdido su empleo, como millones de estadounidenses, durante la pandemia de coronavirus- fue detenido por la policía después de que el empleado de una tienda lo denunciara por intentar pagar con un billete falso de 20 dólares. Cuatro agentes arrestaron a Floyd y lo esposaron; uno de ellos lo mantuvo retenido en el suelo, arrodillándose sobre su cuello durante más de ocho minutos, mientras Floyd gritaba que no podía respirar. Los vídeos de este momento, que captan los últimos minutos con vida de Floyd, se hicieron virales y provocaron una oleada de indignación en todo el país, a la que se sumaron personalidades políticas y artísticas que denunnciaron la violencia policial contra los negros. El día después de la muerte de Floyd, los cuatro oficiales involucrados en el incidente fueron despedidos. Pero no era suficiente. Las protestas empezaron esa misma noche en Minneapolis al grito de «I can’t breathe». Mientras, hasta dos autopsias distintas han señalado que Floyd murió por homicidio debido a «una compresión del cuello».

Derek Chauvin fue detenido el pasado viernes, acusado de homicidio involuntario por su responsabilidad en la muerte de George Floyd. Chauvin siguió apretando su rodilla contra el cuello de Floyd minutos después de que éste hubiera perdido el conocimiento y cuando los servicios de emergencias ya habían llegado hasta el lugar de los hechos.

PROTESTAS

El 26 de mayo comienzan las protestas en Minneapolis, inicialmente de manera pacífica, pero a lo largo de la noche desembocan en violencia y saqueos. Los días siguientes, los manifestantes incendian hasta tres comisarías de policía de la ciudad. El 28 de mayo, el gobernador del estado de Minnesota despliega hasta 500 soldados de la Guardia Nacional mientras el alcalde de Minneapolis declara el estado de emergencia. Al mismo tiempo, las protestas contra el racismo se extienden hasta en un centenar de ciudades de todo el país, entre ellas algunas tan importantes como Chicago, Las Vegas, Los Ángeles, Detroit, Nueva York, San Francisco o Washington, llegando incluso a las puertas de la Casa Blanca.

Los manifestantes consiguieron romper la valla erigida por la policía frente a la residencia presidencial. Hubo lanzamiento de adoquines, piedras y botellas, y tras once horas de protestas, la policía dispersó a los manifestantes -que amenazan con volver- con gases lacrimógenos. Dentro de la Casa Blanca, Trump tuiteaba: «Estaba dentro, seguí cada movimiento. No podía haberme sentido más seguro. Si los manifestantes («grupos organizados») hubieran traspasado la valla les habrían recibido con feroces perros y temibles armas».

Hasta 12 ciudades mantienen el toque de queda nocturno. El domingo, 15 estados autorizaron el despliegue de hasta 5.000 efectivos de la Guardia Nacional -reservistas del Ejército-. Además, la 82 División -una unidad que puede ser desplegada en cualquier parte del mundo en 18 horas- está acuartelada en Carolina del Norte, por si fuera necesario enviarla a alguna ciudad. Al menos cuatro policías han resultado heridos en las protestas y dos personas han muerto en los disturbios de Chicago.

LA FAMILIA PIDE QUE CESE LA VIOLENCIA

Un portavoz de la familia de George Floyd pidió este miércoles a los manifestantes que no utilicen su nombre para actos violentos y saqueos y pidió, en una comparecencia conjunta con el comisario de policía de Nueva York, Dermot Shea, que se respete el legado de la víctima y se haga justicia.

Durante una rueda de prensa celebrada en una iglesia del distrito neoyorquino de Brooklyn en la que iba a comparecer Terrence Floyd, hermano de la víctima que finalmente no pudo hacerlo debido a su estado emocional, el portavoz de los Floyd trasladó a los medios un mensaje de tranquilidad y apuntó que George hubiese hecho un llamamiento a la paz y a la justicia.

«Hemos visto que la justicia se está abriendo paso y que vamos en esa dirección. Es algo bueno, pero debemos continuar teniendo esta conversación», dijo el portavoz de los Floyd.

Asimismo, la familia pidió que la conversación que se ha abierto en la sociedad tras el asesinato de George Floyd se traduzca en «paz, justicia, política y legislación».

Por su parte, el comisario de la policía de Nueva York (NYPD), Dermot Shea, mostró sus condolencias a la familia Floyd, aseguró que la NYPD condena lo sucedido y dijo que debería servir como una «llamada a la justicia en este país». «Ha sido una semana larga», dijo el comisario, quien aseguró estar orgulloso del trabajo que realizan sus agentes de policía a la par que admitió que «cometen errores» y que tienen sesgos.

Shea pidió «trabajo conjunto» de las autoridades, escucha entre las partes y dijo que no había mejor lugar que Nueva York para tener una conversación sobre lo ocurrido y «un diálogo de muchos» que sirva para llegar a un punto común y «traer paz» tanto a la familia Floyd, como a la ciudad y el país en general.

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