El asesino antisemita de Halle está vinculado con una red ultra

, , | 11 octubre, 2019

Interior confirma que Stephan Baillet «actuó en solitario, pero no estaba solo»

ROSALÍA SÁNCHEZ. ABC.- Mientras el terrorista antisemita Stephan Balliet, autor de dos asesinatos y de la masacre frustrada en la sinagoga de Halle, llegaba a Karlsruhe en un cinematográfico traslado en helicóptero, para ser allí interrogado por el juez, el ministro alemán de Interior Horst Seehofer reconocía que «tenemos que mirar la verdad a la cara: el riesgo de terrorismo antisemita de extrema derecha en Alemania es muy alto, la disposición a la violencia en esta sociedad es muy alta, la afinidad a las armas es muy alta. Y junto al terrorismo islamista supone el mayor reto para nuestro país». Seehofer admitía que «en internet no tenemos la misma capacidad de lucha contra el terrorismo que en la vida real» y trataba de aclarar ante los medios si el alemán de 27 años había actuado en solitario o si pertenece a alguna red o estructura violenta de extrema derecha. «Actuó en solitario, pero no estaba solo», alcanzaba a precisar sobre la nueva amenaza terrorista «compartida» y «alimentada» en las redes sociales. «Judicialmente, tenemos un solo asesino», explicó por su parte el fiscal general encargado de la investigación, Peter Frank, «tenemos un solo delincuente, solamente él puede ser hecho responsable, aunque resulta evidente que formaba parte de una red de conexiones en la que, como mínimo, se fomenta este tipo de acciones, se aplauden y jalean, y contra la que carecemos de instrumentos legales». «No podemos descartar totalmente que contase con apoyos externos o cómplices.

La red oscura

La revisión de sus comunicaciones y su actividad en la «dark net» (la red oscura) llevará un tiempo», justificó, «pero lo que está claro es que trató de cometer una masacre movido por racismo y antisemitismo, con varias armas largas de fabricación casera por impresión 3D y kilos de explosivos, con los que, de haber logrado entrar en la sinagoga, hubiese matado a mucha gente». «Con su vídeo, además -añadió-, pretendía una repercusión global y animar a otros ultraderechistas a cometer más ataques».

Se refería al vídeo que el asesino grabó con una cámara adherida al casco y que retransmitió en directo a través de la págna web Twitch, especializada en videojuegos. «Hola, mi nombre es Anon y creo que el Holocausto nunca sucedió», se presentaba dispuesto para cometer la masacre. Tras una diatriba contra la inmigración y contra el feminismo, que identificaba como las causas del declive de Occidente, señalaba que «la raíz de todos estos problemas es el judío». «Se van a cagar», «nadie espera internet SS, pero aquí está», «¡Joder! ¡Joder! Lo que estoy haciendo!», continuaba su diálogo interior con música rap de fondo. «Maté a algunos, intenté matar a algunos. Oh!. Ahora me muero. Como el perdedor que soy. Joder. Maté a un par, lo intenté…», fueron sus últimas palabras antes de la detención.

Difícil de juzgar

Cinco usuarios lo siguieron online. Después fue visto 2.200 veces y algunos espectadores lo descargaron para reemitirlo después a través de Messenger, Telegram, Liveleak y Bittorrent. «Estos vídeos pertenecen a una subcultura en la red que aplaude actos como estos. En los foros anónimos en que fue comentado, muchos lo criticaron por no haber matado a todos los judíos», explica el autor y analista especializado en terrorismo Wolf Wiedmann-Schmidt. «Los participantes en estos foros son hombres blancos que reivindican una libertad de expresión radical primigenia de la fundación de la World Wide Web. Son foros en los que constantemente se está en el filo entre el humor anárquico y el delito. Memes humorísticos con llamadas al asesinato, violencia disfrazada de “Lülz” (diversión toll), de manera que todo es muy escurridizo para los fiscales. Y de eso se aprovechan grupos neonazis que propagan ahí su ideología y coordinan sus actividades».

Horas después de los asesinatos, apareció en la red un documento en pdf del atacante creado el 1 de octubre y en el que anticipaba los crímenes. Su objetivo era «matar al mayor número posible de ‘antiblancos’, preferiblemente judíos» y enumeraba el arsenal reunido para cumplir la misión.

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