El ‘cara al sol’ de ‘Levis’, el fascista que reorganiza a los ultras del Valencia para volver a Mestalla

| 9 noviembre, 2021

El Español.- El líder de Yomus que quiere tomar la Curva Nord -la grada de animación del estadio- estuvo en la marcha de Chueca contra el colectivo LGTBI.

Ramón Castro, alias Levis, tiene tatuada una cruz celta en la mano, «pero no por un sentimiento nazi», asegura a EL ESPAÑOL. Sí reconoce ser «de extrema derecha». Quizá algo más: de los que «levanta el brazo y canta el cara al sol«, o de los que estuvo en la marcha de Chueca que acabó al grito de «fuera maricas de nuestros barrios». Así es el miembro de la peña ultra Yomus que quiere tomar el control de la Curva Nord, la grada de animación de Mestalla. Anil Murthy, actual presidente del Valencia CF, fue precisamente quien expulsó a los radicales del estadio. Pero Ramón no ve en su perfil inconveniente alguno para comandarla: «Se trata de animar al equipo, no de política».

«He vuelto», manifestó en un sentido mensaje en su cuenta de Instagram. «He vuelto con la intención de reforzar otra vez esa unión entre una grada de animación y un estadio, un sentimiento, un escudo, un espíritu de sacrificio por el equipo, para ver un estadio entero latir y animar», agregó el histórico presidente de Yomus, condenado por agredir a policías en una invasión de campo de 2002. Su objetivo es ahora que el club les permita concentrarse en una misma grada del campo y sin límite de edad. El Valencia impuso un máximo de 25 años para asegurarse de que su grada joven fuera tal cosa y no el nido de un movimiento ultra.

El temor a que esto cambie ha despertado el rechazo de políticos como el alcalde de Valencia, Joan Ribó, o los portavoces autonómicos Fran Ferri (Compromís) y Pilar Lima (Unides Podem). Por WhatsApp corre como la pólvora una nutrida recopilación de imágenes comprometedoras de Ramón Castro. Aparece tapado en el sofá con una bandera preconstitucional, leyendo orgulloso El Alcázar u orinando una pared con el nombre del antifascista asesinado Guillem Agulló. Él mismo exhibe algunas en sus redes. En la foto más llamativa luce un fusil y viste una camiseta con, de nuevo, la cruz celta.

«Era un rifle de balines con el que disparábamos a las latas. Que enseñe a mis hijos a defenderse el día de mañana no significa que sea un asesino. ¿O acaso los cazadores que posan con armas son todos unos asesinos? Creo que me atacan con todo eso porque tienen miedo de que Yomus coja fuerza otra vez, porque les rebatimos sus ideales políticos», replica.

-¿Pero no decía usted que quiere separar la política del deporte?

-Yo quiero. Pero me atacan por lo que soy, y lo que soy no lo puedo negar. Si me escondiera, no sería yo.

¿Y quién es realmente Ramón Castro? «Yo no creo en la democracia ni en la política», expone. «Desde que me separé de la Curva Nord yo me dedico a leer. Me muevo en colectivos políticos. Entonces claro, se me vincula con ellos», agrega. Preguntado expresamente por Bastión Frontal o España 2000, manifiesta que tiene «amigos y conocidos» en ambos. «Pero no milito», subraya. Sobre su participación en la marcha de extrema derecha en el barrio madrileño de Chueca contra el colectivo LGTBI, Castro se excusa en que aquello pretendía ser realmente «una manifestación contra la globalización». «Fue un error partir desde esa plaza», afirma.

Insiste una y otra vez en que no es «un nazi», a pesar del punto de mira tatuado en el dorso de su mano izquierda. Levis se aferra al significado primigenio del símbolo. «La cruz celta se relaciona, evidentemente, con la extrema derecha. Pero el significado de la céltica son los cuatro elementos fundamentales: la tierra, el agua, el mar y el aire, que se funden en un solo

círculo que es el sol -que es lo que produce la vida-. Se ha malinterpretado porque se utiliza políticamente», defiende.

Está por ver si logra convencer al Valencia CF de que no simpatiza con el nazismo. Ramón Castro afirma que ya han trasladado al club su voluntad de reorganizar la Curva Nord. «Hemos ido directamente al club a través de una persona que trabaja allí», expone. Fuentes oficiales del equipo manifiestan a EL ESPAÑOL que no se ha producido ninguna solicitud formal, al tiempo que recuerdan que «el presidente Anil Murthy fue quien expulsó a los ultras de Mestalla».

Aquello se produjo oficialmente en 2019. El club vetó a varios integrantes por participar en las agresiones de la ultraderecha que tuvieron lugar en la marcha del 9 de octubre de 2017. También por los símbolos neonazis exhibidos en el estadio, algo contrario a la Ley Valenciana de Memoria

Histórica de 2015.

Comprensivo con Lim

¿Por qué iba entonces a entregar ahora la grada de animación a un reconocido ultra? Dos factores alimentan este recelo. En primer lugar, que Ramón Castro está siendo comprensivo con Peter Lim, el máximo accionista del club. «Hay que entender que este hombre ha venido y ha puesto un dinero. Entiendo perfectamente que trate de recuperar lo invertido si no está en un terreno agradable. Pero yo tengo la confianza en que, si recuperamos la ilusión, igual empieza a invertir más», reflexiona Levis.

El segundo factor es que la presentación de Ramón Castro en sociedad se produjo en el programa de televisión de Julio Insa, uno de los periodistas deportivos que menos crítico está siendo con la controvertida gestión de Lim y Murthy. ¿Están blanqueando a Ramón Castro para preparar su regreso al estadio? Se preguntan muchos en la ciudad. El club, preguntado al respecto, desmiente de forma tajante esta suspicacia.

La lucha que sí parece haber ganado ya es la que le enfrentaba a los anteriores responsables de la Curva Nord. «Se ha llegado a un acuerdo con ellos para que se vayan», presume. Atrás queda lo ocurrido hace cinco años, cuando fue él quien se marchó tras un «violento enfrentamiento» -según sus propias palabras- con quienes entonces la controlaban. Yomus acusa ahora en sus redes a los anteriores responsables de «pandilla de rojos y chivatos». «Se estaban juntando con los Biris Norte de Sevilla», apunta al respecto a este periódico, sobre los que subraya que son «de extrema izquierda». «Tenemos fotos y vídeos de ellos cenando juntos», asegura.

La Curva Nord, fruto de la unión de Yomus y el Gol Gran, dejó a un lado los ideales de extrema derecha durante un tiempo, pero Levis pretende ahora refundarla sin complejos ideológicos. «La Vieja Guardia y sus Secuaces han limpiado la basura de la plaza y a las ratas que nunca debieron estar en nuestro grandioso grupo», presumen los ultras en su nuevo perfil de Instagram.

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