Demandan a la Universidad de Bristol por consentir «intimidación de transactivistas»a la estudiante Raquel Rosario Sanchez

, | 25 mayo, 2020

TRIBUNA FEMINISTA.- Una estudiante feminista se está preparando para demandar a la Universidad de Bristol luego de que esta no tomara ninguna medida para protegerla de los estudiantes transgénero que, según ella, le han hecho bullying durante dos años.

Raquel Rosario Sánchez, de 30 años, de la República Dominicana, ha dado instrucciones a un equipo legal después de que la institución del Grupo Russell suspendiera los procedimientos disciplinarios que se prolongaron durante 16 meses contra estudiantes trans de los que se había quejado formalmente, produciendo una investigación “fallida”.

La señora Rosario Sánchez, estudiante de doctorado en el Centro de Investigación de Género y Violencia de la universidad, fue blanco de “manifestantes en pasamontañas”, quienes la amenazaban con arrojarle huevos, batidos y agredirla físicamente cuando asistió a la primera audiencia para dar su declaración como víctima.

“Los activistas trans utilizaron el bullying en un intento de reprimir mi libertad de expresión como defensora de los derechos de las mujeres, mientras que mi universidad no hizo nada para detenerlos”, dijo.

Presentó una querella formal dos semanas después de iniciar sus estudios, poco después de aceptar la invitación para moderar un evento para el grupo feminista Woman’s Place UK. Esto provocó amenazas de protesta de activistas que afirmaron que su defensa de los derechos de las mujeres basados en el sexo era “transfóbica”.

El abuso se exacerbó en los meses siguientes cuando un grupo trans distribuyó folletos en el campus titulado “Por Qué Peleamos la Guerra Contra las TERF”, en la que instaban a los estudiantes a gritarle “ESCORIA, ESCORIA, ESCORIA” cuando asistió a los procesos disciplinarias, como testigo. El grupo trans incitó a sus miembros para que le hicieran la vida imposible.

Los activistas escribieron una carta abierta al vicecanciller de la Universidad de Bristol, el profesor Hugh Brady, calificando a la sociedad feminista estudiantil de Rosario Sánchez como “transfobas asquerosas y repugnantes”. Dijeron que uno de sus eventos, en la que participarían las eminentes escritoras Beatrix Campbell OBE y Sarah Ditum dentro del campus, “afectaría severamente al estudiantado trans de la Universidad de Bristol” si se llevara a cabo.

La señora Rosario Sánchez afirma que la universidad le exigió que gastara cientos de libras esterlinas contratando guardias de seguridad privados para los seminarios de académicas feministas que esta ha organizado, el último en marzo. Activistas trans había rastreado los eventos y amenazaron con interrumpir a las conferencistas.

La Universidad de Bristol desestimó las acusaciones de intimidación, alegando “razones no relacionadas con los méritos del caso”, sin dar más detalles. La señora Rosario Sánchez solicitó una revisión del manejo del caso, que falló a favor de la universidad en diciembre.

Su equipo legal le ha informado a la señora Rosario Sánchez que esta tiene motivos para demandar a la institución por discriminación por sexo indirecta, negligencia, victimización ilegal sobre la base de la Ley de Igualdad 2010, entre otros. Ha lanzado una campaña de crowdfunding y se encuentra en trámites de redactar la Carta Previa al Litigio.

El abogado Peter Daly, de Slater y Gordon, quien la representa, expresó: “Todos los estudiantes y las estudiantes tienen derecho a la educación en un entorno seguro, libre de bullying e intimidación. Estamos preparando un caso contra la Universidad de Bristol ya que nuestra cliente argumenta que no se le otorgó este derecho”.

La señora Rosario Sánchez dice que esta situación ha provocado que su doctorado sufriera considerablemente y teme que pueda perder el financiamiento de la República Dominicana el próximo año. “Ser intimidada durante un período de tiempo tan prolongado tuvo un costo enorme tanto en mi salud como en mi rendimiento académico”, dijo. “Atravesar esta situación siendo una estudiante internacional, sin circulo cercano en este país, todo por mi convicción feminista, ha sido una experiencia profundamente solitaria”.

Su supervisora ​​de doctorado, la doctora Emma Williamson, directora del Centro de Investigación de Género y Violencia, ha expresado públicamente: “Como miembros del personal, no podemos aconsejar al estudiantado que confíen en los procedimientos de querella de la universidad si no manejan las denuncias a tiempo, de forma segura, transparente y justa. Yo no sé qué decirle a una estudiante en el futuro que este siendo intimidada y que tema por su seguridad”.

La Universidad de Bristol dijo que sus procesos disciplinarios eran confidenciales y, por lo tanto, no podía emitir comentarios.

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