Dos sospechosos detenidos en Francia por su conexión con el terrorista de Niza

, , , | 31 octubre, 2020

La Policía francesa arrestó a un individuo de 47 años y a otro de 35 por haber estado en contacto con el yihadista de 21 años que mató a tres personas en la iglesia y decapitó a una de ellas

CARLOS HERRANZ. LA RAZÓN.- Una Francia confinada sigue en conmoción tras el ataque del jueves en Niza y asumiendo 24 horas después del atentado que la amenaza invisible de un ataque low cost por cualquier individuo es prácticamente imposible de erradicar. Aunque cueste asumirlo socialmente. Por mucho que se endurezca la ley, se perfeccione la tecnología o se mejore el intercambio de información, el riesgo cero ante tal amenaza invisible no existe.MÁS NOTICIAS

Éste es el mensaje en el que coinciden los expertos, que tiene mal encaje social y en el que Francia vive resignada en estas duras horas. Planteada esta premisa, el gobierno de Macron intenta multiplicar los mensajes de calma desplegando dispositivos de seguridad. Incluso llamando a 3.500 gendarmes de la reserva para que se unan a otros 3.500 policías patrullando calles en un esfuerzo más, el enésimo en estos últimos años, por apuntalar el estado de máxima alerta terrorista activado tras el atentado.

El ministro del Interior, Gérald Darmanin, ha anunciado una batería de medidas tras un consejo de Defensa extraordinario presidido por Macron este viernes para velar por la seguridad en los próximos días, ante dos fechas señaladas en rojo en el calendario: la festividad de Todos los Santos y la vuelta a las aulas el próximo lunes tras dos semanas de vacaciones escolares. En ambos casos Interior prepara dispositivos especiales en lugares considerados como sensibles.

Mientras, los investigadores tratan de estrechar el cerco sobre posibles cómplices que pudo tener el terrorista de Niza. Un hombre de 47 años, sospechoso de haber estado en contacto con el autor del ataque yihadista en que murieron tres personas en la iglesia Notre Dame, ha sido detenido según han indicado fuentes policiales este viernes.

Los investigadores sospechan que el individuo mantuvo contacto con el tunecino de 21 años autor del atentado justo en la víspera de los hechos. Supuestamente, el detenido este viernes, entregó al terrorista uno de los teléfonos que llevaba en el momento del ataque, según Nice Matin. Esta pasada madrugada, las fuerzas de seguridad detuvieron a un segundo sospechoso de 35 años y residente de Niza.

Al parecer, “se codeó con el autor del crimen la víspera del ataque”. Este hombre está en custodia policial desde el jueves por la noche, según han revelado fuentes cercanas a la investigación al diario ‘Le Figaro’. No obstante, este segundo detenido “no tendría ninguna conexión con el ataque”, han matizado las fuentes consultadas por el citado medio galo.

Asimismo, las autoridades siguen analizando los dos teléfonos encontrados en una mochila en la basílica junto a un Corán y dos cuchillos que no llegó a utilizar. También hallaron un documento de la Cruz Roja italiana en el que aparece su identidad. El atacante, que según una fuente próxima a la investigación se llama Brahim Aouissaoui, sigue hospitalizado con pronóstico reservado después de que fuese herido por al menos seis disparos durante la intervención policial en la iglesia. La investigación que corre a cargo de la Fiscalía Antiterrorista trata de determinar si el autor contó con otros cómplices en lo que muchos especialistas consideran un atentado “low cost”, hecho con muy pocos medios por alguien fuera del radar de las fuerzas de seguridad, lo cual configura una amenaza invisible y permanente a la que Francia tiene que hacer frente.

La investigación trata también de reconstruir el itinerario y los motivos por los que en tan corto espacio de tiempo, apenas unas semanas, llevaron al terrorista desde su país, Túnez, a Niza para perpetrar el tercer atentado con cuchillo en Francia en poco menos de un mes. La duda es si el plan del ataque ya estaba en su mente cuando abandonó Túnez y ése era su objetivo fundamental o si fue convencido de alguna forma durante este breve periodo de tiempo. También si funcionó una especie de efecto llamada de los últimos atentados ocurridos en Francia para que pasase al acto.

El ataque tuvo lugar menos de dos semanas después del asesinato por decapitación del profesor Samuel Paty en Conflans-Sainte-Honorine, una pequeña localidad a 50 km de París, por haber mostrado en clase caricaturas del profeta Mahoma. Niza fue precisamente blanco el 14 de julio de 2016 de un ataque que dejó 86 muertos en el que un hombre arremetió deliberadamente un camión hacia una multitud que estaba celebrando la fiesta nacional francesa. Esta semana, además, se había elevado considerablemente la tensión debido a las protestas en varios países musulmanes por la firme defensa que hizo Macron durante el homenaje nacional al profesor decapitado Samuel Paty del derecho a mostrar caricaturas del profeta como una libertad inscrita en los valores republicanos.

Primer día de confinamiento “light”

El ambiente del primer día de confinamiento en las calles de París no era tan triste y solitario como se pudiese imaginar. Si bien la mayoría de comercios, menos los de primera necesidad, han echado el cierre, lo cierto es que ya ha empezado a notarse que este reconfinamiento es más suave que el de primavera. La posibilidad de desplazarse por múltiples razones, que incluyen trabajar , estudiar e incluso dar un paseo o realizar una actividad física de máximo una hora cerca del domicilio, configuraban un paisaje con gente en la calle. Para algunos expertos, demasiada gente en los grandes núcleos urbanos.

De hecho, el mismísimo presidente del comité científico que asesora a Macron, Jean François Delfraissy, ha negado en la radio pública France Inter que el país pueda alcanzar en estas semanas el objetivo fijado de 5.000 contagios diarios el 1 de diciembre (fecha teórica del fin del reconfinamiento), desde los 47.000 actuales (último balance disponible). Y menos con un confinamiento más light que el de primavera. Así las cosas varias voces médicas se han mostrado escépticas respecto al objetivo del gobierno y piden desde ya que se amplíe la fecha del confinamiento e incluso algunas que se endurezca si realmente se quiere aplanar la curva antes de Navidad.

Durante las primeras horas de reconfinamiento se produjeron algunos incidentes en el centro de París producidos por un grupo de no más de 200 manifestantes negacionistas que clamaban contra Macron y el nuevo confinamiento, y que por cierto, han destrozado cubos de basura y mobiliario urbano. En realidad se trata de hechos aislados porque de momento las convocatorias anti medidas COVID han sido muy marginales en Francia.

También se han producido numerosos atascos a la salida de París en las horas previas a la entrada en vigor del confinamiento, aunque el hecho de que existan vacaciones escolares hasta el lunes con permiso este fin de semana para desplazarse aún entre regiones complica calibrar exactamente si se ha producido un éxodo tan masivo como el de primavera a segundas residencias.

La otra realidad que ha marcado este primer día de confinamiento ha sido la de las atestaciones. Numerosos modelos de atestación descargables desde la página del ministerio del Interior con varias excepciones para poder desplazarse que han configurado un sistema complejo en el que a veces es necesario acumular justificantes. Burocracia a la francesa en estado puro.

Según dos sondeos aparecidos entre ayer y hoy, entre un 67% y un 70% de los franceses son favorables a este reconfinamiento, si bien es cierto que más de ocho franceses de cada diez dice sentirse “preocupado” o “muy preocupado” por la propagación del virus en estos momentos.

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