Denuncian apología de la extrema derecha en la Academia de Suboficiales de Talarn

| 6 abril, 2021

Segre.com.- Un grupo de militares progresistas, ante la «indiferencia» de La Moncloa.

Ciudadanos de Uniforme. Es el grupo de telegram anónimo que ha puesto al descubierto en los últimos años numerosos casos de apología del fascismo a las Fuerzas Armadas españolas, entre otros la presencia de un grupo neonazi formado por oficiales y suboficiales en activo denominado ‘Lo Nuestro’, con sede en Murcia.

En una entrevista, sus portavoces denuncian que la extremadreta está «normalizada» en los cuarteles ante la «total indiferencia» del gobierno de Pedro Sánchez. «En cualquier país democrático como Alemania o Francia la existencia de estos grupos fuerza la disolución de unidades enteras para resolver el problema, o como mínimo el anuncio de medidas contundentes. En España, con un gobierno que se llama progresista, hay una total indiferencia».

Hace dos semanas el grupo recibió una denuncia anónima sobre discursos fascistas por parte de los profesores de la Academia General Básica de Suboficiales de Talarn, que «se dedican a hacer apología de la extrema derecha en vez de dedicarse a instruir». Según la denuncia, hablaban «de apalear a MENA, bombardear pateras», a hacer apología del franquismo y a criticar Podemos.

Un portavoz del grupo asegura que hay «referencias explícitas al franquismo a las unidades». «Una de las más palmarias es que al Tercio Gran Capitán de la Legión exista la I Bandera Comandante Franco». «No creemos que en Alemania exista algún tipo de unidad dedicada a Hitler, ni a Italia dedicada a Mussolini», pero es «una muestra de la anormalidad democrática que existe en España».

El grupo, que se define a sí mismo como «una organización de militares demócratas», recoge denuncias de miembros del Ejército en activo. «Nuestro objetivo es contribuir a la democratización llena de las Fuerzas Armadas, y por eso nos constituimos como canal directo entre los cuarteles y la sociedad mostrando lo que pasa en su interior a través de una amplia red de informantes».

Según apuntan, la extrema derecha «no es una anomalía a las Fuerzas Armadas». «Está socialmente normalizada, y eso es posible porque el 1% radicalizado, que son coroneles y generales, son los que están estratégicamente situados en los lugares de poder para evitar que los valores democráticos arraiguen a las Fuerzas Armadas».

«El auténtico problema es que la Transición no llegó al Ejército porque realmente nunca hizo falta. No se vieron obligados a camuflarse como pasó con el franquismo a la sociedad civil».

Denuncias y sanciones

Una tarea que les comporta problemas. La semana pasada varios oficiales y miembros de las Fuerzas Armadas anunciaron denuncias contra el grupo por delitos de injurias. Principalmente por parte de la asociación militar Tercios Viejos Españoles, que ha lanzado una campaña para llevar a los responsables del grupo a los tribunales militares.

Además, según aseguran desde Ciudadanos de Uniforme, «tenemos constancia que los organismos de inteligencia nos siguen de cerca. Está claro que si nuestra organización no fuera anónima hace mucho que nos hubieran purgado como hicieron con el teniente a Gonzalo Segura (expulsado después de denunciar situaciones ilegales al Ejército) o el cabo Marco Antonio Santos (sancionado por haber firmado un manifiesto antifranquista)».

«Total indiferencia» del gobierno progresista

El grupo asegura que se siente «abandonado» por la clase política. «De la derecha no esperemos nada, está en su ADN encubrir el fascismo dentro de las Fuerzas Armadas», y «del PSOE lo que hemos obtenido es una total indiferencia a la hora de hacer cualquier reforma que ayude a democratizar las Fuerzas Armadas para hacerlas simplemente controlables por parte de la sociedad civil y que dejen de ser un Estado dentro del Estado».

En este sentido aseguran que Podemos mantiene un perfil bajo fruto de su presencia en el gobierno español. «Erróneamente piensan que Defensa no es una cuestión prioritaria y centran su atención en cuestiones donde tradicionalmente la izquierda se siente más cómodo».

Con todo, aseguran que la sociedad «tiene que comprender que para que tengamos un país auténticamente democrático las Fuerzas Armadas tienen que dejar de ser una amenaza para el libre debate político y no dar ‘avisos’ a catalanes y vascos cuando se plantean según qué cuestiones».

El Ejército -añaden- como cualquier otro elemento de la Administración, tiene que ser plenamente sometido e intervenido por el poder civil».

La crítica a la indiferencia del gobierno español se centra sobre la ministra de Defensa, Margarita Robles, que «se comporta como la portavoz del generalato».»Se limita a hacer de negacionista de una realidad evidente», apuntan. «Los coroneles y generales son el 1% de las Fuerzas Armadas, y casualmente muchos de ellos han conseguido coordinarse para firmar un manifiesto franquista junto con otros oficiales.

La ministra no ve un problema de fondo y se limita a decir que estos señores ya son civiles, en vez de preocuparse por el número importante de oficiales que son fascistas, de las redes de coordinación informales que tienen para hacer acciones de este tipo, o la influencia que han tenido o tienen dentro de las Fuerzas Armadas». Robles, concluyen «se ha limitado a echar tierra sobre la cuestión porque no le interesa abrir la caja de los truenos».

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